Hojas verdes de plata cubrieron los años
Renuevos ya crecidos
Algunos sus raíces olvidaron
Un suspiro, el invierno vino raudo
Y lo que antaño era fuerte
De olvido se fue secando
 
Algunas ramillas permanecían a su lado
Más no borraban el recuerdo
De sus retoños ingratos
Frío y cruel invierno
De espinas llenó su silencio
 
Leña cortada por las penas y los daños
Tierra fecunda fueron tus manos
Memoria viva que alimenta mi canto
Se va tu vida entre los versos de un tango
Y ausente a tus niños sumes en llanto
 
No vale nada la vida
La vida no vale nada
Así cantaba despierta
Así la arrullo dormida
 
Sumido en silencio velo mis noches
Mi ángel guardián se ha hecho cenizas
Hasta pronto conejita mía
No está muy lejos la tumba
Desde que vi tu partida
 
Hoy hago un canto para fingir
Que al terminar las letras de escribir
Te veré sentada de nuevo allí
Para escucharte una vez más decir
Gracias a Dios mi papi ya está aquí
 
Con sangre la letra escrita
En el papel de mi alma
Tallada con afilada espina
Es esa, la bella caligrafía
Es esa la que conforma mi herida
 
Es increíble que deba hacer camino
Ponerme en marcha para despedir
A alguien que nunca habría querido
      Tener que haber visto partir