y No temo al tiempo,
con su transcurrir inexorable
a lo largo de los días.
No temo al peligro, que espera al acecho
en un recodo del camino.
No temo a la desgracia
o la alegría.
Porque con lágrimas, escribí mis desencantos
y entre risas compartí
mi desbordante dicha;
Cuando la vida me sonreía.
No temo a la oscuridad,
porque en noches sin luz
encontré respuestas que no podía ver
en la claridad del dia.
Ni tampoco temo a la luz,
porque mis ojos descubrieron bellezas
que en penumbras, no advertía.
No tengo miedo a la soledad,
ya que fue una gran compañía.
No temo que me llamen demente,
por lo que hago o lo que diga.
Pues ello, es mi verdad,
y para ello, me dieron vida.
Porque todo escrito esta,
en el invisible libro del destino.
Como el encuentro, de nuestras almas,
que se unieron; sin importar el pasado.
Desechando dudas e incomprensión,
que crecieron a lo largo del camino.
Espinas hirientes, clavadas en el alma,
desangrando el corazón,
y que hoy cicatrizan con amor y cariño.
Por ello no temo a la soledad, ni al peligro.
A la sombra, o la luz,
o que me llamen LOCO.
Siempre que estés conmigo.-