¿Qué pensarían los fundadores de las actuales órdenes salesianas, si pudieran ver que sus sucesores y sucesoras no cumplen con todas aquellas ilusiones, sueños y esperanzas que depositaron en sus manos?
¿Cómo se sorprenderían Juan Bosco y María Mazarello al ver que sus "descendientes" son capaces de manipular, mentir, robar, violar todos aquellos preceptos por los cuales fueron muchas veces juzgados?
Por más que trato de entender, no lo consigo... Tengo la sensación que todos ellos juegan un doble stándard dentro de nuestra sociedad. Al menos en este bello rincón del mundo, donde según cuentan, Juan Bosco la soñó...soñó con una tierra indómita, austera, muchas veces inhóspita, la inclemencia del clima y de sus aborígenes... esa tierra debía ser "colonizada" por estas huestes de misioneros, debían venir a "evangelizar"...Pero lo que sucedió en realidad, fue que a pesar de disfrazar sus obras de caridad en pro de los desvalidos, hoy en día podemos observar cómo manejan los recursos financieros sin mayor problema, y podemos ver cómo las religiosas y religiosos de estas congregaciones, en muchas ocasiones les hemos escuchado mencionar el famoso voto de Obediencia, de Castidad y el de Pobreza...de pobreza no se puede decir que vivan de manera humilde...Juan Bosco se retorcería viendo cómo viven en la opulencia y dejan de lado las verdaderas necesidades de los más desvalidos.
Realmente María Mazarello se desmayaría y su rostro se cubriría de vergüenza al ver cómo actúan realmente estos siervos y siervas de Dios. Sólo basta echar una ojeada a sus edificios, sus vehículos particulares y muchos en ocasiones suelen emplear un chofer; además que deben estar acorde al uso de las nuevas tecnologías: smartphones, tablets, plasmas LCD, etc.; en tanto que los jóvenes con quienes se comprometieron a cuidar, a enseñar y a evangelizar han quedado en un último lugar.
Por ejemplo: en una obra salesiana, Juan Bosco o María Mazarello jamás habrían cobrado un sólo centavo por educar y evangelizar a los jóvenes de aquellos tiempos; hoy en día estos colegios sustentados en parte por los fondos que entrega el Ministerio de Educación, más el aporte que proviene de los Padres y Apoderados; van a parar en gastos superfluos, como ser la cena de bienvenida que se otorga cada inicio de año a la comunidad educativa, aunque se les cobra a los profesores una cuota mensual OBLIGATORIA para aminorar el gasto, ya que TODAS las religiosas que asisten, NO PAGAN NADA.
¿Esto es lo que alguna vez soñó Juan Bosco para los jóvenes de hoy? Explotar a los padres para que las arcas de estos colegios se llenen cada vez más? Además se debe mencionar que en este tipo de colegios no se les brinda siquiera una infraestructura adecuada para que las jóvenes puedan almorzar cómodamente, no cuentan con un buen sistema de calefacción y en la cruda época invernal muchas jóvenes deben asistir a clases con los abrigos mojados, ya sea por la lluvia o la nieve.
En tanto, se les exige una mensualidad a los padres, y éstos no conocen siquiera cómo funciona el supuesto beneficio de beca interno, que consiste prácticamente en que cada profesor jefe, debe dar una opinión ante la Coordinadora de Convivencia, respecto si la alumna preseleccionada les cae bien, les cae mal, los padres se quejan mucho, son padres ausentes o presentes, si tienen buena apariencia al presentarse en las reuniones mensuales de entrega de calificaciones, etc.
Muchos de estos padres desconocen cómo "juegan a juzgar" sus reales condiciones económicas, y todo esto avalado desde la Dirección del establecimiento. ¡Qué pena que se prejuzgue y finalmente se juzgue por las malditas apariencias!
Así, es sólo el inicio de la madeja; pues para qué referirnos a la calidad de profesoras/es que tienen en estos colegios. Ya en mi artículo anterior me referí a la falta de profesionalismo, ahora abordo el tema social-religioso de estas comunidades que a mi juicio personal son sólo colmenas extrayendo como viles zánganos los beneficios económicos que puedan generar, no les importa de qué manera los puedan conseguir, sólo les interesa atesorar y no compartir...
Con respecto a lo señalado anteriormente, sólo puedo decir , con mucha pena, que las futuras generaciones de jóvenes que egresen del colegio técnico-profesional, no tendrán desarrolladas la mayoría de las COMPETENCIAS PROFESIONALES que requiere el mercado laboral actual, el cual es cada día, más y más competitivo.
Cuánta tristeza me ocasiona el observar y escuchar a muchas jóvenes que obtuvieron un alta calificación, cuando en realidad yo sé, porque lo viví y lo ví por mis propios ojos; cuando se "regalaban" aquellas calificaciones, que si esta joven me cae bien, le califico con una excelente nota; pero si esta otra joven no me agrada, le rebajo lo más que se pueda la calificación.
Lamento comentar además, que el sistema educacional chileno es una copia feliz del edén, del sistema español, el cual ha fracasado rotundamente en su país, y como somos fieles COPIADORES, es lo que podemos obtener hoy en día de nuestros jóvenes.
Cuando alguien, que se educó en un sistema de educación anterior, en el cual jamás se nos regaló NADA, exije en la actualidad, nos catalogan de retrógrados, que no sabemos manejar las nuevas políticas de educación; pero qué equivocados están y cuánto daño se permiten hacer a estas juventudes que ni siquiera saben escribir correctamente, o que puedan realizar un pensamiento crítico.
No permitamos que se siga destruyendo el verdadero sueño de Juan Bosco y María Mazarello, pues hemos sido nosotros mismos quienes hemos dado cabida a estas injusticias.