Gran Catarri pt. 1 LAS CRONICAS DE UN EXISTENCIALISTA FRUSTRADO
Publicado en Mar 27, 2013
"Un pueblo puede generar todo tipo de gente. Es como una fábrica de personalidades, todas con la capacidad de aprender y de ser lo que quieran, pero bajo los parámetros permitidos por esa invisible entidad que llamaremos "pueblo".
¿Somos entonces solo representaciones de ese pueblo? ¿Nuestra familia? ¿Por qué deciden quedarse en entonces?" Estas fueron de las primera preguntas que se hacía Joaquín Orquídea, hombre mayor ya con esas arrugas que solo la vida sabe como marcar. Se encontraba sentado en una banca, de una plaza, de un pueblo (que se volvía lentamente en una ciudad), cuestionándose su vida. Lo triste es que mientras que su vida fue una serie de desaciertos, malas decisiones, desencuentros y otros des, mientras bebía de aquella botella todo tenía sentido. Podía cuestionarse desde el por qué respiraba, hasta el por qué le gustaba esa novela que daba en el canal 9 todos los días. Se preguntaba sobre el origen de la vida, del universo, de las sociedades, las religiones... y entendía cómo los humanos hicimos lo que hicimos con nuestra historia. "Es como si hubiéramos metido la bota al barro, y no pudiéramos sacarla sin perderla... entonces preferimos seguir embarrándonos!" - repetía constantemente a cualquiera que estuviera dispuesto a escucharlo. Luego de tomar un par de sorbos más, decidió dormirse detrás de unos arbustos en aquella plaza... "Hay que cuidar las apariencias hasta para dormir..." se decía ya ebrio, mientras cerraba los ojos. -"Pero... ¿por qué quieres que terminemos?"- decía la voz joven de un hombre desde la banca frente a los arbustos-casa del señor Orquídea. -"Es que... ¡eres muy buenito!"- respondía una voz más dulce, obviamente de una mujer joven también. -"¿Tengo que tratarte mal para que no terminemos? ¡¿Qué hice?!"- decía el joven. -"No eres vos, soy yo..."- respondía la chica... repitiendo esos clichés que son tan fáciles de repetir (y de crear, como puede comentarles vuestro servidor). Acto seguido la mujer se para, lo ve, le agarra de la barbilla al joven, el cual debe tener el corazón roto por lo que expresa su rostro, le dice "Podemos seguir siendo amigos..." y se va, dejando a esa alma en pena con esos sentimientos encontrados de culpa, y de orgullo. -"Bueno... parece que ya no puede ocultar el echo de que no eres ni su figura paterna, ni su figura materna."- El joven, exaltado, mira hacia los arbustos. -"¿Quién está ahí?"- dice levantándose. -"Sólo un humano, al igual que tú... y por lo que acabo de escuchar, más hombre." -"¿Qué has dicho parroquiano de m...?"- dice el joven, comenzando a a enojarse. -"Digo que debido a actitudes que demuestras constantemente a tu, ahora, ex-novia ella comenzó a darse cuenta que no cumples con los roles de cariño que ella busca en una relación. Es muy probable que ella mas bien tenga otra relación con otra persona, una que le llene un poco ese vacío que dejan nuestros padres cuando crecemos. Como no encontró pretextos para terminarte, simplemente prefirió confundirte y luego terminar vuestra relación." El joven quedó atónito por esta respuesta... en especial viniendo de alguien que tenía las vestimentas de un vagabundo. -"Y digo que soy mas hombre que tú, ya que yo le hubiese dado aunque sea un beso, y hubiese aprovechado la ocasión para dejarla yo. Eso es tener amor propio querido amigo."- terminó por rematar don Joaquín. -"¿Quién es usted?"- respondió el joven. -"Sólo un catarro más..."- respondió don Joaquín. Para los que no viven en Bolivia, un catarro es aquella persona que aprovecha estar embriagado para charlar, hablar o engañar, hasta altas horas de la noche... o de la mañana. -"Un gran catarro en todo caso... me tengo que ir. Este.... ¿gracias?"- dice el perplejo joven. -"No hay nada que agradecer..."- dice sorbiendo de la botella - "ese tipo de sabiduría se encuentra en todos nosotros... sólo que necesitamos un poco de ayuda para darnos cuenta." - se expresa, mientras levanta su botella. El joven se aleja de la banca, pesando y recordando las palabras de este extraño personaje... cuestionándose que tipo de sabiduría puede tener un hombre que necesita estar constantemente borracho para expresarse. Desde ese día, recibía visitas no sólo de este joven, el cuál comenzó a traer amigos, los cuáles comenzaron a traer conocidos, los cuáles trajeron familiares... y su apodo cambió del Gran Catarro... al Gran Catarri, el cuál comenzó a ahogar lentamente Don Joaquín Orquídea.
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