Espada teñida de cortar inútiles minutos
de una larga y cruel espera.
Canto de pasión, en un beso;
Después el silencio,
en un amor sin frenos,
luego de aplacarse con la entrega.
Lámpara de angustias,
que por las noches, se enciende,
con los sentimientos, un duende juega.
Después la apaga y ya con el alba, se aleja.
Lúgubre momento, cuando brindan el último adiós,
al muerto, para luego sepultarlo,
en las entrañas de la tierra.
Confidente del alma, al que se le hacen preguntas,
y no se obtiene respuestas.
Amargos silencios, de todo lo que tuve en mi vida,
solo silencios, queda.
Espacio de tiempo, que de muchas formas son vividos.
Pero en mí,
con los recuerdos se mezcla,
creando un trago amargo.
Que me lleva a la destrucción,
después de tomarlo.-