La Espaola (kubilay)
Publicado en Mar 28, 2013
Ahí se encontraba ella, como había acordado con él, en el Caribe, en la isla La Española, hacia tanto tiempo de ese acuerdo, que parecía que fue en la otra vida, por fin podrían estar juntos, después de tantos inconvenientes. Esa mujer desparpajada en la playa sobre la hamaca con su sombrero al lado, divisaba el infinito del horizonte, no era la misma, que años atrás hizo el pacto, más lo tenia grabado en su corazón. De momento, la sobresalto una duda ¿Él, tendría presente el acuerdo? O a través de los años, ese pacto se había borrado de su mente, trato de anular esa angustia. Pasaba el tiempo y una sombra empezó a empañar su anhelo, él no llegaba. No falta mucho para que el sol se ocultara, sobre sus mejillas se deslizaban dos lágrimas de desilusión y nostalgia, la promesa hecha parecía que nunca se cumpliría. Con ánimo abatido, se levanto lentamente de la hamaca, nunca había sentido tanta tristeza, su mente empezó a jugar con sus sentimientos, era verdaderamente una ilusa, como podía creer, que alguien que nunca la conoció, pudiera estar haciendo una promesa de esa naturaleza, sólo a ella, lentamente empezó a alejarse de la playa, con un deseo profundo de que no fuera cierto lo que estaba pasando, de ves en ves, volteaba hacia la palmera, con el anhelo de que él llegara, sus lagrimas no se detenía y el corazón le palpitaba muy rápido, sentía deseos de desaparecer, poco a poco la fue invadiendo un sentimiento de rabia al sentirse burlada, ya no sabía si llorar por ser una estúpida romántica o por darse cuenta, que para él, la promesa y lo dicho sólo fue un pasatiempo intrascendente. Estaba a punto de llegar a la entrada del hotel, en donde esa mañana se había hospedado, volteo por última ves, hacia el lugar de la cita, para comprobar, que él no estaba. En ese instante, un hombre a lo lejos hacia señales con los brazos en alto, gritando algo incomprensible, ella se detuvo, sintiendo que la sangre se le paralizaba, de esperanza o susto, no sabía, inmóvil veía que el hombre se aproximaba hacia ella, cuando estuvo a unos pasos, ella ansiosa esperaba ser reconocida o reconocerlo, el hombre se estuvo frente a ella, sus ojos se encontraron, sin mediar palabras ambos se reconocieron, estrechándose un abrazo que había tardado toda una vida.
Ambos tomados de la mano, efectuarían lo ideado en su otra vida. Lunaoscura
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