Ponerle un nombre a lo que siento por ti, o intentar nombrarte es como intentar ponerle un
nombre a un poema.
Es algo innecesario .
El poema siempre suele hablar por si solo, no necesita título si se sabe descifrar el mensaje.
Asi eres tu, no hay calificativo que pueda describirte, ni rótulo que pueda presentarte.
Tú eres tú, asi sin mas.Siempre viví aferrada al esceptisismo, viví pocos años y sin embargo,
basto para desilusionarme del mundo.
Pero te conocí, y comenzé a entender que aquellas cosas en las que no creía si existen.
Y jamas tuve que moverme del sitio para sentirlas o contemplarlas.
Es un ejemplo básico mencionarte que cada vez que siento el roce de tu piel soy transportada
a otra dimensión, un universo diferente, algo imposible en este plano.
Y empiezo a dudar, si no serán tus palabras las que proveen de energía a mi cuerpo en vez de
ser el alimento.
Ya no distingo si estoy viva porque mi corazón está bombeándome sangre o si existo porque
dependo de que el tuyo este bombeándola. 
Es tan extraño, decirte que cuando estás a un centímetro mío, dejamos de ser dos y nos 
transformamos en un solo ser.
¿Qué ciencia puede explicar todo esto? Será un hecho entonces, de que existe algo en la otra
persona, algo capaz de renovarnos o destruirnos en un segundo.
Me he quedado perpleja y absorta, asimilando cosas que no creía posibles. 
Ha sido asi, a la fuerza he cambiado mi perspectiva de la vida mirando a través de tus ojos.

Y a eso tampoco soy capaz de ponerle un título, un nombre o un rótulo.