Domingos…
Publicado en Mar 31, 2013
Seré breve. Porque es domingo…
Los domingos son cosa seria. Muy seria. 24 horas que muchos temen. Por alguna razón, si de antemano no se planifica nada para ocupar las horas de éste día, nos envuelve un extraño vacío que nos llena de nostalgia y cuestionamiento si nos encuentra a solas. Y para colmo de males: CASI NUNCA DIAGRAMAMOS NADA LOS DOMINGOS. Se entrelazan de manera profunda de éste modo: “fiaca” y ansiedad. Agua y aceite. Hay diversas elecciones paliativas contra el terror dominguero según la personalidad. Por supuesto que suponemos como de las más viables juntarse a comer el asadito o extensas mateadas por la tarde. Cosas de ese tipo son las mejores tal vez. Las peores a mi entender son las vinculadas con el despilfarro económico porque si. Entiéndase Bingo, Casino, Carreras de caballo etc. Y el domingo pasa…Por otro lado, otros prefieren matar este bendito tiempo con cosas más hogareñas. Así, se procede a limpiar los rincones más recónditos de la casa o reparar artefactos que de igual modo, ya reparados, no volverán a usarse. Otros prefieren pasear, distraerse, olvidar que comienza una nueva semana en pocas horas y disfrutar paisajes rurales o de Palermo Viejo, da igual. Conocí pocas personas que ansíen el día domingo con fervor. Me vienen a la mente a modo de ejemplo los fanáticos del “fulbito”. Que la “acadé” se enfrenta al “rojo” en un clásico o Sacachispas se juega la promoción., etc. Las personas que tienen ésta capacidad pasional para con un juego (el futbol en éste caso) no se dan cuenta que han encontrado una de las respuestas más buscadas en el extraño acertijo de “cómo atravesar un domingo sin quedar abatido”. Ellos, se despiertan en algunas ocasiones muy temprano, en invierno y con lluvia. Pero acuden a ver a su equipo sin importar que. Pueden llegar a hacer viajes al interior incluso. Todo por un color. Eso sí, si el lunes están disfónicos, cansados o si su equipo perdió, pueden llegar a faltar al trabajo o conservar un pésimo humor el día lunes. De modo que el domingo se les saltea quizás. El lunes pasa a ser domingo un poco. En ese caso hombres y mujeres amantes del futbol: yo los felicito. No entiendan mal, no los critico de modo negativo aquí, simplemente yo siendo de Boca, Racing y Quilmes, no doy pie con bola para subsanar un domingo mediante ésta variable. Pero hay veces que incluso siendo domingo nos despertamos bien. De excelente ánimo. Con fuerzas y sin nostalgia. Pero, por alguna extraña razón, la acción desagradable de un tercero puede llevar a recordarnos que es el séptimo día de la semana, y todo vuelve a ser oscuro. Nuestro ímpetu cae a pedazos. Sin comerla ni beberla nos desplomamos. Para que les quede más claro citaré un ejemplo que me ocurrió de éste tipo: Cierto domingo disfrutaba el sol apoderarse de mi piel embebida en “Hawaian Tropic”, de fondo, escuchaba “El gran baile en el cielo” de Pink Floyd. Era viernes en mi espíritu. De pronto, los hermosos “alaridos” vocales de la canción fueron interrumpidos abruptamente por un corte seco. Alguien lo había quitado sin preguntar para darle lugar a un sonido/ruido característico y que todos conocemos…la radio AM. Lo que siguió fue un intento de sintonía al mismo volumen que escuchaba Floyd. Y ocurrió: La carrera de los domingos. Automóviles señoras y señores. Mi alma se vació en el instante. Alguien puede imaginar realmente esos coches a su mayor velocidad a través de la radio? Es tan insulso! El efecto “Doppler” producido en la veloz marcha de los automóviles es muy rara en la radio. Ñiiiiiummm! Que trabajo complicado para el relator!! Como se las ingenia para no aburrir? “Va Sultano primero seguido de cerca por Fulano…” y encima emulando la velocidad de los vehículos en su discurso. Y las propagandas??? “aceite Bardhal o bujías “x” siempre acompañadas de fondo porque cosa…adivinen….por el encendido de un motor ruidoso y sediento de pista. Insoportable. La misma sensación me hubiese ocurrido si el drástico cambio hubiese sido por una cumbia. Pero de las berreta. Esas en las cuales se denigra a la mujer de manera inaceptable o nos hablan pavadas en un juego de palabras al estilo “el hijo de Cuca” o “la colcha de la lora”. Porque…”que tendrá el petiso” es pícara, no da vergüenza ajena escucharla frente a la familia. Una cosa es clara: ni los domingos ni cualquier otro día de la semana se puede entablar diálogo con la pared. Entonces porqué ansiamos tanto sacar lo que tenemos dentro y al mismo tiempo guardarnos en soledad en el séptimo día? Algo raro e indescifrable ocurre allí. El Creador lo utilizó para descansar, quizás sea un buen ejemplo para seguir. Pero el Creador (si es que existe) tenía paz, nosotros luchamos día a día para tenerla un ratito. Leandro Gatti
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|