Mensaje a las mujeres que no comprendo
Publicado en Mar 31, 2013
Hay mujeres que están dispuestas a perdonarlo todo. Otras no tanto. Es claro que en una relación de pareja se deben hacer “concesiones “de las dos partes, en tanto les llegue el turno. Así funciona la cosa en el día a día. Con lo complicado que esto implica. Ahora bien: hay límites. Hay gotas que rebalsan el vaso y justo allí, se muestran actitudes que sinceramente no comprenderé jamás. Quiero hacer foco en el primer grupo de mujeres que cité al comenzar este texto. El disparador del “mensaje” que sigue, fue un caso que llego a mis oídos hoy por la mañana… Situación: Mujer que sufre violencia de género a tal punto que los golpes que recibe por parte de su marido la deja en un coma. Ella se recupera. Entretanto, él, es procesado y condenado en función de las demandas de la familia de la muchacha (aquí el hermano parece tener mucho que ver). Finalmente, ella (ya recuperada) decide emprender una guerra interna contra su familia a causa de que su “amado” recibe como condena solo cinco años de prisión. Es decir, la mujer en cuestión, entiende que la condena es errónea y que los culpables de que esto suceda son sus familiares. Y yo ya a esta altura de la redacción no entiendo mas nada. De verdad. Es un tema que me altera bastante. A ver, mi humilde y delgada experiencia me habla de lo siguiente: Tienen el hermoso Don de dar a luz (suceso único que podría conjugarse tranquilamente con una divinidad), pueden, a mí entender, cumplir el dual rol de Padre-Madre ,con las carencias obvias, de mejor modo que si lo encarara un hombre. Salen de depresiones profundas (luego del característico duelo, no son máquinas) con mayor cintura que nadie. Quiero decir, generalmente, no se quedan cantando el tango en la esquina por la noche del barrio sollozando y escaviando a lo pavote. A lo sumo, adoptan quizás, un modo más espiritual de afrontar la vida. Pero siguen. No viven de la añoranza o del anecdotario que tanto se cita en clubs deportivos, previas de fernet, etc. Sin embargo, con todos estos atributos (y cien mil mas que no cité) están dispuestas a reincidir. Quedan sujetas a ese “algo” que las moviliza (supuestamente AMOR). Eso que las lastimó y las lastima de manera desgarradora. Quieren volver a “eso”. Se las ve como “prendidas” al mal, hermanadas con aquello que las hunde y esto no es más que un: simple, vago, malintencionado, sinvergüenza, cobarde, idiota, desinteresado, mentiroso e irresponsable tipo. ¿Qué les ven? ¿No se dan cuenta de verdad? ¿No cayeron en que le dieron la espalda a las cosas más importantes que las rodean solo por un tipo que continúa usándolas? Y va a seguir haciéndolo mientras se lo permitan! No tengan dudas. Si ya sé, a esta altura deben pensar que éste es un texto feminista o algo por el estilo… Quizás. Pero entérense que son nuestro móvil. Nuestra inspiración. Que siendo así, no es preciso dañarlas. En absoluto. Puede que surjan acontecimientos o actitudes extrañas en la relación. Con el tiempo, se pueden hablar o incluso recurrir a un salvamento profesional para que nadie salga herido de ningún modo. Ninguna relación de pareja es perfecta, hay que trabajarla, pero hay límites. Hasta cuando pretenden tirar de esa soga que termina en su cuello? Generalmente, situaciones aberrantes como estas se dan al adentrarse en el ocaso de la pareja. Allí, aparecen un sinfín de sensaciones que pueden desbordar a cualquiera. Hay un dicho que dice que realmente se termina de conocer al otro en la separación. Pero repito: HAY LÍMITES. Con respecto a esto, déjenme exponerles un punto de vista. Personal. Podemos estar de acuerdo o no pero allí les va: Cuando una relación llega a su fin, varias cosas se terminan. Muchas. No sólo la compañía con la que se contaba. Es decir, si de común acuerdo se aborda el final de la relación por las dos partes, no se puede seguir yendo a visitar a la mamá, sobrinita/o, hermanito/a, el tío macanudo etc. Se terminó. Ese tipo de visitas crea confusiones y por sobre todas las cosas, no le permite al otro/a aspirar a un futuro diferente. Sea este último mejor o peor. Aparte, cuanto de interés real hay en éste tipo de acciones? Que se pretende sinceramente? El nexo o vínculo “madre” era la pareja y si se terminó, me pregunto, que carajo hacés todavía en la casa de el/ella tomando mate con un familiar de su sangre una vez a la semana? Se pretende acaso demostrar una actitud “adulta” con respecto al final de la relación? Vamos! Mentira! Si la cosa terminó, procesalo, pataleá o lo que sea, pero entendé una cosa: ES EL FINAL. La otra persona debe continuar. Dejála. No interfieras. Con esto no quiero decir que está terminantemente prohibido encariñarse con personas cercanas a la que fue tu pareja. Para nada. Si es natural que ocurran afinidades de éste género en tantos momentos compartidos con la ya ex pareja y sus familiares. A veces pienso que uno debería razonar fríamente (cuesta horrores pero se puede) que fuimos afortunados por la persona que nos tocó en aquel entonces y con quien además hemos compartido cosas maravillosas. Eso hay que valorarlo de algún modo si es el caso. Es un como un premio que recibimos en nuestra vida: LA VALIOSA COMÁÑIA DE UN SER QUE AMAMOS. Que nos aguantó la vela en momentos inoportunos. Que estuvo cuando las papas quemaban. Por lo tanto, si llegaste al final de una relación, escucha al otro si todavía tenes la suerte de que haya diálogo. No lastimes, si te dice que no fuerces algo que puede lastimarla/o, no lo hagas. Incluso sospecho que hay un entendimiento en el silencio. En lo que queda de los restos del amor. Porque? Porque conocés al otro en cierta medida. No jodas, viví y dejá vivir, el resultado te aseguro será un grato recuerdo en la que fue tu pareja y eso es de un valor incalculable. Es bueno. Entonces mujeres…porque a sabiendas del maltrato, de sufrir el despecho de ser ignoradas, de embarrarles la cancha, todavía siguen prendidas a un idiota asi?! Yo calculo que esto se tiene que darse en función del mayor de los terrores sobre la faz de la tierra: el miedo a la soledad. Entiendo en parte, debe ser algo así como un Poe, Lovecraft, King, y otros maestros del terror todos juntos contra uno, pero no olviden algo mujeres: SON LA ACTRIZ PRINCIPAL. No lo olviden. Valórense. Leandro Gatti |
Jaz Baeza
SALUDOS
Leandro Daniel Gatti