Cama ajena
Publicado en Mar 31, 2013
Fue una especie de espejismo, que nos fue envolviendo lentamente, sabíamos que no era correcto, tú estabas comprometido, eras de otra mujer, nos dejamos llevar por esa atracción que nos embargaba. Tú ya tenías tiempo de casado, la relación había caído en la costumbre, situación tan peligrosa para las parejas, que las deja sin imaginación. Yo, no tenía ningún compromiso, hubo una relación de importancia, pero se había terminado, ya tiempo atrás. Desde el día que nos conocimos, fue un flechazo inmediato, había algo que me atraía a ti, lo mismo te paso a ti, siempre tratamos de mantener una distancia prudente, hasta ese día, que en la oficinas, se les ocurrió mandarnos a que visitáramos a uno de nuestros mejores clientes, a Zacatecas. Ese día, que nos informaron en la junta, nuestros ojos se buscaron, en una especie de suplica, sabíamos los riesgos de estar solos y lejos de nuestros respetivos hogares, pero también, nuestro corazón salto de emoción; con todo, al día siguiente, nos encontramos en el aeropuerto, nuestro saludo fue tenso y nos mantuvimos callados, hasta que arribamos a nuestro destino, ahí nos esperaba un chofer, para llevarnos al hotel y posteriormente, a la oficina del Señor Martínez. No se si fue, situación de estrategia o cosa del destino, pero nos asignaron habitaciones contiguas. Después de dejar nuestro equipaje, en nuestras respectivas habitaciones, bajamos al lobee, donde nos esperaba el chofer, quien nos condujo a las oficinas del cliente, edificio de oficinas modernas, que de alguna forma contrastaba con las arquitectura de la avenida principal; ya instalados en la sala de juntas, se nos ofreció algo de tomar, minutos después, el Señor Martínez y su equipo de asesores, entraron a la sala, a continuación de las presentaciones rigurosas, iniciamos la presentación del proyecto en el que considerábamos que el Señor Martínez, podría invertir como socio mayoritario, el proyecto se refería a un conjunto habitacional en la entidad. Posteriormente, se inicio las preguntas y respuestas por parte del Señor Martínez y su grupo de asesores. Fue una sesión larga, que continuo después de la comida. A las 7 de la noche, habías conseguido la firma del Señor Martínez, satisfechos nos retiramos de las oficinas. Tú propusiste que celebráramos, por supuesto accedí, sin mucho a donde ir, optamos por el restaurante del hotel, ahí nos llevo al chofer, llegamos, dimos las gracias y nos dirigimos al lugar, no estaba concurrido, el capitán nos designo una mesa, el mesero trajo la carta, ordenamos, tu le pediste al mesero unas copas de champan, había que celebrar, era una cuenta bastante importante, nos sentíamos complacidos por los resultados, en tanto nos traían la cena, bromeamos y reímos amenamente, llego la comida y cenamos, tu pediste, ya no unas copas, sino una botella; estábamos verdaderamente tan a gusto, que no supe cuanto fue lo que bebimos, ni en que momento decidimos retirarnos a nuestras habitaciones, el hecho es que nos encontrábamos en tu habitación, sin mediar palabra alguna, tu te acercaste a mi, me diste el beso, que más de una ocasión imaginamos darnos, mientras tus manos acariciaban mi cuerpo, invadiéndome una sensación de deseo y anhelo, la situación nos fue dominando, dando rienda suelta a la pasión y al deseo, a que hora nos quedamos dormidos, no se, desperté cuando la luz invadió el lugar, al voltear la cabeza te vi a mi lado, profundamente dormido, te observe por un rato, me parecías el hombre más guapo que había visto, creo que en ese momento tuve claros mis sentimientos, estaba enamorada, acaricie tu rostro, tratando de grabarme tus líneas, en ese momento despertaste, tu mirada confusa en principio se torno dulce, me acercaste a ti, dándome un beso tierno y amoroso, nos abrazamos por un momento, tratando de retener ese instante. Más tarde, volvimos a la realidad, solo teníamos como una hora, para llegar al aeropuerto, de un salto te pusiste de pie, dirigiéndote al baño, oí el sonido del agua cayendo. Mientras tu te bañabas, me levante de la cama, estaba desnuda, nuestra ropa estaba esparcida en el piso, como mudos testigos de una noche de pasión, parada en medio de la habitación gire en dirección a la cama ajena que acabada de dejar.
Lunaoscura
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|