Abrazarte y sentirte entre mis brazos, fue como un sueño.
Escucharte decir "te extrañé mucho", fue la gloria.
Nunca imaginé que podía sentir tanto por alguien; estaba felíz de volverte a ver, triste porque sabía que te íbas a ir, ansiosa porque el tiempo corría muy rápido, desesperada por aprovecharlo al máximo. Me temblaban las piernas, y mi corazón parecía un tambor. Tenía ganas de correr, saltar y gritar hasta explotar, de tirarme al piso y morir de felicidad. Me sentía en el lugar correcto por primera vez en mucho tiempo.
Pensé decirte lo que sentía, pero al final solo te abracé mas fuerte y te dije "te extrañé una eternidad sin tiempo". Después, no me quedo mas remedio que soltarte.
Si tan solo todo esto hubiera sido real...