Simplemente, amor...
Publicado en Apr 01, 2013
- ¿Jovencita pensó en mi? - me dijo al llegar. Había ido el día anterior, y cuando me vió preguntó quien era yo. La jefa le dijo que yo era la novia de su otro hijo, a lo cual contestó que eso era porque aún no lo conocía a él, y que dejaría a mi novio para casarme con él. Era un señor mayor, muy agradable, animado. Con una hermosa voz de locutor, y una energía que ya muchos jovenes de 20 años quisieran tener.
Cuando al rato de haber llegado volvió a decir que me casaría con él, y yo en respuesta le dije que no me casaría con nadie; me dijo algo que aún resuena en mis oidos: - ¡Yo tampoco! Ya yo me casé una vez con una mujer maravillosa, y no me vuelvo a casar más. Ella fue el amor de mi vida... y yo se que algún día nos volveremos a encontrar... Golpe directo al corazón para mi. Esas son frases que se oyen en las películas, en las novelas. No en la vida real... Llegó con unas fotos para escanearlas, en su mayoría de ella. Hablaba mientras se las entregaba al muchacho, y le contaba lo que había pasado en aquel momento. Hablaba con tal amor, que se me hace un nudito en la garganta al recordarlo. - Aqui tenia 17 años, ¡mira que aparentaba mucho más! Y mírala aqui, estábamos en Nueva York en nuestra luna de miel, ¡y conseguimos Cerveza Polar! ¡Ella no bebía, pero compró la cerveza para tomarse la foto! - Y allí estaba ella sonriente, con una cerveza en la mano. Y él, sonriente mirando la foto... Entre tantas cosas que dijo, dijo en algún momento que él aún hablaba de ella como si estuviera viva, porque así lo sentía. Comentó algo que le dijo su hija, aparentemente grosero, que no alcancé a escuchar. Pero si escuché la respuesta que a ese comentario dió su otro hijo, al decirle a su hermana: - Si alguna vez me caso, quiero que mi matrimonio sea como el de mis padres. Comentó que su cuñada o hermana, no recuerdo la verdad; también decía eso. Habló de su libro... Por lo que entendí es escritor, o periodista, o ambas. Y está haciendo un libro donde cuenta la historia de ellos. Ella murió a los 38 años. Él se lo atribuye a las pastillas. Cayó en un cuadro depresivo, y sólo la medicaban. Comentó que se llegó a tomar 14 diarias. Que aún la recuerda contando las pastillas que debía tomarse. Cuanto tiempo ha pasado no lo sé, pero viendo sus canas, sus arrugas; se nota que es mucho. Y él aún habla de ella con tal amor, con tal devoción; que de verdad es difícil quedarse indiferente ante ello. Sólo puedo decir, al igual que su hijo, que si alguna vez me casara, quiero un matrimonio asi. Ese es el amor real. Ese que no se fija en aspectos, en dinero, en tantas tonterías que a veces priorizamos por encima de las cosas realmente valiosas. Esos son los matrimonios que perduran. Los que se casan no por obligación, no por dar el siguiente paso que creen correcto; sino por devoción a ellos mismos. Por querer, realmente, recorrer un camino juntos. Esos amores que traspasan las barreras de la vida y la muerte; y esperan, incluso, volver a encontrarse en otro tiempo... Z.E. / Iridescent, 10-06-2012
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