La noche cae como zahino, olor de muerte que logra zaherir el alma,
camino sin avanzar, veo sólo un nitido rayo;
lumbrea que me guía, ahelo llegar.
Mis pasos son débiles tu sombra me atosiga
 un vorágine surge de mis recuerdos de tu imagen infernal.
Tus manos en mi piel, devorando mis carnes y mi fe.
 Siento que recorres mi cuerpo,
un tornado en un desierto. Hemiplejía en mi mente,
 único recuerdo en la mitad de mi historia.
Mi obscuro manto sin estrellas me acompaña en esta noche.
 oh!si se hubiese escuchado tu voz como un preludio a mi dolor
grito entre las sombras; mi cuerpo se eleva en un eterno letargo.
 La noche taciturna sutura mi mente,
estoy en la orilla del abismo. El alba estalla... paso la obscuridad...
El triste epilogo de esta historia
 me condena al recuerdo de una mañana sin sol