El Restaurante Infinito.
Publicado en Apr 05, 2013
Me invitaron a comer en un restaurante infinito.La entrada eran Dos enormes columnas de mármol a usanza romana. Yo podía ver las mesas con manteles fosforescentes y la música invitaba a la embriaguez.
Me senté con los ojos iluminados en llanto y el pantalón húmedo por la desesperación y el hambre. Los menús eran trampas giratorias donde uno caía y se inundaba de leche y campos extensos de vino. Estos menús ofrecían todo tipo de platos: Carnes Desarrolladas, Espesas Fiebres Dulces, Arroces Alterados hasta la Esquizofrenia,Cebollas Duras de Roer, Pollos y Mapanas altamente Eléctricas se ponían duras y espumeaban y salpicaban con fuerza sobre el bonito vestido que tenia yo. Me desnude entonces y pedí un platillo exquisito, de lo mas gourmet: Pasta de Aletazos Verdes con Crema de Chantilly y Minotauros de Fresa. sabia que quizás seria mi ultimo almuerzo sobre la tierra. un almuerzo infinito... Trajeron pues mas de doscientos billones de baldes y cilindros amaestrados en danza árabe donde estaba la bebida que yo había pedido: una Gaseosa Radiante de Mercurio y Miel de Centauros. Algo exquisito solo para mi deleite personal. Me derretí literalmente y estando completamente desnudo me sumergí en cada balde por separado. Mis calzoncillos estaban fieros y me trataban con insolencia mientras mi garganta crecía y devoraba y devoraba... Pedí también ocho millones de pasteles de Aguacate, de Aguamarina, de Jamón nutrido con Tempestades. Pedí el abismo de Helm con la Radiactividad emblemática de la Cuarta Guerra Mundial. Pedí un balonazo de Pele retorcido y lleno de Arequipe y salsa de Chocolate Eclesiástico. Pedí todos los tomos completos de Sandokan hechos Albóndigas rellenas de Queso reventado de Píldoras Astrales... Y Comí y comí y comí y mi estomago reía a carcajadas y evolucionaba Y crecía desorbitadamente fuera de toda proporción propulsandome a dimensiones mas bellas donde la inmortalidad brillaba y se estremecía!! Y de esta manera mi espíritu broto todo Brutal y emitiendo un aullido cósmico devore todo el restaurante y por mi boca, cosquilleante, sentí el temblor y las palpitaciones terribles de estar saboreando el universo entero. Y veinticuatro trillones de caballos musculosos y acuáticos cargaron con mi cuerpo ardoroso hasta los fondos impronunciables de abismos estelares mas allá de las negras pantallas que enloquecen y conocí el destino de los grandes devoradores... Todo el azúcar candente de las estrellas y las harinas espaciales se vertió sobre mi y me desate en enormes rugidos mientras me hacia mas potente y mas bello que la explosión de una supernova!! Reventé por fin y ahora mi palacio son las noches acuosas de los grandes reptiles, de las iguanas sin pastores, de los vigilantes lagarto que jamas duermen... Ellos me consideran su mascota sobretodo por una cualidad... mi capacidad de rebotar. s.012..
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