Carta de un soldado a su madre (Caprichos del destino)
Publicado en Apr 10, 2013
¿Por dónde entrar a la felicidad? No hay lugar vulnerable, no hay puerta ni ventana que deje entreabierta, siempre algo aparece para demostrar que no existe tal plenitud, que sólo se trata de momentos, momentos felices. No hay amor, sueño, fracaso, muerte o vida que llene completamente el nivel de felicidad.
Soñar un mundo inalcanzable, donde todo sea distinto, donde el amor y la tolerancia gobiernen, donde no haya lugar para el odio, donde el humano no sea el triunfador sino un huésped más de la naturaleza. Utopías, no es más que eso, sueños utópicos e imposibles que llenan mi vida de infelicidad, lejos de la plenitud. Agobiado por el consumo, el dinero, los créditos, las hipotecas y todo tipo de cadenas que nos privan de nuestra libertad. Un mundo para pocos aunque con riquezas suficientes para todos. Una guerra absurda en la que te toca participar y llenar de plomo a cualquier infeliz solo por tener que hacerlo. Al igual que yo, motivado por nada pero obligado a matar, ellos vienen desde muy lejos, con una historia llena de conquistas y guerras, criado en un pueblo que sólo quiere ser más grande y, sobre todo, más rico. Yo, en cambio, soy de un pueblo que sólo - no hace tanto - vio pasar algunos pocos generales que soñaban con la liberación y la igualdad. Hoy, muy en el sur, en un territorio que nos ignora, desconoce nuestra lengua, nuestras victorias y nuestras constumbres, dueño de un frío que cala los huesos y obliga al estómago a protestar por la falta de energía, me encuentro prisionero de una guerra sin sentido. Ayer, maté por primera vez a un hombre, fue una sensación horrible, inmediatamente después de darme cuenta de que lo había hecho, me puse a llorar, nunca sentí un dolor similar, lo vi avanzar sobre la zona derecha de su posición, tenía a un compañero en la mira, lo detecté y sin pensarlo disparé, cayó desplomado, como si no pesara ni un gramo. Seguramente él, como yo, estaba acá sin ningún sentido, sin ninguna convicción, sólo porque algunos poderosos juegan a la ajedrez con nosotros, pero su situación es muchísimo peor, viajó más de mil kilómetros para matarse por un territorio minúsculo que no le interesa. Te pido que no te preocupes por mi porque voy a estar bien, ayer ya mate al primero y mataré muchos más si es el precio que tengo que pagar para volver a casa con vida. Un General nos dijo: "Que recen los cobardes porque son los primeros en caer. Yo, estoy lleno de valentía."
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Carolina Aguilar Vlez
Rumpels Morana
Gracias! nos leemos!
kalutavon
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