es sabado por la mañana y peter gransk quiere poner todo su apetito a funcionar con la preciosidad de un trago de leche.
 
 
 
el esfuerzo muscular de levantarse de la cama e ir a la nevera no es tan agotador como podria parecer. es levitacion de carnes. sutilidad de miembros
desplegandose para alcanzar cierto cielo intimo y personal...
 
 
 
gransk levanta la caja de leche y despues se inclina ante ella como en un ritual de absoluta entrega y luego bebe, larga y poderosamente.
 
 
 
entra en contacto con el Alma, con el clima fluido de lo lacteo, con su espesa y sagrada habitacion...
 
 
 
hoy bendice a las vacas y al regresar donde su esposa descubre que ella tambien esta singularmente tibia como la leche que acabo de beber.
 
 
siente que si su esposa tuviera ubre traspasaria el umbral de la piel hacia la magica claridad blanca de un Dios perfumado a hermoso oceano...
 
s.011.