EL FINAL DEL CAMINO (Recordando a mi padre)
Publicado en Aug 24, 2009
Se que quiero ser feliz. Estar en paz conmigo misma. Y no sé como hacerlo. Cometo muchos errores. Involuntarios errores en el camino de esta búsqueda que no logro encauzar. Sé que estoy siguiendo el sendero equivocado. Hay otros, muchos otros que debo probar. Pero el tiempo se acaba. La tela de la vida es tan frágil que de tanto usarla se desgasta. Y el intento se pierde. Se desvanece, como la luz del día en el ocaso. Tal vez la verdad está allí, en el final. Cuando ya no hay tiempo para verla. Tal vez la verdad está en la muerte. Como pasó con mi padre. Después de su muerte, comprendí. La verdad estaba en su ausencia. Entonces pude ver el final de su camino. Yo estoy ahí, papá. Todavía te siento en mi pecho atormentado de dolor. Todavía quiero verte para decirte que te quiero. Y no quiero entender por qué no puedo. Ayúdame a seguir, papá. A no equivocarme tanto. Es tan difícil vivir sabiendo que la mitad de mis raíces se cortaron. Quedé débil cuando te fuiste. Pero vos lo lograste. Y yo también tengo que hacerlo. A pesar de todo. Después de todo. La vida siempre se defiende, eso lo sé. No podemos frenar el ímpetu de la vida de la misma manera que no podemos desterrar la muerte. Y eso también lo sé
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María Ester Rinaldi
Gracias por tus bellas palabras, ya no me siento tan triste, ustedes me han consolado...
norma aristeguy
Son las letras nuestro único sostén cuando lo extrañamos, es el fluír del sentimiento en cada uno de tus versos, el que lo revive, el que hará que nunca pueda desaparecer, mientras lo nombres con el amor que te ha dejado.
Un beso poetisa.
María Ester Rinaldi
Arturo Palavicini
Para eso estamos los amigos. Qué bueno que desahogues las penas. Eso también es bueno.
Te mando un beso muy cariñoso.
Todo está bien amiga mía.
Arturo Palavicini
María Ester Rinaldi
Hoy no me sentía bien, y he llorado un poco... tú me has consolado, mi corazón te lo agradece, amigo.
María Ester Rinaldi
Besos para tí....
Arturo Palavicini
Cuántas preguntas dejas ver en esta reflexión. Son las grandes preguntas de la vida y las respuestas, casi siempre, vienen en pedazos como rompecabezas. No es que se develen a sí mismas al final, es que muchas veces es cerca del final cuándo ya tenemos suficientes pistas para anticipar la respuesta.
Te felicito por este relato-reflexión. Lo has llenado, además, de un gran cariño, admiración y respeto hacia tu padre y eso vale mucho más. El viejo está bien, lo sabes tú, lo sé yo. Esa es parte de la lección, supongo, que levantes la vista y sigas tu propio camino. Él siempre será la referencia, pero tú vereda es única y la construyes a cada paso.
Un abrazo amiga mía.
Arturo Palavicini
florencio malpica