COSTUMBRES DE PUEBLO
Publicado en Apr 13, 2013
Pocos
sitios están más poblados de niños en un pueblo como Teodelina que un ciber a la hora de la siesta. Estos espacios que han proliferado en los comienzos de los años dos mil para estar en comunión con lo virtual antes que con lo real con la omnipresente Internet. Si bien en su momento, como toda moda, hubo en un pueblo cinco de estos cibers, el tiempo puso las cosas en su lugar y quedaron en pie nada más que dos. En un pueblo eternamente escindido en un par de mitades. Dos clubes: el Racing y el Teodelina F.B.C. Dos bancos: el Banco Provincia de Santa Fe y el Banco de la Nación Argentina. Dos colegios primarios: la Nº 6382 y la vieja 177. Retomando el curso del relato digamos que subsistieron en base a añadirle juegos a lo básico de la red de redes como es recopilar información y ser elemento de consulta, además del propio Chat. Los niños juegan en las máquinas sus aventuras de muerte, mientras los otros esperan su turno o simplemente dejan que les pase el tiempo porque ya han gastado su dinero. En todo caso, siempre molestan. - ¿Qué hacés puto? Rajá de acá, la concha de tu hermana. Desbocado el niño de una edad que ronda los diez años. - Dejame puto, salí de acá, correte, no ves que no veo a los viejitos que me quieren matar. Para qué mierda te metiste conmigo? boludo. A menudo suelo preguntarme porque estos niños que gritan sin cesar no quedan afónicos. Como ocurre en las canchas de fútbol, donde los barras si quedan en ese estado. Las cuerdas vocales de los párvulos deben estar más entrenadas. El ciber es un espacio de unos pocos metros cuadrados, donde con notable astucia logran caber diez máquinas y en un rincón un pequeño escritorio donde controla la máquina central el consumo de minutos de las demás máquinas. Atiende una secretaria de diecisiete años. En un momento, el griterío y barullo que implica además la música de fondo torna una atmósfera hostil. Música de fondo que como no puede ser de otra manera es una atroz cumbia. Los niños repiten esas letras asquerosas con gran conocimiento, es que en la Argentina puede saberse cuál es la raíz cuadrada de cuarenta y nueve pero jamás no conocer a los grupos de cumbia de moda. A veces también se pone de moda el cuarteto y la locura en ese caso ya torna a estupidez. Ingresa un muchachito de trece años, delgado y morocho, además de dientudo y cara de bonachón. Andar pausado. Se nota su timidez. Uno de los jugadores de lo virtual gira su cabeza y advierte su presencia. - Eh, Cabral, qué hacés. Vení boludo, fijate que ya maté a siete. Soy un genio. De pronto, otro chiquilín sin darse vuelta empezó a canturrear algo parecido a la marcha peronista, aquella que le hizo honor al político más influyente de los últimos sesenta años de la Argentina. -¡¡¡ Cabral, Cabral, qué grande sos!!! Uno, que usaba visera y tenía doce años, riéndose: - Cabral, Cabral, soldado heroico? Che Cabral, dónde lo dejaste a Perón. Y todo continuó en la mayor normalidad. Cabral, se metió a manipular una computadora y fue uno más de los combatientes de ese juego apasionante que le ganaba holgadamente horas al estudio de esos niños que quizá nunca supieran que el soldado heroico de la batalla de San Lorenzo había antecedido por ciento treinta años al general Perón. De fondo, como no podía ser de otra manera, cumbia. La droga de los que nada tienen. Zapatillas Nike Pantalón negro de buena marca. Las grandes marcas sirven para identificar a los jóvenes más que un documento nacional de identidad. A los D.N.I. los expiden el Registro Nacional de las Personas y a las marcas las estruendosas campañas de publicidad. Las marcas permiten que un joven pertenezca a un determinado grupo. Mientras más caras sea lo que viste y calza más personalidad cree él ostentar. Grandes ojos negros. Cabellos bien peinados. Chica de nueve años. Hija única de madre soltera. Sus caprichos y sus marcas a la orden del día. La mejor vestimenta. Gran encono porque su madre le trajo un celular que no colmó sus expectativas. - No, mami, yo no uso este celular ni loca. Es una porquería. - ¿Y por qué no? Mirá que lindo que es? - Es re fiero? Usalo vos si querés. A mi no me gusta esta porquería. - Pero mirá que hizo la publicidad Messi. - ¿Y qué me importa? La Charito tenía uno de estos hace mucho. Ahora los padres le compraron uno mucho mejor. Filma, tiene eme pe tres y está re bueno. - Pero mirá que este saca fotos. - No lo quiero, es re fiero. Es re viejo. Y la madre, resignada, a guardar el aparato en la caja y envoltorio originales. Para cambiarlo por un modelo más sofisticado. Y más caro. - ¿Cuál querés? ¿Querés que te lo cambie por otro? - Bueno. Casi llorando. - ¿Y cuál querés? - Uno como el que tiene la Charito, que tiene para escuchar eme pe tres y también filma. La madre frunció el ceño sospechando lo que podía llegar a costarle. Pensó que nada era lo suficientemente sacrificado a la hora de brindarle satisfacciones a su hijita. Con la tarjeta podría pagar una suma de manera mensual hasta cancelar el monto total. Ya lo había hecho antes cuando a la niña le despertó el gusto por el jockey sobre césped y el patín artístico. La niña después de esta escena, corrió a jugar con su tía de once años y un primo de su madre de siete años. Al correr se le cayeron unas monedas. Recuperó hasta treinta y cinco centavos. Los otros niños se acercaron a ayudarle a buscar la moneda caída. Por unos minutos, los cuerpos encorvados y la mirada posada en el piso buscando el vil metal. De pronto, la niñita hija única, muestra fastidio de esta situación y con tono superado manifiesta: - Dejá, total por diez centavos no me voy a morir.
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Zulema
Hugo Nelson Martn Hernndez
Elvia Gonzalez
Hugo Nelson Martn Hernndez
Jessica
Saludos
Hugo Nelson Martn Hernndez
GLORIA MONSALVE
creo que esta es una realidad, no solo de la provincia de argentina... esto es algo mundial...las antiguas costubres han cambiaddo.. los juegos de niños han sido eemplazados por la computadora. la iternet y la maquinitas... la tecologia haciendo estragos en su mala utilizacion...el consumismo y la moda prevaleciendo sore los verdaderos vaoes
tu mensaje es hermoso... me parecio coomo si fuese un librete... por los detallado,, no se si e equivoque...
un abbrazo de amistad
Hugo Nelson Martn Hernndez