Veo mi brújula, falla el pasadizo.
Intento moverme pero no me muevo:
Un muro de lamentos me cierra el camino.
Parece una anulación del todo abandonda.
Yo la rodeo con graves pasos erráticos.
Camino por caminos aún no indagados.
Intento alcanzar una puerta que no existe.
Sobre mí pasan las naderías en coro.
Las ventanas tránsfugas se ven inalcanzables:
Estoy atrapado en un sueño de minutos.
Los relojes de arena no funcionan aquí.
Camino distancias inexorables.
No veo caras ni formas, pero oigo estrépitos.
Las cosas son locuacez y de vivaz murmullo.
Estoy en el intermedio de un intermedio.
Exhalo la agonía que concibo en esta soledad.
Camino en la larga emboscada de mis sueños.
Oigo la luz entrando por mis párpados:
Me agazapo detrás de mis pupilas.
Mis ojos reales se abren y veo una espesura.
Por un momento creo ver una báscula:
Es el tiempo que se está pesando lentamente.
El sueño sabe que no puede detenerme.
Abro mis ojos y mi boca está seca.
Estoy tendido bocarriba, encima de mi cama.