El cántaro del reencuentro
           Hace 100 años, había una antigua leyenda que decía que en una isla lejana, había un poderoso cántaro, el cual tenía el poder de reencontrar a dos amigos. Quienes no se ven hace mucho tiempo, y quien encuentre el cántaro debe arrojar en su líquido azulado un trozo de papel, con el nombre de la persona con la que desea reencontrarse. Este aparecerá a su lado en pocos segundos, sin embargo no se sabía si el cántaro realmente existía.
           Una tarde un joven, quien no veía a su mejor amigo hacia ya muchos años. Estaba viajando en barco con su familia, sin saber que horas más tarde el barco en el cuál estaba viajando se hundiría. Él encontraría ese poderoso cántaro y comprobaría si este tenía el poder que decía la leyenda, mientras tanto el barco se acercaba cada vez más a un gran iceberg.
           Finalmente dos horas más tarde la embarcación no pudo evitar colisionar con este por su gran velocidad.  Mariano, ese era el nombre del joven, llego nadando con dificultad a una hermosa isla, que según se decía albergaba cosas increíbles. Él joven una vez allí comenzó a caminar por aquella misteriosa tierra, sin saber qué cosas podía encontrar allí.
            Luego de caminar más de dos horas. Un hermoso cántaro de cristal lleno de un Líquido azulado, apareció detrás de unos grandes álamos, a unos metros del joven. Cuando este se acercó a ese misterioso recipiente. Una voz se hizo audible de la base de este diciendo
             Este es el gran cántaro de los reencuentros, si quieres ver a esa persona, a la cual no ves hace mucho tiempo, deberás arrojar en su líquido, un pequeño trozo de papel con su nombre, y esa persona aparecerá ante ti, en unos pocos segundos.
          Luego de esto el silencio se apodero de la isla. El adolescente sorprendido por el poder de ese recipiente tan bello, pensó que no veía a su mejor amigo, desde hacía muchos años. Decidió tomar una hoja de un árbol próximo a él, con una piedra que increíblemente servía para escribir, anotó en el papel pablo, y lo arrojo al gran cántaro.
        Este comenzó a burbujear y segundos más tarde el joven observó como una gran bruma de color blanco nacarado se acercaba. Sus ojos observaron con gran sorpresa como se convertía al aproximarse a la tierra en una persona, la cual era el mismísimo pablo, quien convocado por el poder del cántaro venia a visitarlo.
            El joven no pudo evitar que dos gruesas lágrimas le surcaran el rostro por la emoción que sintió al ver a su mejor amigo después de tanto tiempo. Ambos se abrazaron en un hermoso momento de alegría, pero como era posible que un cántaro tuviera el poder de hacer posible el reencuentro de dos amigos. Se preguntaron los niños, quienes se quedaron anonadados observando el poderoso recipiente de cristal, esperando que alguien les responda esa interesante pregunta, la cual era imposible de responder.
            Luego de esto los dos conversaron sobre viejos momentos que habían pasado juntos. mientras caminaban por la bellísima isla, en donde se había llevado a cabo el increíble reencuentro, observando los hermosos vegetales que este albergaba, y según lo que se decía cada uno tenía un poder o característica que lo hacía único, y por eso esa isla era conocida por todos como la isla mágica.
              Unos minutos más tarde los dos adolescentes regresaron a su hogar con una hermosa e inolvidable enseñanza. Ya que es posible reencontrarse con los amigos que uno no ve hace mucho tiempo. Que no hay que dejarse vencer por la tristeza por no verlos, ya que en algún momento esto se llevará a cabo.