Tenía 7 años...
Las voces reververan en mi cabeza como tambores egipcios sobre galeras de esclavos... no puedo parar los golpes, no quiero parar las voces...
Las manos me tiemblan, el ansia me carcome como gusanos de carne roendome las entrañas...
Él sigue ahi, hablando de pie ante la audiencia, sonriendo, confiado, en sus palabras, los demas lo idolatran, lo aman, le creen, creen en el blanco manto que le cubre, y me acuerdo del Ku Klux Klan, y me acuerdo de los lamas blancos, y su voz resuena por el aire como el tañir de una campana de plata llenando una catedral de Roma...
Tenía 7 años...
Acaricio los bolsillos. Los bultos frios se notan pese a la chaqueta ancha, escucho lo que dice a metros de mí. Me pregunto si me seria tan facil mentir frente a tanta gente. Sus sentencias claras y firmes lo muestran como si fuera un semidios. Un intocable... pero yo sé que no es mas que carne pudriendose en un cementerio lleno de cadaveres sonrientes...
Bestia.
Animal de mierda. 
Aprieto las manos. Me levanto junto al resto, les saludo, fingo una sonrisa amable... la gente sale del lugar y él alza sus manos en señal de despedida, en señal de paz...
Me pierdo por entre la masa, encuentro esa puerta, esa gruesa puerta de madera añeja, y empujo sabiendola abierta. El pasillo me conduce a su oficina. Ahi lo veo llegando y ordenandole a su mucama las labores pendientes.
Es domingo.
Tenia 7 años. 
-padre... - le saludo. Su cara palidece unos segundos al ver la pistola en mi mano.
Cierro la puerta.
Habia un internado hacia 30 años atras.
Todos esos años soportando noches frias donde las pesadillas me secaban la carne y me calcinaban el cerebro...
Tenia 7 años cuando ese hijo de puta, escondiendose tras su sotana y su autoimpuesta santidad me violó por primera vez, empezando un juego perverso que duraria hasta que mis padres por fin escucharan mis suplicas infantiles y me sacaran de ese maldito internado...  
- Rece antes que sea tarde... - le digo apuntandole y apretando el gatillo.
El tronar ensordecedor de la percucion de la pistola revienta y su cabeza se convierte en un amasijo de plastico caliente y pintura que barniza la blanca pared donde un cristo indiferente ve acabarse la misera vida de uno de sus ministros...