CUNTO VALE TU CULO?
Publicado en Apr 20, 2013
HISTORIA DE LA CONCIENCIA I Un magnate de los emiratos árabes va en un vuelo de primera clase. Una deslumbrante ejecutiva que a su lado le acompaña, le yergue el deseo. Luego de presentársele, le dijo: ¿-Le gustaría dormir conmigo esta noche? -La mujer molesta le responde: ¿Usted se ha vuelto loco? ¿Qué se ha creído que soy? ¿Una prostituta? Sir mahmud, con remilgo y desdén, le replica: -¡Le doy diez mil dólares! De pronto, una leve sonrisa brotó de aquel refinamiento aparente para agarrarlo de la mano con lasciva placidez. Pero, al minuto el emir volvió a insistir: ¿Qué tal si mejor te doy veinte dólares? La mujer ofuscada le gritó: Pero, ¿Qué se cree que soy? Hasta que el moro culmina con toda ironía: -¡Yo ya sé lo que tú eres… solo estamos discutiendo precio!- II Ese es el decoro que tal vez, por milenios, vive agazapado en el fondo de la conciencia. Todo es asunto de precio, desde un funcionario hasta una santa. ¡Veamos qué tan severa sea dicha afirmación! Una linda mujer, a quien su familia cuida como el mandamiento escondido del Olimpo, arriba a un lejano pueblo. Los amigos de sus primos la acogen con el más novedoso pavoneo. Pero su madre la increpa con una amonestación fulminante. La envía casa de su hermana quien es maestra de un jardín de infancia. Todo ello por cuidarla de esos pata en el suelo quien solo les puede interesar el arma deseosa que portan ellas en la entrepierna. La hermana, quien cuidaba de la princesa llamada Belén, recibía cierta visita de algún respetable estanciero. Aquel varón, al divisar la hermosura curvilínea, brazos lizos como para cobijar toda la dicha de un solo apretón, pidió salir con le hembra. Al negarle el permiso, el hombre fue un momento a uno de sus establecimientos donde sus matarifes degollaban un cerdo. Al regresar casa de su amiga, ella lo admite con pomposa reverencia y al ver entre sus manos un rollo almibarado de pierna porcina; la mujer le dice:- Aquí tienes mi sobrina, puedes salir un rato con ella. La mañana siguiente devolvieron a la moza, quien en su vientre ya traía una criatura de preñada en sus entrañas. José A. Morales www.paradeima.blogspot.com
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