DESTELLOS DE MI INOCENCIA
Publicado en Apr 21, 2013
DESTELLOS DE MI INOCENCIA No tengo dudas de que la música la inventaron los nostálgicos del paraíso, luego de alguna jerga santoral. Que el amor haya convertido el cielo en una lapida fúnebre, no debe asustarnos; el vino nos acerca más a la creación que la absurda religión. Lo insensato en los santos, es que nos abandonan en el instante que nos ahogan las amarguras y los pesares. ¿Cuál sería la última nostalgia que pudiésemos sentir en un lugar que solo nos desgarra? No cabe dudas, como diría un griego sensualista: - La nada y el vacío-. Dos vertientes enemistadas con el trillado absolutismo de los filósofos. Hemingway me enseñó que, en la vida debes matar a los peces grandes para llenarte de decisión. Pero, la modernidad nos responde que, es mejor coexistir en una incertidumbre sensata, que en un pedregal sitiado de idealismos tonificados por las botas de un mandón. La enfermedad es el origen de los santos, abandonamos el instinto cuando por insuficientes que somos, caemos de rodillas porque el siseo de nuestras lagrimas disemina el orgullo viril. Ya no importa el sentido de la vida, sino, el de cómo soportar el que cada cual le da. Dios inventó a los santos para estar lejos de nosotros. Los pobres ofendieron a dios cuando le dieron a conocer para uso y abuso de enfermos y desesperados. ¿Por qué dios tiene que ser la costra bufa en la deserción del cuerpo? La civilización hizo de dios una comedia lúgubre de reiterados errores. La conciencia moderna es solo una enmienda cuyo luto se reviste en dios. Cuan reconfortante sería ver una riña sangrienta entre ángeles y santos para recoger los puñales posteriormente de la contienda, y erigir un nuevo santuario: suplantar la cruz, el clavo y la espina. http://poetaultrajante.blogspot.com/
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