NOCHE INQUIETA POR EL OSCURO SILENCIO
Publicado en Apr 21, 2013
A veces cuando
el viento nocturno me cubre con el suave sigilo del dolor, de mi pensamiento sólo brotan letras rasgadas por la eterna brisa de mis demiurgos. En mis palabras se refleja la sombra del Hades. Por siempre existiré en este sueño donde la ilusión es grafito translúcido para escribir en el aire mi AMOR por la princesa más bella de todas. Como toda apariencia, esto es un cuento, cuyo castillo sólo puedo escuchar al sumergirse en la duda. No hay infierno que se compare al no estar con ella. La distancia es niebla en mis manos. Mira en el viento su belleza cuando la lluvia es testigo de mi sed húmeda por el frío tejido a través del recuerdo translúcido de sus ojos cuando se despidió. Me abandona su perfume en aquellos segundos que el reloj marcará por toda la eternidad. Se fue donde mis abrazos son inútiles para acercarla a mí. Lo único que me queda es dormir en este oscuro amanecer donde las estrellas no brillan, pero, ahí están, en... no sé si es el Cielo. Bajo tierra las sombras no danzan. La aria infernal atraviesa mis lágrimas para semejar una lira de piedra, cuyas melodías son negras como el arco del Vacío. Las palabras son transparentes huellas escritas sobre cenizas ocultas al revés de un papel del olvido. Olvido quién soy para amarte. He dejado de pensar para creer en lo que el pensamiento no puede entregarme. Creo en tu voz, aunque estén lejos tus dulces labios. Me besas al escribir en nuestras almas cuánto nos amamos. Dante me guío a tus pasos, ya que te vio en el Jardín Celestial susurrando a los pajarillos del PADRE, quienes despiertan en Valle de Paz el aroma de tu cuerpo en ese blanco féretro de felpa. Supuse que era un angelito dentro de una cajita de cartón con un lazo color rosa y lila. Me recuerdo cuando te di chocolates con tres poemas, también, cuando tu madre me dijo que transcribías los versos de Percy. Poe, clamo por la misma luz que abrigó tus manos, la misma donde los malaks del Creet visitan la ventana de una niña. Con su peluche abrazado habla con DIOS. Pregunta: "¿PAPI, un poeta es un ángel?" En ello, Neruda la escucha. En el POEMA XX el CREADOR responde: "Eres la Hermes de la beldad, por ello eres un angelito al igual que Etxe; ambos son mis niños consentidos". Los ojitos de Iva compartieron con Aries el brillo de la Esperanza, aunque fuese negra. Te has ido, hada afamada del ocaso. El atardecer cubre con su cobija a la tierra, aun así, el lápiz aún es real en mis latidos. Cubro mi piel con su esencia para sentirte conmigo desde la última vez en que te vi sonreír. Sonrisa única como el llanto de las nubes de las nubes. Lágrima tierna entristece a la inspiración, porque su cariño obsequia, a lo lejos su mirada se cubre de niebla donde dejé de respirar, donde dejé de ser sin ti. Sin tus caricias te pido ser del abandono.
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