En estos minutos nocturnos las palabras
son tejidas por una voz, cuyo pensamiento
es tan lejano como aquel sueño donde
la mente queda dormida en las manos
del Vacío, donde por lo visto siempre
estaré para esperar a la eterna mirada
de aquella sin igual dama del ocaso
gris, pero, en contraste escribo este
poema para brotar de sus labios
aunque ya haya muerto. Sobre aquel
pasto mis lágrimas saltan a su
féretro para abrazar sus bellos
ojitos, sí, un recuerdo oscuro como
esta noche donde las letras
despiertan en este lápiz para
compartir con los ángeles mi
AMOR por ella. No me importa si
la existencia nos separa, porque
escribo en el viento mi llanto para
que su alma me escuche en
un segundo como éste donde
dejaré de llorar por siempre.