Capítulo 10 "Let it be"
Publicado en Apr 24, 2013
Déjalo SER. Sentada en el parque esperando a que llegara papá, escuchaba esta hermosa melodía de The Beatles. Fue él quien me contagio su amor por ellos. Y de todas sus canciones, esta es la que jamás me cansaría de escuchar. Mientras la oía, contemplaba a las personas. Familias, parejas de jóvenes, ancianos solitarios, niños jugando... Por un instante, me invadió la melancolía. Los recuerdos de una vida pasada que jamás volvería, pero estaba allí, en mi mente y me hizo sonreír. Papá se retraso, pero no envió ningún mensaje. Llevaba esperando media hora ya. Esa mañana hable con mamá de mis deseos de comenzar la escuela de música. Y fue algo molesto escuchar que solo cuestionaba lo que más anhelo. Ella es de las personas que creen que si no tienes una carrera universitaria, no eres nadie. Y yo solo quiero vivir de lo que amo. Suelo escribir canciones, pero aún no se las he leído a nadie. Ya casi completo mi segundo cuaderno, pero es algo que conservo para mí, y que no me animo a compartir con el mundo. Gastón está aprendiendo guitarra lo que hace más interesantes las tardes que pasamos juntos. Él toca y yo canto. Quiso enseñarme algo, pero lo cierto es que hay otro instrumento que deseo aprender, y es el piano. Logre convencer a mi madre de comenzar el año siguiente ya que las inscripciones de este habían finalizado. Eso si, siempre y cuando lleve buenas calificaciones durante este año y no tenga problemas en el colegio. Un trato es un trato. Ahora debía hablar del tema con papá. Comenzaba a inquietarme cuando lo vi estacionar su auto cerca de un árbol. Cuando bajó del auto, llevaba en sus manos un paquete. Había viajado al exterior y no lo vi durante dos largas semanas.
-¡Hermosa! te extrañe hija, dame un abrazo. -Yo también papá. -Perdón por hacerte esperar, es que tenía que ir a buscar a Paul. -¿Paul? Abrí el paquete que papá me extendió y vi a Paul. Un cachorro que estaba ansioso por salir de esa caja. -¿Te gusta? -Es hermoso papá, gracias. -Me alegro hija, hace falta un animal en la casa, espero que tú mamá no se enfade. -Le va a encantar. Paul por... ¿McCartney? -Si hija- Dijo sonriendo. Dejamos que Paul paseara un rato por el parque, mientras papá y yo disfrutábamos de un helado. Le conté lo de la escuela de música y pareció aprobar lo que mamá dictamino. Pude notar que cuando se refería a ella, miraba hacia otro lado, con una expresión vacía. Finalmente me pregunto cómo estaba ella. Le dije que estaba muy concentrada con su trabajo, y que creía que trabajaba demasiado. Me miro pensativo, y como quien dice algo de alguien a quien no conoce, comento "si ella es feliz así". Luego miro a Paul, sonrío y volvió su mirada hacia mí. -Sabes Clara, creo que a tu mamá le va a hacer bien que comiences a estudiar música. -No parecía muy contenta cuando se lo dije. -Cuando ella era joven, antes de comenzar a estudiar abogacía, Débora estudiaba violín. -Nunca lo supe, que hermoso. ¿Por qué no me contaron? -Fue su papá quien le exigió dejarlo porque creía que de nada le serviría para su vida. Supongo que no quería que sepas algo así de tu abuelo. Pero yo creo que debes saberlo. Yo me enamore de esa mujer que amaba la música e irradiaba una hermosa luz cuando tocaba ese instrumento. Con el tiempo, esa luz se fue apagando. No quise preguntar demasiado, preferí cambiar de tema. Hacía tiempo que no escuchaba a papá hablar tan serio. Luego de nuestro paseo en el parque llevamos a Paul a casa y prepare unas masas para merendar, esa era mi especialidad. A los cinco minutos llegó mamá, ese día pasaría horas extras en su trabajo pero llegó más temprano de los esperado. Entro y lo primero que vio fue a Paul. Para mi sorpresa, sonrió, se acerco al cachorro y lo acaricio. – ¡Lindo regalo!- Miro a papá y le guiño un ojo. Él parecía desconcertado, como si no entendiera el porqué de aquel gesto. -Voy a retomar Violín- Dijo sin dejar de mirar a papá. Inmediatamente pude comprender la complicidad de su mirada. Papá sonrió y eso me alegro. Quizás las cosas tomarían otro rumbo dese ahora. Paul comenzó a ladrar, tenía curiosidad de saber lo que mamá traía en aquella caja. Era su antiguo violín. Desde hoy comenzaría sus clases, por eso había vuelto temprano. Será que habrá visto mi expresión de emoción lo que hizo que comenzara a deleitarnos con una hermosa melodía. -Cuando era joven, tocaba el violín Clara. Me va a encantar que empieces piano. -Simplemente hermoso mamá, nunca debiste dejarlo. -Supongo. Ese día fue muy especial. Pude entender el por qué de mi amor por la música y conocí a Paul.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|