La verdad, sino es entera, se convierte en aliada de lo falso. Javier Sàdaba. La verdad, aquello que nos agobia y nos quita las noches de sueño, una búsqueda imparable acerca del mundo en que vivimos, las cosas que sentimos y las que vemos cada día pero, ¿Qué es lo que veo
, escucho y siento? Sin duda parece que todo tiene sentido y podríamos afirmar: pues
, las cosas que transitan en esta esfera, ¿Qué tan segur
os estamos de eso?
Me preocupa de sobremanera las personas que caen en el fanatismo, donde su fe se transforma en obsesión ¿La verdad está en la fe? Pareciera que sí. Los seres humanos damos fe ciega de las cosas sin dudar de ellas antes, somos de conocimiento vago y sin fundamento, pobres de mente y carecemos de análisis, porque vemos pero no observamos la línea de lo transobjetivo, lo que va más allá de las cosas mismas que podrían conformar una posible verdad.
Este callejón con carteles de “NO hay salida” ¡ Peligro!, no son en vano, hoy en día lo que podemos hacer con respecto a este tema es especular y dar supuestos, todo es relativo y cambia constantemente, el universo se expande y nosotros en realidad caminamos de cabeza ¿podrían ser capaces de creer algo así?
Todo depende de múltiples factores, uno de ellos la cultura, el sistema de estructuras, leyes, hasta nuestra propia condición biológica. Es cierto, todos tenemos un sistema nervioso como dice Humberto Maturana, pero ¿el sistema nervioso influye en nuestra conducta? Lo que sucede es que nosotros como observadores, percibimos cambios en la conducta de otro ser vivo cuando se le altera su
s sistema, pero en realidad eso es lo que nosotros “creemos” o lo que” esperamos” que suceda, porque no siempre es de esa forma, todo es inestable y debemos tener cuidado acerca de las conjeturas que hacemos acerca de la realidad misma.
Pero entonces ¿dónde existe la verdad? ¿Está en mí? ¿O está afuera? Desde una perspectiva netamente Realista diría que las cosas sí existen fuera de mí, de lo contario como explicaríamos el hecho de que existen otros países, continentes, religiones, tradiciones, etc. pero por otro lado esas cosas existen en mi intelecto, las sabemos porque hemos sido condicionados de cierta manera por el medio que cambia y nos hace creer ciertas cosas. Por lo tanto, la realidad es una interpretación que está en mí.
Si seguimos con esta premisa de “La realidad es una interpretación”. No sería aún más confuso el mundo? ¿Acaso esto sería un caos? Puede ser un poco individualista, porque si ese es el caso sería imposible vivir, y ahí sí que no tendríamos certeza de nada.
Debe existir un consenso, una intersubjetividad de mundos, para poder entender. Y ¿eso es todo? Pero si la verdad es un consenso, ¿de qué sirve pasar por un cedazo de verificación a todos los fenómenos naturales? ¿De qué sirve la razón y la experiencia? ¿Somos conscientes de nuestras acciones? Aparentemente el conocer esta en la acción, como también en la mente, creando una verdad falsa de todas formas. Todos son inocentes hasta que demuestran lo contrario, si seguimos esta idea, entonces todo es verdad hasta que se demuestre lo contrario…aunque yo creo que la premisa debiese ser al revés, todos son culpables hasta que se demuestre lo opuesto, dudar…eso le hace falta al mundo…solo dudar…