La princesa de los problemas
            Hace  400 años, existía una antigua leyenda aborigen que decía que en medio del bosque chaco salteño. Existía un pozo que tenía un poder extraordinario, el cual consistía en solucionar los problemas de quien lo visitaba, pero nadie había observado ni sabía cómo se llevaba a cabo ese fenómeno tan particular. Sin embargo se decía que un niño que vivía en ese bosque tan particular entre salta y chaco, lo encontraría y descubriría como se llevaba a cabo esto, pero se haría realidad o era solo un rumor que recorría los poblados aborígenes que habitaban allí.
          Una tarde un niño que tenía graves problemas, ya que su familia estaba siendo desalojada, porque sus tierras habían sido compradas por empresas extranjeras para la agricultura. Salió de su casa y mientras caminaba por entre los miles de algarrobos y otros altos y frondosos árboles.
           Un gran pozo debajo de las copas de dos grandes quebrachos, apareció ante sus ojos a unos cuantos metros de distancia esto lo sorprendió , ya que porque estaba allí, era el pozo de la antigua leyenda o era solo un pozo más que quedo de la extracción de tantos árboles.
            Esa pregunta comenzó a dar vueltas por la mente del pequeño niño aborigen, cuyo nombre  era maleque, además porque este despedía una dulce fragancia a lavanda, y peperina que atraía el olfato de ese niño.
         Maleque con el objetivo de responder esa pregunta. Se acercó aún más a este, mientras tanto en el cielo el sol se iba apagando y la noche poco a poco iba invadiendo aquel hermoso paisaje tan norteño y cálido. Cuando solo la luz de las hogueras de las tribus iluminaban ese bioma tan rico en vegetales. El niño  fue  sorprendido por la aparición de un gas de un color muy particular que comenzó a emanar de ese pozo, y este cuando alcanzo cierta altura se convirtió en una hermosa princesa  rubia y de ojos verdes  que irradiaba una brillante luz verde azulada que mirándolo a los ojos, y sonriéndole, le susurro al oído con una voz baja pero muy clara y dulce
-          Hola, soy problemitala, la princesa de los problemas, y he venido desde el feliz planeta de problemlessland, donde los problemas no existen, y he venido a solucionar los problemas de quienes los sufran más, y lo he hecho los últimos 100 años, si quieres solucionar todos tus problemas, no importa lo difíciles que sean de resolver, solo deberás dejar que mis frías manos entren en contacto con tu cabeza y mis labios toquen cariñosamente los tuyos en un hermoso momento de amor difícil de olvidar.
El niño sorprendido por la aparición de ese ser tan particular y bello, e indignado por tener que dejar la tierra que había heredado de sus antepasados,  se acercó aun más a la princesa y ella abrazándolo le toco la pequeña cabeza, y lo beso apasionadamente. Mientras tanto ocurrió algo que el niño no se esperaba, las topadoras que se estaban aproximando cada vez más a su casa desaparecieron casi por arte de magia.
Un gran agradecimiento hacia ese ser tan agradable invadió el buen corazón de Maleque. Nombre que significaba en su lengua pequeño aborigen, por lo que  decidió abrazarla y besarla apasionadamente durante un corto pero precioso momento de amor, y se enamoro de ella.
           Ella tratando de liberar a ese  niño tan cariñoso, de los problemas que este tenía, mirándolo cariñosamente a sus ojos le comento
-          Amor, Si quieres alejarte y liberarte de todos tus problemas, acompáñame al mundo del cual te conté antes,  para eso deberás abrazado de mi dejarte caer por el pozo por donde aparecí, y él nos llevaba hacia el asombroso mundo de problemlessland, ¿quieres acompañarme?  
El pequeño aborigen pensando en que la amaba por lo que había hecho para ayudarlo a solucionar los problemas que tenía en su vida. Decidió acompañarla, además nadie le aseguraba que los problemas se eliminaran para siempre de su vida. Abrazándola y besándola apasionadamente se dejó caer por ese pozo tan misterioso que nunca  en su vida había pensado en encontrar.
Para esto con las manos le pidió que se aproximara hasta su torso y entrelazo sus cortos brazos alrededor de su cuello, y su rubio cabello, el cual despedía para su sorpresa una dulce fragancia a jazmín que lo enamoro aun más.
 Juntos  besándose con un amor y un cariño mutuo  muy fuertes  se dejaron caer por ese hoyo tan profundo y misterioso para el niño.  mientras lo hacían un lección que Maleque no pensaba recibir esa noche tan especial se inscribió en su mente, es posible que los problemas que nos complican la vida se resuelvan aunque no sea fácil, y así finaliza esta antigua pero bella historia indígena