Salpicones y mezclas.
Publicado en Apr 28, 2013
para preparar un coctel de frutas, se encuentra la manzana: la luz en su interior, los pabellones verdes, el sagrado recinto
de plateadas curvas... se encuentra la piña: su sabor de estrella dulce, su mundo sabroso de costeña, su acuatico diafragma por el que transita el pez lunar, no oseo... mandarina salvaje: cuya piel es tan delicada que sonroja al mismo sol, cuyo corazon es la suma de los nervios de la tempestad, cuya agua es un precipicio directo a la costilla del infinito... la uva: diamante de las mieles, paraiso carnoso donde el alucinado equilibra pegasos sobre la yema de sus dedos... estas frutas caen en la panza de la olla. chorrea azucar sobre ellas. las danzas se gestan. el resplandor de geishas ambarinas hace su caldo. mientras, los jugos digestivos de nuestro cuerpo ejecutan su canto al sol, una ballena amiga camina hasta nosotros, le damos la bienvenida de nuestro ropaje, la cubrimos con nuestra sed, con nuestra hambre. Dios surge delante de nuestros ojos sobre la fuerza de la olla. apasionado nos besa a la vez que se relame los labios con el crecimiento del sabroso sabor. Dios es una ola que dibuja babas sobre el cielo... soy el trazador de mapas cerebrales cuya corteza huele a miel. en mi laboratorio digestivo camina Dios. me lo he tragado vivo. sobre la cupula de mi intestino un precioso cargamento de sabores acaricia su cabeza. el se rie y pestañea, con su cuerpo de estudiante hebreo, he aprendido que amarlo es tambien comer de el... el niño gastroastronomico.09
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