Casita del árbol
Publicado en Apr 29, 2013
Hoy, salí con mis amigos... y recordé alguna parte de mi infancia que habría quedado olvidada si no la hubiése recordado en el momento de la tertulia.
Hablamos sobre nuestros deseos de cuando éramos niños, yo también tuve un deseo (quizá el mejor de todos); quería tener una casita del árbol, papá compro maderas e hizo planos para hacerlo (debo admitir que el día que lo ví trabajar de ése modo quise que cuando grande yo fuése igual que él). Mi deseo estaba a poco de cumplirse y casi toda la casita estaba hecha, papá me dijo, los árboles son como las personas, necesitan tiempo para crecer. Jamás entendí y al día siguiente le pedí que hiciera el árbol para poner la casita (inocencia, ignorancia en su forma más dulce). Me respondió con risitas que jamás olvidé de él diciéndome que los árboles no se hacían, que los árboles crecían desde su forma más pequeña y en ése momento me dio una semilla. Me dijo que la plantara en un palmo del jardín para que la cuidara y la hiciera crecer. También recuerdo, dijo que las personas responden a las atenciones que se les brindan al igual que las semillas; si les das tu tiempo y cariño pueden ser grandes árboles en donde poner tu casita de madera; pero que si las dejabas en el olvido y si les atendías por obligación jamás crecerían y, al contrario, morirían. Ha pasado tiempo desde entonces, papá me hizo una casita del árbol sin tener un árbol. Me enseñó algo sobre la vida, sobre el amor... me enseñó a luchar por mis sueños. Ahora lo entiendo, y lo entiendo porque en aquél tiempo... árbol murió de frío en un crudo invierno. Ahí mismo pensé que mi sueño de la casita del árbol había desaparecido. Me equivoqué, aún tengo ésa casita del árbol... y todos son bienvenidos.
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