Durmiendo con serpientes
Publicado en May 01, 2013
Durmiendo con serpientes que en aquella noche calmaban la ansiedad de mi mente, fueron lentamente a recorrer los parajes extensos de mis brazos y rodearon rodillas y tobillos como los brazos de una madre al proteger a su hijo, su calor, su inocencia animal albergo en mi pecho su inconsciente fuerza y las costillas comenzaron a apretar, mis ojos liberando deseos de salir y mi boca con su típica sonrisa me indicaba que sería le mejor forma de pasar el momento.
Bailaban mis pensamientos cuando perdí la conciencia en aquel mar de músculos animales sin cuidado ni temor. Dibuje en mis sueños aquel sueño que alguna vez soñé, planee estructuras imposibles que solo en el sueño de mi sueño pude convertir en real, albergando deseos e ilusiones que nunca me imaginé tener. He llegado al punto en el que el sueño debe terminar, pero sin darme cuenta me agote del dulce sueño y de rodillas en aquel basto mundo sin terminaciones en mis ojos, acabe durmiendo en el paraje de mis emociones. Despertando en el mundo de un subconsciente retorcido que solo mi mente puede crear camine por miles de senderos y ahí los encontré, mis más grandes pecados y mis secretos más escondidos en aquella memoria que siempre quise borrar, las mentiras más blancas y las más negras danzan de las manos riendo por el chiste de hacerse realidad en otra mente y sin una pisca de arrepentimiento la vida empieza a brillar en sus ojos. Al caminar libremente en ese oscuro pasaje de mi cerebro me encontré con mi otro yo, a quien siempre tuve miedo y respeto por su facilidad de llevarme por lugares que deseaba pero no esperaba llegar, chocaron nuestras miradas cuando nuestro dialogo comenzó a amenizar el paseo otoñal de algunas mentiras que se besaban. Logre ampliar mi lista de falsas caras al hablar conmigo mismo, él también se pudo fijar en mí, que mientras sonreíamos a quien nos esperaba allá nuestro corazón propio vibraba por otra más grande. De la nada salió un cuchillo y mi otro yo comenzó a perforar mi pecho, costilla tras costilla salió, manchando de joyas carmesí el piso blanco de mi cerebro y mi alma, de pronto sentí aligerar mi mente y fue cuando pude ver como el con sus manos extraía un pequeño objeto del porte de un corazón humano… un momento, es el corazón de mi pecho emocional, que piensas hacer con él. Divague al ver su sonrisa, mi sonrisa, aquella que me aclaro miles de problemas ahora se burlaba de lo que pasaría. Negro estaba el cielo cuando abrí mis ojos, rojas estaban las serpientes en el piso mientras los hombres se acercaban a ver mi cuerpo y azul estaban mis labios de solo pensar que no volverían a hablar. He visto mi cuerpo morir 7 veces… y son bastantes para un ser que ha vivido 6 hermosas vidas y una que solo fue de repaso. La sonrisa de las estrellas me espera, la nada y el todo se juntan y me dan la bienvenida, mi ser uno con el cosmos y la materia han vuelto a ser… lo que siempre fui… el dios de mi propio dios.
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