Dioses en la tierra
Publicado en May 01, 2013
Grandes reptiles poblaban la tierra y los mares desde mucho tiempo atrás. Los reptiles hacían su vida, matando y muriendo. El orden estaba establecido de esa manera, nadie lo discutía, así era y así debía ser.
Un día tranquilo en la tranquila vida (en la medida de lo posible en que su propia supervivencia se lo permitiera) de los reptiles, el cielo se ilumino de repente, un gran haz de luz, bola de fuego o carretera iluminada(como quiera que se lo imagine el lector), tomo contacto con la tierra, el has de luz se mantuvo solido e inamovible. En el extremo del haz de luz que se unía con el cielo apareció un ser luminoso con forma de reptil( como si de un tirano-saurio rex o algún pariente de este se tratara) tenia la piel transparente continuamente en llamas pero las llamas le brotaban de la piel para adentro(un lagarto con un infierno por entrañas). Hizo un gesto de asentimiento y cuatro reptiles aparecieron detrás de el. Estos eran menos altivos, aunque bastante majestuosos. Alguna especie de pteranodon, terodactilo o la mezcla de los dos, era la imagen que daban, eso si con la piel muy luminosa, pero sin ser transparentes ni despidiendo llamas. El tirano-saurio de "fuego interno" metió su garra(pequeña garra) en su interior y saco un especie de bola hecha de magma, no muy grande lo bastante como para poderla coger con su garra. Les entrego la bola de magma a sus acompañantes y estos bajaron a continuación planeando con las alas abierta siguiendo el haz de luz hasta tierra firme. Los cuatro reptiles alados agarraron la pequeña bola de magma a la vez con la pata izquierda, formando estos los cuatro vértice de un cuadrado. Los cuatros al mismo tiempo bajaron la bola de magma hasta que toco la tierra, y los cuatro ejercieron la misma fuerza para introducirla en el suelo. Pasado unos segundos el planeta entero empezó a temblar, todos los reptiles(sobretodo los mas cercano que además eran testigos de lo que se estaba aconteciendo) salieron corriendo buscando refugio. La tierra donde había entrado la bola de magma empezó a ceder bajo los reptiles alados, pero estos no se inmutaron, también cedió la tierra en varios kilómetros a la redonda. Un gigantesco cráter se había formado, y en el centro el haz de luz que unía la tierra con el cielo. La tierra había dejado de temblar, los reptiles alados desplegaron sus alas y volvieron volando con su jefe, amo, padre o lo que fuese que era el ser transparente con fuego en su interior. En el centro del cráter la tierra comenzó a hacer erupción haciendo que se formase una entrada para bajar al mismo centro del planeta, pero no era una entrada, era una salida, una salida que de buenas a primera empezó a escupir fuego, magma, ceniza y rocas en todas direcciones. No era lo único que escupía, también empezó a escupir seres que nunca antes habían pisado ese planeta, seres con cuatro patas que se erguian para caminar, trotar y correr en dos pata (piernas como luego ellos las denominaron). Estos seres estaban hechos de magma, del mismo magma que había provocado toda esta hecatombe. Escupían lava por la boca en forma de baba rabiosa y se peleaban entre ellos todos dentro del inmenso cráter. Cientos, miles de seres luchando entre si sin objetivo alguno y todos hermanos. El ser transparente alzo los brazos y todo hermano ceso en su lucha para mirarlo. Les hablo sin mediar palabra y estos escucharon atentamente, asintiendo todos al final de lo que habían escuchado. Todos los hermanos partieron corriendo en todas direcciones escalando las laderas del cráter, Una vez arriba prosiguieron su marcha a gran velocidad arrasando con todo ser vivo que encontraban, como se les había ordenado, en la misión encomendada tenían un nombre, demonios se hacían llamar entre ellos para diferenciarse de los demás seres cuando conversaban en mitad de la misión divina. Pronto acabaron con casi todos los reptiles del planeta, pues hasta los mares profanaron los demonios para satisfacer a su creador. Cuando los demonios volvieron al cráter, el magma de su cuerpo casi se había apagado dejando a la vista la frágil carne en que se estaban convirtiendo, Humanos se hicieron llamar en ese nuevo estado carnal por deseo de su creador. Creador que había dejado la forma de reptil para adoptar la nueva forma que tenían estos seres(aun seguía transparente y ardiendo por dentro), y lo mismo paso con sus cuatro acompañantes, aunque estos conservaron sus alas para poder desplazarse o como símbolo de recaderos, nadie lo sabe. -este sera vuestro hogar- escuchaban en su interior los humanos. -cuidadlo o destrozadlo, pero que sepáis que esto es lo que hay- seguían escuchando. -no me volveréis a ver jamas, salvo el ultimo día de vuestra existencia, pues habré vuelto para hacer cambios, como los que acabáis de ver- y la voz, el haz de luz y los seres resplandecientes junto con el ser transparente se desvanecieron para siempre (de momento).
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