LA PLANCHA
Publicado en May 01, 2013
Cantaba mientras pulverizaba y planchaba la camisa de Patricio. Era una mujer enamorada y feliz. En el bolsillo delantero topó con un papel arrugado, lo sacó con esmero y lo leyó : "Amada Esther será el próximo lunes, recuerda que su corazón está muy débil". Devolvió la nota a su lugar, subió la temperatura y concienzudamente, pasada a pasada, concluyó su tarea. Lo último que pensó antes de caer fue: ¡Qué pena no llamarme Esther!.
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