El hombre gris
Publicado en May 02, 2013
El hombre salió del valle desnudo, caminando en línea recta por la llanura de tierra. A veces llovía y la tierra se convertía en barro cubriendo el cuerpo del hombre. Hombre que cuando daba un paso se convertía en mujer, en niño a otro paso, en anciana a otro, de nuevo en hombre, en niña, en anciano etc.
El barro poco a poco se fue secando, apareciendo un suelo firme, el suelo se fue transformando en asfalto. El hombre caminaba desnudo por la autopista, en constante cambio. Al final de la autopista había una ciudad de acero, hormigón, cristales, plástico. Y olía a gasolina, a cañería, a basura. Una niebla gris cubría toda la zona alta de la ciudad, olvidando el color del cielo. Justo delante de la ciudad, donde acababa la autopista había otro hombre, pero este no tenía alma, era de color gris como la niebla, vestía un lujoso traje y lucía una enorme sonrisa de blanco inmaculado, un blanco que no existía. El hombre desnudo llegó hasta el hombre gris y se miraron a los ojos. -Te estaba esperando-. Dijo el hombre gris. El hombre desnudo solo quería continuar su camino, no tenía previsto ninguna parada. El hombre gris quería abrazar al hombre desnudo, un abrazo sin corazón, pues solo así podría seguir viviendo. un abrazo vital y lo obtendría a toda costa. El hombre desnudo lo sabía y no tendría ningún inconveniente en abrazar al hombre gris, pero sabía que el abrazo lo encadenaría a él para siempre. Una parte del lo encontraba atractivo pero otra parte lo encontraba repulsivo. El hombre desnudo que en este momento era anciana quiso bordear al hombre gris para así seguir su camino. El hombre gris la agarró por un brazo sin dejar de sonreír. El hombre desnudo era ahora un anciano que pedía con educación que le dejara ir. El hombre gris no cedía, siempre sonriendo. El hombre desnudo era ahora una mujer que intentaba zafarse como podía. El hombre gris agarró el otro brazo también, la sonrisa era mayor ahora. El hombre desnudo era ahora un niño que pataleaba y se revolvía para escapar. El hombre gris no perdía la compostura. El hombre desnudo era ahora un hombre y agarró al hombre gris, lo empujo para apartarlo pero este ni se inmuto. El hombre desnudo montó en cólera, las venas de su cuerpo empezaron a hincharse, los músculos crecían, las venas se hinchaban, los músculos crecían. El hombre desnudo era ahora dos veces más grande que el hombre gris, cogió a este por los hombros y lo lanzó contra uno de los edificios de hormigón, acero y cristales que se encontraba más cercano. El cuerpo del hombre gris provocó un enorme agujero en la fachada del edificio, en pocos segundos el edificio comenzó a temblar y de repente se desmoronó sobre sí mismo. El hombre desnudo que aún seguía encolerizado se disponía a atravesar la ciudad para seguir su camino, pero los escombros del edificio destruido empezaron a moverse. El hombre gris consiguió salir de su sepultura apartando enormes placas de hormigón con sus manos, salió de los escombros y mirándose el traje que no tenía ni un rasguño empezó a sacudirse el polvo, cuando levantó la vista, la sonrisa no había desaparecido. El hombre gris comenzó a caminar en dirección del amasijo de músculos que era el hombre desnudo. A cada paso que daba crecía más y más, el traje empezó a quedársele pequeño y reventó, quedándose el hombre gris desnudo también. El cuerpo del hombre gris era inorgánico, sus venas eran cables de alta tensión, sus huesos eran enormes tuberías de acero, los músculos estaban compuestos por miles de ordenadores, impresoras , freidoras, batidoras, mesas de despacho, estanterías, archivadores y mil cosas más, todas unidas y amarradas por las mismas tomas de electricidad de dichos electrodomésticos. Sus ojos eran enormes pantallas que emitían una imagen de el mismo antes de transformarse, manteniendo su sonrisa.la piel estaba compuesta por millones de papeles de facturas, expedientes, archivos y albaranes. La boca estaba abierta, pero lo que eran los dientes blancos, no eran realmente dientes. Se trataban de barrotes de acero que partían la luz de un fluorescente que inundaba la boca. El hombre desnudo paso de la cólera al miedo, y poco a poco empezó a menguar. El hombre gris(o lo que quiera que fuese ahora) cogió al hombre desnudo por los hombros, lo alzó hasta la altura de sus ojos, le guiño una pantalla que tenía por ojo cubriéndola con una persiana automatizada y lo abrazo. El abrazo era cada vez más fuerte, y el hombre desnudo empezó a gritar retorciéndose de dolor, con el cuerpo enrojecido por la presión. El hombre gris apretaba más y más, hasta tal punto que el hombre desnudo explotó en mil pedazos. Pedazos que se convertían en personas cuando caían al suelo. Hombres, mujeres, ancianos, ancianas, niños y niñas inundaron la ciudad, y buscaron refugio en los edificios. El hombre gris empezó a reír, pero esta si era una risa sincera. Había estado milenios esperando al hombre desnudo para poder vivir realmente. Sabía que no había de preocuparse por el fracaso, este jamás llegaría. Pero siempre le quedaba el gusanillo, quien sabe lo que hubiera pasado si una parte del hombre desnudo no hubiese sentido atracción por él.
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GLORIA MONSALVE
un camino hacia la civilizacion y la tecnologia, que de muchas maneras nos atrae y ayuda muchisimo pero que a la vez destruye grandes cosas que solo desde nuestro corazon desnudo se pueden dar con honestida...
siempre grato leerte
un abrazo de amistad
Aete
gracias por comentar Gloria
un abrazo
kalutavon
Aete
saludos