El vacío no se llena con alabras que rozan mi piel y no entran en ella,
el vacío se llena contigo.
El vacío no deja de estarlo sólo porque acaricias mi rostro como si lo quisieras,
el vacío se llena contigo.
El vacío no puede tener fin si tú dejas que mis ilusiones crezcan y luego mueran,
el vacío se llena contigo.
El vacío no puedes cosecharlo con las semillas secas de tu cariño tímido,
el vacío se llena contigo.
El vacío no tiene nombre cuando crees haber dejado en él algún recuerdo vivo,
el vacío se llena contigo.
El vacío no es menos grande porque pienses que sin ti yo sería menos infeliz, 
el vacío se llena contigo.
Se llena contigo porque tú lo creaste y tan sólo tú tienes cabida en él, pero si no puedes quedarte no esperes que se ocupe tal espacio infinito donde la voz de mi alma no puede llegar y dominar por si sola. Dueño eres tú de todo lo que no muere en mis muchos universos, llenos todos de los mundos que creaste conmigo. Mas tu juramento no es eterno y tus promesas indescifrables ante la mirada trémula e ingenua de mi amor latente, que por mucho esperarte se rompe a si mismo y a tu propia imagen por no querer vivir otro segundo sin adorarte.