La ltima trompeta
Publicado en May 05, 2013
Prev
Next
Image
La boca hambrienta abriéndose en el horizonte fue la primera alarma. Era inmensa y su calor sofocante me alcanzó. Supe al percibir los destellos que volaban de su núcleo caliente que el final se acercaba.
Traté de justificar de mil maneras lo que mis ojos apreciaban, pero la luz intermitente en mi mesa de noche y la interferencia en la radio encendida desde temprano, me contagiaron de su inestabilidad y mi cerebro también se vio afectado. No sabía qué hacer primero, la disyuntiva estaba en actuar  o dejar que pasara  lo que desde siempre sabía que ocurriría sin ofrecer resistencia.
Encendí el televisor con la esperanza de que sólo se tratara de un fenómeno meteorológico conocido, de esos que ocurren cada miles de años y que  nos invitaran a disfrutarlo y a tomar fotografías; pero en el aparato ruidoso y lluvioso sólo encontré más alarmas, más trompetas. Las imágenes eran registradas desde el puerto y el periodista que relataba, envuelto en una tormenta, parecía estar atrapado entre olas embravecidas que explotaban a pocos metros. Hacía esfuerzo por mantenerse erguido, comunicando con entereza mientras el mundo cedía a su lado. Una toma pareció de película, en vivo y en directo un barco  pesquero perdió el rumbo entre mil mares hirviendo. Burbujas gigantes se inflaron sobre las olas que se mezclaban unas con otras en distintas direcciones. El hombre siguió con su relato totalmente empapado de un líquido oscuro que tenía vida propia,  pegajoso e inquieto fue cubriéndolo completo hasta que interrumpió el informativo excusándose de estar oliendo a petróleo. Fue otra trompeta que sonó con estruendo en mi cabeza.
Busqué sintonizar otro canal, pero en todos, la lluvia o la pantalla oscura era el común denominador.
Marqué el número de teléfono de mis padres rogando que en la lejanía estuvieran ajenos al enojo de la naturaleza, pero el llanto con el que me relataron lo que estaba aconteciendo me pintó su realidad tan alarmante como la mía. El sol inmenso de esa mañana, con su enojo y eructos de fuego quemó su cosecha; el ganado  había huido alocado hacia el molino en busca de agua y de la sombra del monte; más desde el resguardo de la cabaña vieron como uno a uno se desplomaban sobre el trigo encendido.  También tuvieron problemas con el agua que al parecer hervía  en la cañería y desde las canillas salía un vapor amarillento de olor ácido y repugnante.
Después de controlar el horizonte y comprobar una vez más que no era una pesadilla, revisé la heladera y el almacén. Tenía provisiones para unos días; si es que existían de allí en más otros días. El ruido del viento era indescriptible, aullaba en mi oído caprichosamente. El golpe incesante de ramas contra mi ventana, el castigo de algún objeto sobre cristales, el aire enrarecido jugando a filtrarse y el calor sofocante,  me rindieron  en un rincón, acurrucado entre miedos y pensamientos vencidos.
No sé cuánto tiempo transcurrió, horas, días… no sé si fue mi imaginación o si realmente fue lo que pasó; pero juraría que entre dormido vi a varios jinetes recorriendo mi valle; montaban caballos hermosos y a su paso la realidad iba cambiando. Allí donde había vida hubo muerte, donde había luz hubo oscuridad, donde hubo abundancia hubo hambre; allí donde hubo pecado no se halló salvación. Uno de ellos tenía brazos enormes, iba cargando algunas personas que colocaba sobre una gran nube. Tomó a unos cuantos y a otros tantos los dejó como los encontró; ciegos, sordos, perdidos, ajenos, ignorantes, sin fe, sin interés…
 Desde que me rescataron juraría que el paisaje cambió,  el sol ya no es sol, sino luz radiante y tibia;  el agua es invisible, deja ver la tierra fértil que le sirve de lecho;  el aire  fresco y agradable a mis sentidos  ronronea dulce en mis oídos. La sensación también cambió, la opresión en el pecho desapareció, el sabor amargo, el calor, el ahogo…  La vida, la naturaleza  recobraron energía.
Sólo el hombre que quedó en el valle sigue sin cambiar; comiendo de la nada, enfermando y padeciendo las consecuencias de sus maldades; sin entender que ya no hay más oportunidades, ya sonó la última trompeta.
Página 1 / 1
Foto del autor Silvana Pressacco
Textos Publicados: 308
Miembro desde: Nov 16, 2012
16 Comentarios 817 Lecturas Favorito 4 veces
Descripción

Los avisos llegaron a su fin

Palabras Clave: apocalipsis jinetes fin salvacin

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Silvana Pressacco

Derechos de Autor: reservados


Comentarios (16)add comment
menos espacio | mas espacio
 1 2 > 

virgen suicida

Sivana, me ha sorprendido lo tuyo, sigue adelante!
Responder
June 09, 2013
 

silvana press

Gracias Virgen... me alegro de verte por mi rinconcito.
Bienvenida!
y cariños
Responder
June 09, 2013

Federico Santa Maria Carrera

...Y en cualquier caso, mientras eso no ocurra, solo hay que disfrutar la vida; al menos yo, como decimos acá: "¡LA PASO CHANCHO!" (¡Muy bién!)
Responder
May 07, 2013
 

silvana press

En eso cada quien va con lo suyo. En mi caso personal, creo que cuando muera será el final en este mundo pero no el final del mundo.
La apocalipsis tambien tiene distintas interpretaciones como en el caso de la misma Biblia, de acuerdo a distintos versículos surgen diferentes religiones y en algunas ni siquiera se acepta el Nuevo Testamento. Para algunos es el final de la raza humana, para otros es la posibilidad de cambio, para otros es el Juicio final.
En mi caso, no tengo ninguna religión y tengo un poco de todas; es decir mi propia religión y vivo en paz con ella. Sé que en el mundo de las almas salvadas tengo pocas probabilidades de estar y aunque haga mucho por lavar mis pecados, no podré hacerlo si no me los perdono ni yo misma. Mientras, hago como vos, disfruto.
Como verás en estos temas no es fácil poder ponerse de acuerdo, opinemos que eso es libre...a menos que no me dejes, como últimamente me retas, ya tengo miedo....
Saludos
Responder
May 07, 2013

Federico Santa Maria Carrera

El Apocalipsis... Mi viejo padre (ya no está conmigo), siempre nos comentaba que el fin del mundo lo tenía cada quién el día que muriese. Siempre creí que tenía la razón. Tal como Carolina sostiene, "la salida está en nosotros..."
Bueno tu cuento, Silvana; siempre entretenidos y con un mensaje adjunto.
Responder
May 07, 2013
 

MARIA VALLEJO D.

Silvana.
Una historia bien narrada.
Gracias por deleitarme con sus historias.
Abrazos
Responder
May 06, 2013
 

silvana press

Me deleitas tu con el comentario. Gracias.
Cariños
Responder
May 06, 2013

Carolina Aguilar Vlez

Wow Sil! Qué el realismo de cuánto vivimos hoy, la muerte de nuestra civilización, la degradación del ser humano... dura y cruel realidad, sin embargo la salida está en nosotros... nos dejamos vencer por la incertidumbre, por la maldad, por el rencor, por la incredulidad? o nos fortalecemos como seres espirituales que somos? La segunda es la única salida. No solo vivimos y ya, debemos prepararnos para nuestra eternidad, queremos rosas o espinas? queremos vivir o simplemente ser absorbidos y perder nuestra esencia?
Tu narrativa, como en muchas otras ocasiones te he hecho saber, me encanta. Gracias por tan maravilloso cuento que nos dejas de reflexión.
Responder
May 06, 2013
 

silvana press

Gracias Caro... esa era la idea...la reflexión! estamos a tiempo
Gracias nuevamente . Saludos
Responder
May 06, 2013

GLORIA MONSALVE

un saludo silvana
apocaliptico, bien delineado y con un toque de fatalismo sin remedio...
me gusto
un abrazo d amistad
Responder
May 06, 2013
 

silvana press

Hola Gloria!! gracias por tu apreciación... es un texto que sin dudas puede ser real, auque nunca se termine de aceptar; es como la misma muerte... uno sabe que llegará pero duele, no nos preparan para ella y tampoco queremos pensarla. Hay religiones, por el contrario, que es todo un festejo y que a la misma apocalipsis la ven así; es la inmensa fé que ayuda a comprenderla como lo que es; no el fin, sino un cambio, una salvación.
Un gusto tenerte por qui, cariños
Responder
May 06, 2013

Joanna Dufromont

¿Y si es realmente el fin?
Responder
May 06, 2013

silvana press

Para muchos como yo, pecadores, seguramente es el fin...para los demás será albergar su alma en el oasis que creen, o conocer el paraíso, o los nuevos integrantes de un arca, o simplemente volver a ser polvo entre tanto que quedará... Cada uno Joanna religioso o no, cree en un final distinto. En lo personal, a pesar de que creo que ya estamos dando el paso final, es que no lo veré... y así como cerraré mis ojos y tendré la nada; después de ese proceso sólo unos pocos podrán contarlo. Final para muchos, etapa de cambios para otros.
¿Tú qué crees?
Responder
May 07, 2013

Joanna Dufromont

Muy bien narrado, con la descripción justa para que no se enrede la trama (y la intención) de este relato instalado en el final de nuestros días, sin duda con fuertes tintes bíblicos.
Responder
May 06, 2013
 

silvana press

Gracias Joanna, un tema tan hablado como si fuera a ocurrir dentro de mucho tiempo y sin embargo con síntomas en nuestro presente.
Cariños!
Responder
May 06, 2013

antonia

BUENO AUNQUE SEA LA ÚLTIMA ES UNA OPORTUNIDAD ME GUSTÓ MUCHO UN ABRAZO AMIGA
Responder
May 05, 2013
 

silvana press

Gracias Antonia, yo realmente creo que tendremos millones de años enteros de oportunidades, pero la educación, la moral, la ética se deben transmitir desde ahora, porque como vamos ya no habrá valores, ni modelos de referencia... Soy docente, tengo esperanza en nuestros jóvenes pero sé también de su desinterés y de la soledad con la que andan por la vida, lejos y olvidados por los mayores... En fin! una tarea ardua pero no imposible.
Cariños
Responder
May 05, 2013

Aete

quien sabe, es viable de una forma o de otra puede ocurrir, y a lo mejor si ocurriese hasta los mismos jinetes vendrian huyendo para no ser devorados por sus propios desastres.
me ha gustado
saludos
Responder
May 05, 2013
 

silvana press

jajaja ¡qué loco! ver a los jinetes desesperados de su propia suerte, quien te dice que por el hambre hasta sus pobres caballos terminen mal.
Fuera de broma, muchísimas gracias; no sé qué se me ha dado, pero últimamente estoy sensible y fatalista; consejera y moralista... pero como le digo a mi amiga Sara; es fácil predicar; lo difícil es hacer... como tus jinetes jejeje que huyen de sus propias faltas.
Cariños y un gusto tenerte por aqui.
Responder
May 05, 2013

Sara

Sonó y no hay marcha atrás... hermoso amiga, mensaje claro; una apocalipsis avisada y no escuchada... algo que tal vez la humanidad tenga la oportunidad de cambiar, si tan solo escucha la voz interior, la que cada uno considera divina y la de la naturaleza. Pero seguimos sordos, ojo! yo me incluyo.
Me gustó el tirón de orejas, te mando un abrazo.
Responder
May 05, 2013
 

silvana press

Escribir es fácil, vivir lo que se prediga es lo difícil. Todos cometemos errores finos, gruesos y esos inmensos; el problema es la suma de todos ellos y con los de los demás... El granito de arena debería ser del tamaño de rocas para poder cambiar en algo; pero dicen que mientras nazca un bebé todos los días es porque Dios no perdió la esperanza en la humanidad... y quiere decir que tenemos oportunidad todavía, ojalá la sepamos aprovechar.
Saludos amiga.
Responder
May 05, 2013

Sara

Así es amiga, la fé es lo último que se pierde y creo que Dios aún tiene esperanzas en esta raza, aunque sus buenos dolores de cabeza le daremos.
Chaucito
Responder
May 06, 2013
 1 2 > 

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy