Fantasear un lunes por la mañana, teniendo el escritorio lleno de pendientes, citas que recibir, gente insoportable que atender, y pensar que es inicio de semana y no estás aquí. No estás aquí en cuerpo, pero si en esencia.
Porque tu perfume se quedo en mi, entre mis dedos y mis cabellos, su sabor en mi piel.
 
No te has ido, estas aquí entre la triste cortina pálida, pálida como tu piel, y yo no estoy realmente aquí, estoy a allá a lo lejos acechándote, siento un instante en tu mirada, un suspiro en tu café. Yo me he fugado a tu lado.
 
Sé muy bien que tardara en llegar el martes, mucho más el miércoles, que no se diga del jueves, el viernes impensable...
No importa porque aroma se irá perdiendo entre los pisos de la oficina, entre los libreros y el polvo que la gente trae y lleva consigo, se perderá, pero no importa porque una vez más, en el dulce e infinito sábado, retornaras a mis brazos, heridos y cansados de esperarte y me hundiré en tu cuerpo y me ahogare entre tu saliva y renaceré con tus besos nadando entre las lagrimas mías  de felicidad y éxtasis.
 
No, no quiero pensar en el domingo, triste despidida, llena de clamores y recelo, de consuelo y resignación, no,  no quiero que llegue el martes ni el miércoles ni el jueves no quiero que llegue el viernes ni tu ni nadie!
 
Solo quiero estar contigo, sin pensar en idas  y venidas, en ayeres y mañanas. No, no quiero ya esperarte, solo quiero ser eternamente una sola piel tuya.