Puedo sentirlo mi tiempo que se había detenido con el susurro del silencio aquella noche hace dos días, donde inusitadamente morimos, finalmente se movía… Y ahora a diez metros bajo tierra, mi brazo el impulsor de mi cuerpo, me dio los primeros indicios de aire puro… y tu, tu allí, tu al lado mío, tal vez en mi misma condición, empezaste remover los cimientos de tu oscura prisión, tal vez motivado por el llamamiento de tu amado, saliste airosa de tu tenebroso aislamiento, me miraste, te mire por un instante perpetuo, tu mancillado rostro pálido aun conservaba su encanto angelical y tus ojos, tus ahora perlados ojos igual de blancos como la luna, mostraban una oscuridad infinita y sublime, tu cabello casi sin vida oscilaba temerosamente al ritmo del viento, mientras que con un toque elegante bailaste al son del silencio agitando tenuemente tu largo vestido de terciopelo. Ahora que nos encontramos aquí, más allá de la propia vida, incluso después del frío de la muerte, había vida entre nosotros. Te lo dije: hemos regresado. By Roll