Nadie sabe cómo me siento realmente. Algunos me dicen que madure, y otros que no lo haga tan rápido. Algunos que soy una inconsciente, otros que me preocupo demasiado por todo, que hago una montaña de un grano de arena. Algunos que confío demasiado, otros que deje de desconfiar de todo. Supongo que soy yo. Supongo que soy yo la de la bipolaridad. Supongo que yo soy quien cambia de actitud a cada momento, a cada situación, con cada persona. Pero no puedo evitarlo. Simplemente soy yo, abarcando todas esas supuestas personalidades alternativas. Así siento que nadie me entiende de verdad. Siento que la única persona que necesito en este mundo es también la única a la que quieren alejar de mi lado. Al parecer hacen las cosas por mi bien, hacen lo mejor para mí. Curioso que solo me causen dolor. Curioso que siendo las únicas personas que se preocupan por mí, según dictan sus palabras, sean realmente las causantes de todos mis pensamientos negativos ahora, de toda mi falta de autoestima, y de que yo me sienta triste en este momento. De que me sienta incomprendida, de que nada más parezcan estar aquí para manejar mi vida y no para encaminarla. Que simplemente vengan a darme órdenes y después otra vez se vayan, dejándome a merced de lo que sus acciones hayan podido causar en mí, pero alerta para aparecer de nuevo si me salto las normas. Sinceramente, no sé qué hacer. No sé realmente qué va a llegar a provocar todo esto. No sé qué cambios se van a dar a partir de ahora, solo tengo claro que no quiero que provoquen nada más "por mi bien", que no sé si tengo que madurar, o dejar de hacerlo, si preocuparme o mostrar indiferencia, si confiar o alejarme de todo. Pero sé que seré yo quien lo descubra. Sé que seré yo quien aprenda a vivir por sí misma y que los años van a enseñarme lo que hice mal. Sé que no quiero que me "ayuden" más. Veo un lápiz que hace un momento cayó al suelo. El mismo que recogí, el mismo con el que ahora escribo. Curioso que algo como esto me haga reflexionar. Curioso que así sea como yo me siento, tendida en el suelo después de una larga pero repentina caída, pequeña ante la inmensidad de una superficie que me rodea, de una habitación al parecer interminable, vacía, pero con cuatro paredes que se alzan hasta no terminar, cuatro paredes que me encierran. Solo que a mí nadie viene a recogerme. Solo que a mí nadie viene a levantarme, nadie viene a enseñarme cómo doblar las rodillas y pisar fuerte, cómo decidirme a no derramar una sola lágrima sin depender de las circunstancias, a no necesitar un hombro que las reciba, y a no rechazar una ayuda cuando me es ofrecida. Soy ingenua. Soy ingenua de dejar que aflore ese pequeño pero inevitable pensamiento de confianza tras mi constante duda. Soy ingenua de pensar que hay alguien cerca de mí que para a pensar en que no soy de piedra, en que mis ojos también se desbordan, que mis piernas también se cansan de aguantar un peso muerto que mantener en pie con miedo a ser vencidas,con miedo a volver a caer. No sé qué es lo que pasa ultimamente entre nosotros, cuando parece que todo está bien de repente vuelve a torcerse y terminamos así. Aunque supongo que tenía que pasar. Supongo que estuvo mal ilusionarme y pensar que de verdad llegaría a estar entre tus brazos . Supongo que debí hacer caso de ese pensamiento que temía esto, ese que me decía que jugamos a un juego en el que las reglas son claras, si te enamoras, pierdes. Que debí haber evitado cometer el mismo error en el que todo el mundo cae, y parece que nadie aprende. Porque todos parecemos ser tan ingenuos de pensar que a nosotros nos saldrá bien, que vamos a marcar la diferencia con el resto del mundo y vamos a ser los únicos de salir ilesos de esto a lo que las personas llaman amor. Yo digo que sí. Yo digo que somos totalmente conscientes de lo que tarde o temprano nos va a terminar pasando, que siempre ha habido una parte de mí que con cada mal rato me decía te lo avisé, que nunca consiguió enseñarme a no necesitarte, que esa otra parte que estaba loca por ti lloraba, que cada lágrima solo era un por favor quédate conmigo, otro más para la lista en el que daba igual quién hiciera qué, siempre serías el dueño de mis lágrimas y mis sonrisas, el único en poder hacerme llorar, y en lograr que vuelva a reír, el único por quien dejaría mi vida entera. ¿Y sabes qué es lo que más me duele? Que pase lo que pase siempre voy a seguir aquí, incapaz de alejarme de ti, incapaz de decirte que no puedo seguir con esto, porque sé que si hay algo con lo que no puedo es el llegarte a perder algún día, el ver que le entregaste a otra persona lo que equivocada tal vez, un día creí tener. Todo lo que esa parte ignorada de mí siempre llega, siempre diciendo, te lo advertí, no obedeciste, ahora te toca sufrir. "No me importa." Palabras universales para decir en realidad me está matando, no me ves? En realidad muero por que alguien sepa ver las lágrimas detrás de mi sonrisa forzada, esa que parece tan real, que hace que a veces hasta yo misma me lo crea. Que hace que todos los días me mire al espejo con lágrimas en los ojos y me obligue a sonreírle al mundo mientras mi reflejo me implora que vuelva a gritar a los cuatro vientos que necesito una razón para ser feliz. No quiero que nada cambie. No quiero que deje de ser esa persona que me eriza la piel con solo una palabra. No quiero dejar de sentir sus brazos rodeando mi cuerpo, haciéndome sentir protegida, haciéndome sentir por un momento que todo está bien y nada va a pasar, que mientras no me mueva de su lado no hay nada que temer.Y ahora solo quiero que sepa que aún con el viento en mi contra quiero alcanzar sus brazos, que por encima de cualquier sonido escucho su voz, que no necesito luz si sus ojos me alumbran, y no necesito ver el camino si son sus pies quienes me guían. Y no quiero que todo esto acabe aquí, no quiero que nada provoque que quien es toda mi vida ahora se aleje de mí, y es que siento que cada día que pasa todo es más bonito, cada día que pasa todo parece ser más sacado de un sueño que de la propia realidad. Cada día que pasa siento que lo necesito más conmigo, que no sé qué haría si no pudiese oler su perfume, si no pudiese sentir su calor cuando me abraza. Porque así se ha convertido en todo. Así se ha convertido en la única razón por la que dejaría el mundo entero atrás. Y si estar a su lado significa no despertar, entre sus brazos quiero dormir hasta que se acaben mis días. El lujo es vanidad Como tenía prosperidad, el hombre hizo mal en no considerar el bien que no hacía, el lujo sale caro, pero a futuro. El placer tiene un precio que en el momento se paga fácil, no se sienten sus efectos hasta no tener al hombre perdido, sólo nos quedará el arrepentimiento cuando el agua nos llegue al cuello o la sequía nos seque la boca, con la tala indiscriminada no quedará un árbol que nos haga sombra, de esto resultan después las calamidades En esta tierra por causa de la codicia, el hombre soltó la rienda al placer desmedido, ¿vendrá el enojo de Dios igual a su justo castigo? Era cosa natural pensar que la tierra era nuestra, que nosotros éramos los que estábamos en la cúspide de la creación, sin darnos cuenta de que somos un eslabón más dentro de la cadena de la vida, que honra, qué provecho lograremos, sí rompiendo la cadena perdemos la vida y no sólo la nuestra. Por nuestra causa este mal vendrá, por ese deseo desmedido a este paso muy pronto llegará ¿Nos engañó el traidor o únicamente nosotros seremos responsables de este áspero desastre? ¿El hombre alguna una vez vivió en quietud y reposo o siempre estos ojos miraron así? Maldito los ojos que vieron en lujo, el confort desmedido, maldita la lengua que nos convenció de romper la tierra, la vida ya no es vida sino muerte en la miseria y el hambre, solo desgracias para el trágico dolor que nos acaba la vida. El político tranquilo de arriba mira, entre sobornos y favores la tierra paga nuestras deudas. La madre naturaleza dejándonos pasar adelante con ira nos cobrará luego. Contaminando esta tierra somos todos traidores al delicado equilibrio de la vida, ya quisiera que alcanzáramos el entendimiento para lograr el remiendo, yo no tendría esperanza si no tuviéramos tanto caudal en tanta escuela, en tanto estudio, ya sé que algunos fines no son tan deshonestos, pero como todo se mercantiliza y el que tiene la plata si quiere da, si quiere quita, atento a lo que la pasión y el antojo dictan. En el campo combatiente, el mundo está en la mira, cuándo se rendirá el que lleva ventajas. Ninguno ignora que esta tierra para todos un plato de comida da, sin embargo algunos se quedan cansado y con hambre. El pobre no tiene quien le haga venganza, tampoco para ellos hay justicia, a dónde irá la queja de lo justo y necesario, si del que más tiene, nunca el deseo queda satisfecho, cuánto lujo habrá de satisfacer sobre esta sangre derramada. Siendo el día claro la razón no encuentra en la voluntad el instrumento del cambio; venida la noche en la oscuridad menos encontraremos un instrumento que nos ayude.
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