• Elvia Gonzalez
elvia
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  • País: Argentina
 
TARDE DE JUNIORectas palmeras altas, entre yucas de múltiples brazosy olivos de troncos retorcidos,acogen protectoras sobre el céspeda un grupo de jóvenes alegresque cantan con guitarras y laudes. Es tarde serena de junio.Las chicas ríen hermosasla gracia de su juventud,y ellos responden más serios,con su varonil asedio,en la conquista del juego: juego de cortejo y cerco. Es tarde avanzada de junio.El estío inicia su reinodesplegando su vital ardor:enciende la sangre,alegra las miradas,acerca las manos y la piel y abre los labios a la miel del amory a las flores del alma. ¡Qué milagro de vida en su esplendorde jubiloso junio!                                                            Enrique González Matas  
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SI PUDIERA.
Autor: Marìa Vallejo D.-  898 Lecturas
Camino en círculos.Si viera el sol tendría una trayectoria.No hay línea recta que me lleve a ti.Este desierto no tiene fin.  Es la sensación de temor e incertidumbre  que nublan mis ojos. Hasta mi propia vista me engaña. Quisiera un oasis donde sumergir mis penas. Aparece un espejismo y ahoga  mis sueños.Y alucino tus besos.Me pierdo en esta soledad.Insolado esta mi corazón.Sedienta esta mi alma.Arde en la mañana.Congela al anochecer. Mi locura es válida pero no hay nadie que la contemple. Puedo morir y solo el viento se dará cuenta. Y después de siglos de vagar, ya mi cuerpo no necesita agua. Los 70°C me consumieron.Ese lugar cálido que deseo esta entre tus brazos.Por fin te encontré  
El Sahara.
Autor: Raquel Garita  685 Lecturas
ISLA     Una gota pendía del techo de bambú aspirando a caer en el centro de la frente, pero en el último aliento, desligandose ya de la madera, aparté mecánicamente la cabeza y se estrello contra el suelo Estaba Acostumbrado al azul radiante que bronceaba la isla, la jaqueca  sin embargo se había instaurado permanentemente en mi cabeza merced a los constantes golpes de calor   Era tarde y el horizonte cobrizo se mostraba como un planeta invasor a través de la prisión , deshaciendo su ardor en el océano.  Los sonidos de la noche surgían entonces de la exuberante maleza mientras la marea cesaba su actividad y el agua muerta  evocaba un gigantesco pantano preñado de vida escondida. Me arrebuje en mi camisa hecha jirones buscando la postura más cómoda para dormir ,posando la cabeza encima de unas mullidas hojas de coco. El cielo terminó por cubrir de negro todos sus  resquicios y quedé completamente solo.   A la mañana siguiente me desperté exhausto, como si la pesadilla se hubiera encargado de  apalearme enredando mi mentes  su  viscosa ficción. Se sucedían eternas las horas de mi reclusión en el palafito, y aunque desconocía la fecha exacta , los “hombres de los huesos” se dejaban ver el mediodia, cuando el sol alcanzaba el cenit, para demostrarme que la tierra seguía orbitando. Me acercaban un plato de pescado fresco y espinoso que tragaba con fruición Tenían la piel cubierta de hojas selváticas  y la mandíbula encajada por una máscara ósea de jabalí, y hablaban entre ellos un idioma ininteligible  Debajo de mis pies un cerco de agua más densa conformaba el hogar de dos tiburones que circundaban el edificio sin descanso, cumpliendo las estrictas órdenes de sus benefactores  Las primeras fases del día transcurrieron idénticas a  las anteriores y únicamente la visita de los mosquitos fue un acontecimiento celebrado por su disparidad, el resto de la mañana lo dediqué a contemplar el casco hundido de nuestra embarcación     Calculo que serían las dos de la tarde cuando el viento comenzó a cimbrear las palmeras más cercanas doblegando sus ramas, que lamían ya la orilla. En ese momento, un nutrido grupo de “hombres” salieron despavoridos, adentrando sus pateras en el agua. Miré confundido hacia la selva vacilante de resolver el motivo de su huida, pero la atmósfera henchida de humedad se fragmentó ante mis ojos, anegando la playa de calima.  El sudor me caía a chorros cuando adivine el silencio imperante en la isla . La niebla se disipo y  me halle  lentamente rodeado de nada    
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Silencio
Autor: javier castillo esteban  429 Lecturas
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Soñándote
Autor: Automation  494 Lecturas
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QUIERO SER ESCRITOR
Autor: Luis Alva  459 Lecturas
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FRIÓ EN EL CORAZÓN
Autor: oscar  757 Lecturas
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Te llamo, amiga
Autor: Silvana Pressacco  539 Lecturas
Presencia etérea,adormecida en su esencia pura;Tenue golpe de luz y de suspiro;Casiopea desnuda de fragancias,galope de sueñosen una noche sin luna. Tul ameno en sinuoso desdén,mordaza de viento,primavera deshojadaen el pétalo marchito;El solaz regalo de un ocaso,envuelto en un sol anaranjado,que se traslada al infinito.
Si el sol se ocultara no podria verte...Si el rio se secara, mis lagrimas  no saldrian...Si los animales hablaran todos seriamos uno de ellos...Si  el amor no existiera, talvez el mundo ya  HABRIA ACABADO.
Ven, quiero oír tu voz,y, si aún nos queda amor, impidamos que esto muera. Ven, pues en tu interior está la solución, de salvar lo bello que queda.
ven
Autor: magali  473 Lecturas
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BREVE POEMA 174
Autor: JORGE AMADO  273 Lecturas
Me deleitaba con el último espacio de la noche mientras amanecía.Entonces yo buscaba miradas, sabor a párpados.Era una larga espera, de años.Porque en la noche yo cantaba a los árboles,a las lucecitas,a las flores de súbito nacidas.Solía hundirme en melodía y humos, buscando el amor. Y en cambio te encontré a tí,que eres amado. Ahora soy quien recibe caricias que fugan hacia la nada, el que corre con su angosto perro hacia los pasillos de los soles finos.Algunas pocas abejas libadorasme empujan entre sueños hirientes y sublimes.   Pero siento que a mi alrededor, perversamente,el tiempo agoniza.  
En cambio
Autor: Guillermo Capece  376 Lecturas
Mujerque estas en otro mundo cualquieracon tus carpetas tus peces de coloresa cada instantetus ovejas pastanárboles de gran alturadesnuda como una nubemiras correr mi ausenciamujerpan de maízcaña dulceviolínviolínmano fresca y entregamujercolor perdidosiempremujeralba sobre el albahumo de las azoteasflores del domingoy nieve.   
Mujer
Autor: Guillermo Capece  339 Lecturas
Domingo.... ...de todas maneras era inevitable que hablara con Verónica. Si el resorte roto del colchón no hubiera intervenido, y su existencia terrenal no hubiera formado parte de quien sabe que arcano prometedor, la cosa estaría en veremos.    La entrada a la habitación me dejó un poco pasmado al ver que no había más que una silla y una pequeña mesa delante de la ventana; era domingo, y la mayoría de la gente que trabajaba en la casa se había ido a la ciudad y todo había quedado como la noche anterior. Recuerdo que sobre la silla, durmiendo placenteramente había una gata, curioso animal que despertó mi curiosidad cuando despertó al oírme entrar; se estiró, bostezó y se levantó lentamente encorvando el lomo, como hace cualquier gato que se precie de tal; casi no resistí la tentación, y me puse a acariciarla, más por deseo de sentir algo con vida cerca mío que por querer acariciarla, aunque ella, la gata, no notó mi segunda intención, la de no sentirme solo. Era domingo como dije, y como casi todos los mediodía de otoño, la poca luz que entraba por el ventanal me daba la sensación de estar bajo el efecto de un sedante; no había brillo de sol, y el viento, no muy fuerte, de afuera, arrastraba algunas pocas hojas que todavía no se habían desprendido de las ramas de los árboles. Estaba sólo, y la casa enorme, parecía un infinito rincón del paraíso, o del infierno, que daba lugar a mis reflexiones; suponiendo que, si las cosas hubieran sido de otro modo, estaría ahora leyendo, o talvez durmiendo con la paz que el domingo me daba; pero no era posible... así, durante una hora, acaricié el pelaje de la gata que se había acomodado sobre mi pecho, posteriormente a amasarme y clavarme sus uñas, cosa que no reprendí, porque mis claras, u oscuras divagaciones, estaban alejándome de aquel recinto. De pronto, mi cabeza tropezó con un recuerdo, más bien era un rostro-recuerdo; aquella cara me hizo sonreír seguramente, aunque no tenía conciencia real de aquello; el recuerdo era de aquella chica, la bibliotecaria: alta, lánguida, con su cabello cortado en melena y unos ojos muy grandes y bonitos; aunque, su sonrisa era casi una burla, cuando intentaba ser simpática; muy tímida, pero con mucho carácter. Recordé aquella tarde que la conocí, era el salón de Mme. Vazka, y aunque éramos pocos los hombres, dos en realidad, en medio de una multitud de mujeres, fui capaz de improvisar con ella una hermosa historia, por supuesto que líricamente, no habría habido manera de lograr nada que no fuera algo platónico con esta joven; yo, con mi más modesto arte de seducción, intenté arrastrarla hasta los acantilados de los deseos, sus deseos más ocultos; desde la lívido hasta sus más ardiente recuerdos oníricos; pero no hubo razón, ella buscaba en mi llevarme hacia la paz y el estancamiento de un remanso de sonidos, palabras bellas dichas por su boca... Finalmente nos encontramos, aquí, en esta habitación, ambos, uno al lado del otro, mirando por el ventanal, en el mediodía de un domingo de primavera; cuando todos los que trabajaban en la casa se habían ido a la ciudad, y todo había quedado como la noche anterior; el viento, arrastraba millones de pétalos del durazno...   Finalmente, hablé con Verónica, suponiendo que el fortuito hecho de que saltara el maldito resorte del colchón, había dejado en ella una mala impresión de mis mas puros y sinceros deseos; pero no, se acurrucó en mi pecho, y en la amplia sala, con la silla y la mesas solitarias mirando por la ventana, volvió a clavarme sus uñas en el pecho...  
DOMINGO
Autor: carlos  198 Lecturas
NACIMIENTO DE LA PALABRAEscrita estaba la palabra en mi almacomo un resplandor; se formó en mi mentecomo una idea; la transcribí al papel como un dibujo de letrasen el idioma que suelo hablar. Ya estaba naciendo la palabra en su propio amanecerrompiendo la noche del silencio,pidiendo su feliz alumbramiento,y fue bautizada al pronunciar su nombre:"AMOR", sí, "AMOR",porque esto que siento,ardiendo y temblandoen el alma y en la carneno puede tener otro nombre.                                                             Enrique González Matas 
Problemas.. en los días más negros soportados por la velocidad con que vistes los paisajes   Que libre me siento cuando desperezo mi alma en el seno de tu traqueteo, vía dormida y silenciosa que tus curvas me han marcado más que los días pasados cuando te veía pasar y no eras mía.   Y cómo hablan de cultura con la boca tan llena como un besugo, siendo su baba la que emerge  por entre las escamas y no de sus visceras De una cabeza nutrida con las raspas que deja la sobredifusión maldita después de su pesca   En las tardes soleadas se revelan atisbos de soluciones sabrosas que no se excitan lo suficiente frente a ti y en sí las letras abordan de una manera más firme la estricta sentencia de mantenerme alejado de los hombres para penetrar de nuevo a tu falda   No se acuerdan de la tormenta escandalosa? Te prefiero a ti  incluso con los seres salvajes que desinteresadamente has colocado en este jardín Acércame la vida,  la muerte asustadiza y el pájaro cantor alegrará los semblantes olvidados. Proyéctame en tu solícito cielo azul  que rechaza las nubes exhibiendo su pecho impávido y transparente descansa tranquila que también en los inviernos más duros cuando lloras lágrimas pálidas me acuerdo de ti, fragante conquistadora Supón ahora que La tediosa calma con la que juegan mis dedos encadenan la carrera que disputa un lápiz, esforzado en figurarse horizontal y diluido  en el trayecto  que ha ido sedimentando la resina me encuentres prendado de tu aroma  
PROFESORA He besado los labios de mi profesora  y ella, emocionada me ha dado la preferencia. Siendo yo el más vago de los alumnos He despertado la envidia de mis amigos   No siendo la vagancia motivo de preferencia Ni la envidia, emoción de la profesora He de mostrar la razón a mis amigos Que el amor verdadero transforma la vagancia   Pensé antes de besar a mi profesora Con amor y lágrimas en mis ojos Pedir a ella perdón por mi vagancia Y prometerle ser el mejor de los alumnos   En principio ella no creyó y me castigó Entonces, me  dediqué a estudiar sus enseñanzas Añadí alabanzas a ella por su pensamiento merecido Con la esperanza de ser oída mi añoranza   He mostrado a mi profesora mi promesa de amor Entrelazando dulces palabras de amor y sabiduría Ella, ha creído  mi promesa y aceptado mi amor Y, emocionada ha permitido mi beso en sus labios.    
Profesora
Autor: Lucy Reyes  810 Lecturas
Sobre su ausencia esperas encantada Buscando el halo de sus reflejos oblicuos Desesperada por oler su rastro, y mecerte en encuentros polvorientos   Bendices sus pasos  sin réplica expositores del destello cegador Agachados, ocultos tras la niebla de disputas Que avecinan colofones terribles y sinceros   Venas dilatadas en presencia de su piel Que atraen los latidos implacables Credos esculpidos invocando el músculo rusiente de la memoria Se funden en la piel hundida disimulando el dolor Infligido por el  nombre más glorioso y deseado   Tu que conservas la calidez de los días más fríos Te atreves a contemplar la esperanzada travesía Desde caminos pedregosos y remotos Vislumbrando Los muros escarpados de la dicha   Cada vez más cerca Hacedora del plausible sino Poseedora del silencio Se halla el sol estruendoso Que has de buscar sin demora Hasta secar la última gota de tu exagerado pómulo
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Cómo olvidarte
Autor: Liaazhny  293 Lecturas
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Elefante de Anís
Autor: C.S Marfull  450 Lecturas
Sí algo ha aprendido Andrés es a no llorar. No cree justo ver a una madre sufrir por su pielSus  evidentes arrugas No fingen que la vida sea Fácil Sin embargo la base de su felicidad radica en el mismo bache desafortunado que se resuelve como un acicateconsidera  Andrés su situación privilegiada y ni mucho menos una maldición. Tiene  el tiempo y la fe en dios que le ha ofrecido las manos y la oportunidad de dibujar la vida. Creando paisajes sublimes a los ojos de Ana , Pedro, igor...Agota los días visitando a niños en estado terminal que  como el quedan prematuramente calvos . Y en las noches reza por volver a verlos con una sonrisa inabarcable  que le insufle las ganas de seguir convirtiendo la tierra en el reflejo del cielo. 
Cáncer
Autor: javier castillo esteban  445 Lecturas
                                  Con besos y palabras                                  Su boca siguió el rumbo de sus ojos                                                                   Paul Eluarddesata la boca de los pecesadolescente  mueve tus iluminados rocespara que las cuerdascon las que anudaste los ocasosadolescentesiembren el relato de tus caricias dí que amaste a una espadaa un tren ociosoa una ventana abierta donde la arena castigaa una soga anudada a un grito antiquísimopor las vías rueda un trenque no lleva a ninguna parte el paisaje siempre es el mismo:esa cara soledad impiadosay los bellos rostros desaparecidos y aparecidosen tus sueños adolescente dí que en el planeta aguahas de miraraquellos amados y últimos ojos (cuánto tiempo  esperastepara deshacerte de tu pequeño pasado) en una mano llevas auras de coloresy en la otra extrañas avesque hablan de la ausencia del vueloadolescentemira en la calle sus adoquines ardientesy sumérgete en el ahora que las mañanas te ofrecen.                                                                               
adolescente
Autor: Guillermo Capece  406 Lecturas
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QUIERO SER. . .
Autor: Marìa Vallejo D.-  1477 Lecturas
La vida es bella                                los sueños  llegan                                       los dias  se acaban                                  la noche   termina . ..y tu 
Los pasos no son tan complejos y sinceros durante el entrenamiento, y el ritual se puede convertir en un manual de supervivencia con las hojas ajadas y la tinta corrida- La respiración conforma el núcleo cuyo alcance diametral requiere una buena sujeción de la culata acogiendo la fusión pecho y hombro. Por otro lado y sin desligarse de estas condiciones, la frialdad copa la marca intrínseca del cazador, irreconocible sin el talento natural.   La tarde era roja y caía como un puñal sobre la tierra húmeda del sur de Potes, Cantabria. Apunté hasta que el aire se vició de tanto soportarlo en mis pulmones, esperaba que el puntito quedase inmóvil, anulado sobre el blanco. Era preferible que el objetivo no detuviera sus movimientos antes de que vibrara la mosca negra y diminuta Solté el gatillo y la violencia del disparo desplazó mi tren superior hacia atrás, apoyé mi mano en el suelo y me incorporé oteando el estado de la presa que hacía un momento caminaba lentamente y con regularidad Sólo quedaba un cartucho que cargué a tientas, intentando no hacer ruido. El crepitar de las ramas  me silbaba detrás de la nuca  El oso se arrastraba ahora con sus únicas tres patas indemnes  emitiendo unos gemidos del demonio. Giró su cabeza 90 grados hincando su mirada parda en mi pecho desnudo, Mi corazón sobresalía sangrante por la boca, sin lugar para un nuevo bombeo, y el oso resollaba a cada zancada, descansé la escopeta encima de un trípode de madera improvisado, y el gatillo cumplió sin réplica mi última voluntad, dejando al oso tendido en el suelo con un disparo certero en la cabeza.   Al aturdimiento siguió a un sueño inevitable y profundo que no pude percibir hasta que mis ojos se entreabrieron, sabiéndome solo en la montaña, el camino de vuelta se había evaporado y no tenía comida El cielo escupió  en ese instante, los postreros reflejos de la bola dorada atisbando una muerte advenediza
cazador
Autor: javier castillo esteban  386 Lecturas
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Vicente
Autor: Automation  233 Lecturas
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AGRIO Y DULCE
Autor: Francisco Perez  733 Lecturas
Sobre el plano horizontalla línea vertical soberbia;sobre el hundido vallealtiva la montaña entre los aires;sobre la tierra pendientelas aguas del río hacia los mares... ¿Hay alguna cosa independiente,alguna realidad que no se apoye,para ser o relucir, en otra?  La Tierra vive por el Sol,el Sol por su galaxia blanca...Yo mantengo mi contentoporque me veo en tu mirada. Todo está enlazado en la trama compleja de la vida;y yo te necesito, amor,como los campos a la lluvia.                                                              Enrique González Matas 
Revisa mis ojos:algo se mueve dentro de ellos en enmarañada trama.Me siento separado de la tierra,con fuego en las pupilas.Acabo de matar a un hombre.No sé que designio me guió,pero hubo una luz trágica en mi puño,una pasión insatisfecha,una pluma de ave tocando el fondo de mi garganta;como oír voces desatadas hechas para uno-atributos de poseído-bailando sobre palabras dolientes.Oye,revisa mis ojos.Qué idioma debo hablar sino el de mis entrañas.Maté a un hombre. A Sebastián.No me arrepiento.Aquí está la sangre ineludible, el duro pozo.Fue una tropilla de angustias acosándome el pecho(tan investido de tiempo,de terror de hombre solo),y un momento pequeño en que apreté el gatillohasta la fiereza inflexible de la bala.Maté a un hombre.Mira ahora mi cuerpo lánguido, sangrante,lejos de algún paraíso.Mira ahora caer la nieve sobre mis ojos. Me llamo Sebastián y mis ojos llorarán para siempre.   

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