Vuelves... tras tus pasos, otra vez arrepentida y en mi hombro echas a llorar. Medianoche, medianoche fatal, el lugar donde los presos se atan, la cornisa de la cúal los suicidas pretenden iniciar un vuelo sin fin. Regresas, huella tras huella, y pides que te comprenda. Lloramos por tanto dolor, el espacio de mi casa es un gran corazón que bombea. Es una medianoche de éstas... *2011/10/10 La ausencia de Dios revierte toda mi historia, es un comportamiento hereditario que me trajeron los genes y que un día fue borrado. Cuando miré al cielo y vi algo físico y no un espacio moral, cuando las nubes eran por si hermosas y el azur una delicia, entonces ya no estaba Dios en mí. Cuando me descubrí sola, atea y sin voluntad, encerrada en mi habitación lloré por todos quienes me engañaron, asimismo engañados. Cogida sólo a mis manos me tuve que reinventar, con quince años perdidos en pos de la senda de plumas de alas de ángel, de la sombra dolorosa de una cruz que goteaba sangre. Cuando este paraje dual de sacrificio y placer, amor y castigo cruel, resultó ser nada, una mentira, peor que un reflejo en el agua, mi vida dio un giro de ciento ochenta grados y salí a las calles de mi ciudad desnuda por completo, pues sólo era yo. Y mi vida se tejió de nuevo en cada puesta de sol, noche a noche durmiendo con la tristeza, reconociendo mi nuevo tono de voz. Sin Dios se vive peor, pero sin Dios se vive de veras, soy yo y no una presa de incienso, manteles y cirios prontos a arder. Consciente de que en mi carnalidad no habita alma alguna, que mi tiempo de respirar se halla acotado como todo lo que sobre la tierra se encuentra, sé muy bien mis límites. Sé a dónde no iré, lo que no puedo soñar, las palabras que nunca diré, que esperanzas se ahogaron en la mar. Sin oraciones ni consejos, sin parábolas ni moralidad, sin la imagen sensual de un Cristo ofreciendo su manos enllagadas, me queda le terrenalidad, el trabajo del propio cuerpo, la indagación de los otros, el construir círculos pequeños y sendas sobre la hierba con pasos llenos de dudas. Para quien no cree en el más allá, cada día es un final, cada noche el traspaso a lo intemporal, al tiempo en que tú ya no estás y nunca viniste.Sin Dios, pero con dignidad de llevar mi propio ser hasta donde pueda llevarlo. Sin caer de hinojos, sin bajar los brazos... sin orar como una cobarde. *2011/10/10 Si por belleza tú entiendes estos pechos desnudosque te muestro, si por amor interpretasla fiereza de los besos, la saliva de mi lenguaabrillantando tu pene amoratado,si por silencio identificas los rumoresdel post coito, amor, eres pasado... *2011/10/10 Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
|
Lecturas Totales | 2773 | Textos Publicados | 4 | Total de Comentarios recibidos | 6 | Visitas al perfil | 1950 | Amigos | 0 |
|