• Edgar Tavitas
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Ella baila con el diablo y fui invitado. Entre los pasillos podías ver un amasijo de cuerpos como un montón de gusanos satisfaciendo sus deseos, no distinguías  entre tetas, vergas y bocas, un monumento al placer. El eco de gemidos, , blasfemias y gritos de dolor/placer te  estremecían el cuerpo. Él le dijo:  Te seguiré hasta el infierno y ahí estaba, no supo cómo, pero en el mismo infierno se encontraba; no era ese salón de llamas y torturas, todo lo contrario, un lobby elegante con piso lustroso. Al final del recorrido, una recepcionista alta, morena, completamente desnuda con senos orgullos, pezones oscuros  trasero redondo y firme. No lo había notado, pero todos estaban desnudos; como cierto lugar donde no hubo limitaciones de vestiduras; que después Él mismo censuro.  No lo esperábamos por este lugar dijo la recepcionista de lindos senos, al instante llamare al encargado.  Volvió a recordar esa promesa que le dijo a ella cuando complaciente le entrego el culo, no era la primera vez que había cogido un culo, pero esa sustancia morada hizo que su entorno se colocara dentro de una dimensión muy remota, más allá de donde estuvo alguna vez. ¿Dónde la conoció? Recordó sus pasos hasta llegar a un antro llamado el infierno, le causó mucha gracia, por eso entró. Había caminado por   largo tiempo, dos o tres horas, era la primera vez que ingería esa sustancia morada y provoco recorrer las calles hasta llegar a ese lugar; dos guardianes cuidaban su puerta.,Sin mayor dificultad entró y sin dificultad alguna pidió más sustancia morada junto con una botella de whiskey, Las chicas bailaban sensuales, provocativas, entregaban su cuerpo, su alma por unas cuantas monedas, también esa reflexión le paraecía graciosa, a Él también entregaron su cuerpo por unas cuantas monedas; todo igual,  una misma repetición de algún otro bar alguna otra cantina ninguna chica resaltaba ante las demás. Tenía que orinar, camino entre las sombras hasta el baño, recargo  su cabeza en la pared mientras orinaba  divertido observó su orina color morado; el olor de ese lugar, el perfume de las putas, la sustancia morada, el cigarro, toda esa revoltura hizo vaciar sus tripas; un gracioso color morado fluorescente salía de sus entrañas, cayó de sentón y una risa se escapó al darse cuenta de su situación, era una caricatura entre colillas de cigarro, escupidas, vómitos y orines. Lentamente se puso de pie, alguien le ayudo, y cortésmente le limpio la cara con un paño húmedo; era una linda puta, siempre le han gustado las putas hasta las defendió de morir apedreada. Usted no debería de estar aquí , ¿quiere que le llame un taxi? le dijo la puta; No te preocupes tu estarás sentada a mi derecha en algún día de alguna ocasión, contesto con una voz apenas audible ante el sonido ensordecedor de la música; salió por los oscuros pasillos tambaleándose, la sustancia morada dejaba de hacer efecto; con felicidad notó que quedaba la mitad de la sustancia y mitad de la botella, las cosas comenzaban a salir bien y mejor cuando anunciaron en voz muy sensual la salida de Hamartia, ja ja significa pecado en arameo, su antigua lengua, en ese punto no supo que le causó más gracia si ese nombre, o el vómito morado fluorescente. La voz dijo las palabras para ponerle nombre a su deseo, Hamrtia; lo repitió una dos o no sé cuántas veces, Ella se retorcía sobre un tubo manchado de la chica anterior, de su cuerpo delgado resaltaban un par de globos blancos no muy grandes, solo lo necesario para una mano, sus pezones se traslucían de una blusa roja, los tenia duros casi desgarraban la tela, Él quería imaginar que fueron endurecidos por el placer de tener entre sus piernas ese brillante tubo; al fondo se escuchaba en cierta melodía la frase : “Cuando el cuerpo no espera lo que llaman amor”. Supo que se perdería entre sus piernas. al terminar la canción la tomo del brazo ella  completamente desnuda rumbo a los cuartos privados, le entregaron un ticket; exactamente 13 pasos para llegar, Él caminando detrás de ella, complacido notaba el vaivén de las nalgas. A su alrededor sombras tratando de fusionarse en un tráfico de deseos, se acomodó en un sillón. Ella primero lo miro fijamente, sus ojos brillaron, la sonrisa cubrió completamente su cara, le dio la espalda y se agacho, el culo de ella estaba impúdicamente a unos centímetros, no quiso tocarlo pero ella insistente se lo restregaba por sus pantalones, el culo buscaba ese miembro que ya se sentía endurecer, no pudo más y toco su espalda, un efecto extraño ocurría cuando sus manos tocaba la piel, como cuando un fierro caliente pasa por el hielo, igual salía ese vapor pero de color morado, el deseo consumía su ser, Ella al sentir el efecto, donde  el deseo se vaporizaba en color morado, ronroneaba como gatita; Él con su lengua degusta las nalgas, las recorre con el mismo efecto del acero caliente a la mantequilla, Encuentra su ano y lo perfora, ahora es Ella quien suplica y le acomoda las manos en sus senos, el vapor morado cuando la manosea tiene un olor dulce, embriagador que  Ella lo respira y se humedece, un río sale de su entrepierna, su vagina palpita, tiene necesidad de ser penetrada. El simplemente está complacido con su ano y el néctar de su vagina que la saborea y convierte en más placer, Ella siente como esa lengua es todo lo que había necesitado en su vida, se voltea y sus labios por fin coinciden en el mismo lugar, sus brazos parecen enredaderas identificando todo el camino, ahora es tiempo de complacerlo. Las manos de Ella hábilmente desabrochan sus pantalones y fue directamente a si miembro ya duro, se dio el gusto de contemplarlo dos segundos para introducirlo a su boca, mientras que con sus dedos masajeaba sus bolas, y Él mientras, acariciaba su cabello…  Ella recordó esta misma tarde, cuando recién llegaba al club, una persona extraña le dijo: Esta noche llegará alguien especial, definitivamente tú eres su gusto, me recuerdas a esa, hoy no importa tu nombre, solamente te llamarás Hamartia, ¿Qué quieres a cambio de tu culo? Te doy lo que me pidas. Ella incrédula le dijo: por este culo nene te costara carísimo, para comenzar un carro deportivo del año.  Hecho. Metió la mano al bolsillo y saco una sola llave y le dijo, Vamos a que conozcas tu carro. Salieron y efectivamente un deportivo rojo estaba a la puerta, ¿Quién eres? Pregunto Ella.  Solamente alguien que necesita tu culo. Y ahora es mio. Por supuesto papito. Ella comentó alucinada por el carro.  Escúchame bien hoy vendrá un hombre blanco, alto, no necesitaras otra cosa, más  hacer lo que haces mejor. Me voy, caminó hacia la esquina.  ¿Eso es todo le grito ella? ¿Nada más cogerme a ese tipo? No, él volteo y le dijo, debe realmente decir que hará todo por ese culo que ahora es mío, siguió caminando hasta doblar la esquina. … Seguía chupando, mordisqueando su falo, bajaba hasta sus testículos, se puso de pie y lo recostó completamente en el sillón y ofreció su vagina mientras le chupaba deliciosamente ese palo que ya soltaba cierto liquido… morado? No importa, quería sacarlo, succionando, mientras que la lengua de Él se introducía en su ya chorreante raja, sintió una lengua invasora adentrándose a su ano y eso en vez de molestarle se lo ofreció sin pudor alguno, es más, Ella lo ayudo abriéndose las nalgas, y dijo las palabras que ese hombre había esperado con mucho tiempo.  Él menciono en tono de blasfemia: ”Por ese culo iría hasta el infierno” Se puso de pie, tomo su pene con una mano y con la otra agarro la cintura para metérsela hasta el fondo. Y ahí estaba en la antesala desnudo, lleno de parejas cogiendo  probando los más ricos manjares y todo tipo de bebidas embriagantes, llegarón al final del pasillo. La dulce recepcionista le dijo: Lo esperan Señor,   como un saludo fraternal le agarro la verga le dio un beso en los labios y se alejó sonriente. Ya sabía quién estaba dentro, como no saberlo, miles de discusiones ha tenido con él y todas las discusiones son acerca del placer.  Efectivamente sonriente lo esperaba. ¿Cómo pudiste caer con un Culo, tu señor de todo? Ha ya se, camino hacia a una repisa donde había una botella con ese líquido morado fluorescente. Esto ayudo le dijo, es placer puro liquido, de hecho tú lo hiciste y lo pusiste en el árbol del fruto prohibido. Sabes, aposte a que sería por un culo. Ahora veamos, tomaste algo que es mío señalado a la chica  desnuda y en un rincón asustada, no estaba antes apareció al  mencionarla. Así que, bienvenido eres de mi propiedad. Le dijo con la misma sonrisa que nunca dejó de borrarse. Soy tu señor de ahora en delante y todo por un culo.A menos que hagamos un trato, comento.  ¿Qué quieres? Desafiante respondió.  Cambiemos reinados. dijo el Demonio. Y con una sonrisa aun mayor que el Demonio Él  acepto. Por un culo y desde ese momento, el reinado de Satanás dio inicio; creó templos, escribió un libro de incestos, matanzas, las perversiones más oscuras y las hizo su legado, miles de personas lo adoraron, hicieron  guerras en su nombre. Mientras el placer, la razón y el lado oscuro se los dejaron al antiguo señor del universo.
Hamaritia
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