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Soplan nuevos vientos Seres anacrónicos, creyendo en su renacimiento no sabían que estaban muertos. En su apagada resonancia, en vez de adelantarse a su siglo retrocedieron uno, esos que hasta ayer rebosaban de infinito orgullo de hallarse en la cima de la creación; hoy, sin fe en sí mismos, originales en su vulgaridad empobrecida, empapados en su tempestad mundial, sin energía para explotar en su provecho terrenal sus largos exordios, sus prolijas arengas, se desvanecen en la elocuencia aquellos que le habían dando tantas regalías, ahora regateando con sus propios deseos, ya senil con ese impulso viejo, sin ojos para ver los nuevos rumbos, sin oídos para oír los cambios que se vienen. Después del diluvio ¿Qué les quedará? Un cortejo de principios caídos desde las cumbres del poder. ¿Manos atrofiadas en el timón del barco quieren aun así dirigir? Capitanes derrotados por sus actos desvergonzados, sin tapujos buscan encubrirse en sus propios intereses, empujados a condiciones que no querrán, ni podrán cumplir. A esto que no lo tuerce ni la oración de mil justos, Así es como estos feudos sentían la incomodidad de esta situación y la debilidad de sus ministerios, precisamente en aquellos principios y condiciones que les habían dado vida, buscando abrigo como en un lugar sagrado intentan retraerse en ella. Como soldado mal pertrechado y flaco de fuerzas, ya no representan al estrato del mayorazgo: Una especie de rubor les tiñe el rostro de sus promotores, esos señores de la pereza heroica. Por la fuerza de un terremoto Sentados en sus amplios sillones, ven caerse sus castillos de naipes. Sentada en la cabeza, consciente de su egoísmo, caducos en sus intereses ya no representan los nuevos vientos que soplan con fuerza telúrica. Como dos niños nacidos de un mismo parto, las dudas que ahora dividen, ayudados por el viento, como en archivo o depósito quedarán guardados en letras grandes estos tiempos de cambio. Esa ambición metafísica de encontrar el verso perdido El poema es una exigencia eterna incrustada en la piedra de lo sublime, atravesada por una gramática de la seducción. Ejerce su poder y su capricho creador, en la cumbre mas alta del espíritu, ahí entre el cielo y al tierra, reino y señorío, donde se dan cita los poetas. El fondo blanco de un papel con sus márgenes y sus líneas convoca al ímpetu furioso de un trance creador, dulce resplandor que viste de virtud una pluma. Ayudados en la letra, prosperado en la tinta, brazas encendidas en un lugar sagrado, loas qué hacen de un plebeyo, poeta y de una musa una reina. Divino aliento, Frescos halagos. El verso peregrino errante, en el crisol de los oficios busca de la pluma el temple Soliloquio -Algunos ocultan la verdad a sus propios ojos, ¿pero qué ocultan? Ocultan la pregunta, ¿qué pregunta? Cuando escucho la pregunta y analizo la respuesta, veo que esa respuesta no siempre es la que yo daría, entonces surge la pregunta; Quién dio la respuesta, siento que en la pregunta y en la respuesta no hay un absoluto, lo que otros oyen es sólo el murmullo de lo que aquí se dice. - No siempre las palabras y los pensamientos coinciden! - Con ideas que se cruzan y se entrelazan, con sus críticas internas. ¿Eso es posible? -En ésta relación o mejor dicho, en la pregunta, se deja ver el espacio donde nace la respuesta, y nos muestra que hacia el interior de la idea no hay una línea recta, hay una cierta distancia en lo que se dice y se piensa, y este espacio, es el que algunos llaman de reflexión. -¡No! Es más que un espacio de reflexión, son las distintas modulaciones del ser, una especie de idea que oscila entre distintas polaridades de una misma esencia, es la relación íntima de la idea consigo misma. -Yo pienso que: La palabra cada vez que se pronuncia es producto de un ritual previo, la palabra, es la puesta en escena de una verdad a medias, y es parcial porque no deja ver todo el contexto donde se percibe que la respuesta no es unívoca. -Puedo ver intuitivamente en la singularidad y como el telón de fondo en el propio silencio: Las ideas suenan como voces ajenas que sin embargo se pertenecen mutuamente. -Los márgenes nunca están bien definidos, somos seres intrínsecamente complejos, seres amplios donde no se distingue una orilla de la otra, una unidad compleja discursiva, que se construye así mismo a partir de un caldo de voces que se revela en la palabra en todos sus fragmentos. -Yo creo que a esto no hay que darle muchas vueltas, escuchas voces y no las reconoces como propias, entonces: !estás loco! Ella Sacando punta a un lápiz, les quiero contar como llegaba ella, a la razón de mis versos para darle un nombre. Si bien, no soy muy ayudado en letras, por ella soy forzado a la pluma, (seguro me ponen en deuda) pues no sé si podré o si sabré describir tan al vivo a la hija de una musa que vino ser el centro de nuestro abismo, donde todos fuimos a caer. Llegó adornada de tales prendas ejemplo de castigo de culpas ajenas, despuntaba el vicio con sus retóricos pasos, y un perfume ocioso que no se dejaba gobernar por el viento, cobra su deuda en las miradas que no quedaban absueltas de culpa y cargo. Arraigada en la razón de oscuros pensamientos, daba ocasión para que las otras de ella murmuren acusándola de toda vileza. ¡Ho enemiga de todas ellas! Los muchos y buenos dones que tienes encubren si los tuvieres algunos de tus defectos En especial en el verano y por las tardes hacía de su pasatiempo: El banquete de miradas ajenas, su recato le ponían un velo al sueño de tantos corazones. De frescos aires y de sonrisa puesta en rima, ponía en achaque a los mismos que su remedio daba, y no mentía lo que con su verdad alegraba. Ho señora de los sueños incumplidos ¿Qué corazón no confundes? Tan cordial entras por los ojos que al amor invitas. Ho señora de mis noches en desvelo, te haría mil promesas si tan sólo me dieras una sola de tus promesas. Dirán unos, oirán otros entre jueces y fiscales de justicia que no hay y ni habrá quien duerma y descanse tranquilo, creyéndola tan suya, pensándola tan ajena. Oración No es por ostentación de ingenio, pero quisiera que recibieras el consejo que hoy te doy, mira el ánimo con que te lo escribo, que el tiempo urge. La vida desventurada corre, las mortales navajas de las horas, destrozan, y rompen a este cuerpo hecho de barro, el mundo gira y no está en nuestra mano el dar otra vuelta, sería bueno parar un momento, que no es falto de ingenio, doblar las rodillas mirando al cielo, buscando algún virtuoso efecto, que es digno del perdón, el que acuse tal atrevimiento. Toma este consejo, déjalo bajo tu almohada, guárdalo para tu consideración, que nada hay, ni bueno ni malo que no proceda de la mano de Dios. Quizás de nuestro arrepentimiento resulte en gloria. Señor: Reconozco que he llevado, vuelta la espalda y la vista contraria a tus leyes, y que pesada ofensa he sido. ¡Ho Señor! En esta difícil hora, a tu corrección me allano, tu amparo pido y a tu defensa me encomiendo. A los amores de buena letra Fue después de la caída en la “guerra fría” que ( fue cuando no nos hablábamos, ni siquiera cruzábamos miradas) decidimos hacer públicas nuestras diferencias, esta situación sirvió de pretexto parar volcar sus calumnias más infames sobre la espalda de su vencido. Esto me obligó a irme de refugiado a la casa de un amigo, durante varios meses, como vencido y desterrado ya casi no tenía recursos para moverme y dependía de las contribuciones de amigos y familiares, donde encontraba un eco de simpatías. Un grupo de amigos autodenominados “la liga de la paz” se organizó para oficiar de mediadores en el conflicto “armado” Una de las primeras medidas fue realizar un encuentro de acercamiento en un bar de la zona. El grupo reducido e íntimo acudió a la cita, mi postura fue: Esta relación no tiene razón de ser, por lo tanto una alianza es absolutamente imposible. No era de extrañar que también la otra parte estuviera de acuerdo conmigo, y aceptara el hecho de que, para el desarrollo truncado de esta relación era virtualmente imposible otra oportunidad. Esos esbirros de las pasiones, nos mostraron su sabiduría con insistencia, pero nosotros les enseñamos el sentido de la rebeldía, a esos sátrapas del amor, les contamos como al principio muchas noches habían muerto en el silencio, después comenzamos con esos gritos combativos, así habíamos matado a muchas caricias inocentes, como esos enojos bandoleros, les contamos al detalle como esas balas sus y metrallas habían hecho de nuestra cama un campo de batalla. No estábamos preparados para luchar por nosotros, el amor es una historia de sacrificio y sangre y una historia del desamor también. La ira y el enojo en su potencia de fuego hicieron su última ofensiva, la protesta airada fue mucho más violenta y agresiva, mucho más profunda, desde alguna ciénaga del interior salieron los cañones de corto, medio y largo alcance, el combate duró de la noche a la mañana. Pudimos ver como el otro también estaba armado y lo que es capaz el hombre cuando en su pecho carga un arma. (Hoy puedo comprender que un beso bien dado en la frente es una de las grandes manifestaciones pacíficas) Hasta comprender la conclusión inevitable: Nos hemos desarmado en la miseria del oprobio,nos creíamos dueños de la verdad, y creimos en los sueños, creíamos que en las escaramusas siempre había un ganador sin entender que los contedientes siempre intentan destruir al otro, que hay alevosía, que el fin último de la guerra siempre es: aniquilar al enemigo. Me despedí con un beso en la frente. Ruego Por esta pluma amarga y desabrida, pesada y enfadosa por este don tan pobre, me nació este atrevimiento, y he tenido este ánimo Señor, de pedirte me libres del esquilmo de mi rima mal formada, gastada en el camino, de esas que perdieron el mayorazgo. ¡Ho Señor! Remienda mi bolsa donde guardo mis versos que me han de valer sagrado. ¡Ho eternos cielos! Huérfanos de tu gracia, en esta pluma todo es necesidad. En mi oficio en tus comisiones confío, en tu amparo hice mi confianza,si antes hallé copiosa mi tinta regada en tu abundancia, hoy mis versos de migajas, estancos, inútiles, vanos y sin sustancia… esos, que no dejan memoria, buscan tu cortesía, hasta que brote ese verso dulce almibarado. Después de la tormenta lo que quedó en la superficie fueron esos gestos de viejo achaparrado, después le seguirán ese cortejo de amigos con sus preguntas curiosas, y yo… yo respondía con evasivas, como guardando el misterio. Fui lanzado de su vida, pero no como ella quería (fue un arreglo pacífico) según ella un amigo abrió el camino, según yo creo fueron sus propios intereses terrenales, ahora creo que, su forma de ser no era más que una pantalla; traducida en el lenguaje de sus gestos amorosos, casi hasta la exageración. Yo sentía todo lo incómodo de esa situación… es como cuando uno percibe lo irreal de esa relación, hasta el punto de cuestionar las circunstancias que le habían dado vida. Una especie de rubor tiñe los recuerdos de aquellos momentos desvergonzados hoy me doy cuenta que sin tapujos uno los siente como un privilegio aliado de esa relación basado en lo físico. En ese tiempo yo cría que no teníamos intereses separados, vivía la inmortabilidad del momento. Para cumplir con sus deseos gastaba mas allá de las posibilidades. Ella había triunfado en el absolutismo de sus prioridades y en el sometimiento de sus intereses. Yo me cría propietario de esa tierra fértil, y una pereza heroica me hacía no cuestionar que la relación se había transformado en una monarquía. En lugar de adelantar habíamos retrocedido, ya no era su pareja era su vasallo, y cualquier contradicción era asumido como una insurrección. Cuando desperté de ese sueño atrás quedó esa sensación de orgullo infinito de estar en la cima con ese sol de medio día. Como todo lo que ella era para mí, como esa estrella con luz propia, pero… cuando cuestioné el absolutismo de su persona se opuso amenazadora con tanta languidez en sus gestos, apartada de la corona tomó el timón de sus intereses. Por la fuerza de su destrato, fue como un terremoto, sin fe en nosotros, gruñendo con las uñas afuera, egoísta frente ambos mostraba su egoísmo celosa de sus intereses. Yo me sentía un pobre viejo sin ojos, sin oídos, sin boca para decir lo vulgar que me parecían sus actos. Después de la tormenta lo que quedó es ese gesto de viejo achaparrado… Consejos útiles Que el hombre que quiera vivir en la dicha de la razón no mirando los yerros ajenos levante sus ojos al cielo, luz y espejo de los mas altos pensamientos. Bajo la sombra del Altísimo, cualquier justicia que el hombre buscare, sea hecho en la fe de las buenas obras. Que el hombre corto en el entendimiento y quédo en el juicio condena con más rigor las fallas ajenas y las propias cree que suelen andar bien vestidas. De lo haber correcto mire abriendo los ojos a la prudencia, al mas gallardo entendimiento, fio que no os desechareis de este nuestro consejo, que el cielo abrió sus brazos para que plumas estériles se muestren fertíles, haced así hombres rudos de entendimiento, haceros bien para que: Aquel que tasa las obras las halle por bien cumplidas. Es opinión bien entendida que para efeto de dicha correción que el hombre busque el remedio en aquel que lo puede dar, que el sabio no busca en la tierra lo que cielo puede entregar. Guarda este consejo en tu bolsa sin intrincarlo ni oscurecerlos confundiendo lo claro con lo oscuro; que el discreto lo de por hecho y el simple lo tome a cuenta. La trinchera del verso Yo pienso: La poesía debe hacer su práctica profesional en el seno de la palabra bajo el concurso orientador y planificador de la rima. Es un hecho que muchos ven el uso de la rima como un fenómeno de la dictadura medieval, un orden que tenía el derecho de decir todo, pero de manera técnica y estética. Hoy se dice de todo sin calificación previa, cualquier método estará bien; el eje estará puesto en provocar reacciones (De cualquier tipo: asombro, enojo, dolor, etc), más tarde o más temprano la revolución de decir sin reglas puede provocar la pérdida del sentido y convertirse en una incomprensión de avanzada. Yo creo: Una cosa noble y necesaria era la rima, aquellos que traicionaron su ciencia, lo hicieron porque era más simple decir las cosas, sin el concurso de la norma (Ya no es necesario estar sujeto a esas estrictas reglas) Los modernistas lucharon y triunfaron y adquirieron ese derecho de decir sin la lógica noble de la estética y la técnica. Me pregunto: ¿Por qué no podemos hacer poesía mirando para adelante pero también hacia mirando hacia atrás? Quizás alguno piense: No vale la pena traer al presente esas luchas bizantinas. A este le digo que: No debe ser la rima su enemiga, debe ser su aliada, su más íntima y eficaz colaboradora a la hora de decir; con melodía, con ritmo, con la gracia de la rima sobrevolando los versos. Voy a decir una verdad, quizás agria, quizás molesta: Aquel que intentó escribir con rima sabe lo difícil que es y lo frustrante que puede ser. Hoy los versos sufren porque no tienen los técnicos necesarios para hacerlos, porque el trabajo y la buena voluntad no suplen sino en parte esa deficiencia. Yo entiendo que, hay que alejarse de los extremos dogmáticos y fríos… pero… Los versos luminosos surgen en el sudor del sacrificio. Yo siento que las letras tienen hijos que en sus primeros pasos son balbuceos, entre tropiezo y tropiezo dando batalla con rimas feroces, es una Lucha encarnizada en torno a la palabra. Por eso en esta noche quiero rendir honor: A la tinta derramada por el cañón de una pluma, bajo la advocación de una musa, a la forja que templó los versos, a la tónica que ha sabido interpretar los anhelos, a la pluma sin tacha, a la tinta de la mil batallas, a todas las líneas y las que las siguen, a la mano que templó el carácter y realizó el desbroce de la mala hierba, multiplicando el terreno, abonando los versos paniaguados sin potencia de fuego de rimas muertas, suspendidas o ignoradas hasta encontrar la fuerza de una letra y sus posibilidades. Tengo ganas de escribir y no sé de qué, tampoco sé, si tengo derecho a mostrar mí tedio; creería que no. La noche se hace larga con el silencio de esta pluma, que antes era parlera y hoy se revela muda. Como me incomoda esta actividad forzada de empujar la tinta, en esta guerra idiota sin objetivos, este querer decir algo y no saber qué… tan vago, tan diluido con esa idea que se escapa como inalcanzable; casi como un castigo. Hay que romper el silencio, pensé. Pensarlo era fácil, uno podía pensar mil versos, elegir dos o tres de los mejores, fundirlos en uno, dejarlos caer en papel. Pero todo se quedaba ahí; en los primeros trazos, luego la idea se desvanecía y un trozo de papel casi en blanco se quedaba esperando… La espera se hace larga como ésta noche. La idea vaporosa por la distancia y la bruma hacen que en la impaciencia como un naufrago perdido quiera pedir auxilio. Siempre le tuve miedo al silencio. Por los caminos del verso llegué a las partes más íntimas de mí ser, allí donde habita el silencio. El silencio es un cuerpo extraño que perturba en su tranquilidad, es esa cosa amorfa que se interpone entre el papel y la tinta hasta convertirme en un ser vegetativo. Confianza y fe -Pobre el beso, la caricia: poca, el silencio mucho… A veces el amor no es puro, y el deseo en su arte de simular te pinta un cielo, con su sol y sus estrellas. -¿Por qué siempre buscando defectos? -Ya estamos cada uno en su lado, por todo el amor que nos falta y el rencor que nos sobra. -Si así lo quieres: Entrego mi adiós para que tengas suerte (En el lujo de la ironía, me sonría) -Aunque hayas llorado y llores aunque hayas soñado y sueñes sin que ni para qué… -¿Soñar? No me hables de soñar; Yo que por soñar alto, aprendí a volar, y por volar tanto aprendí a caer. -Hay verdades tan evidentes, tan incorporadas al conocimiento de la piel que ya es inútil discutirlas… -No pretendo ser el descubridor de verdades luminosas, pero aún los grandes hombres viven con sus pequeñas fallas: Somos humanos. Hay que tener clara conciencia de que sólo el amor puede dejarnos por sobre las diferencia. -No puede ser el amor como un esclavo o como un instrumento que uno puede colorar en cualquier lugar para tapar las diferencias. -No se puede negar que siempre es posible que en el camino aparezcan escollos, lo que nunca debe suceder que ese sea un camino individual o solitario, porque si es así, el recorrido se transforma en una carrera de lobos, sólo se puede llegar al final sobre el fracaso del otro. -Hay cosas que nos sobran en la construcción de este apasionante drama, creo que lo mas sencillo es reconocer la calidad de lo no hecho, de un producto no terminado, las taras del pasado nos hablan de errores no erradicados. -Volvemos al principio ¡Siempre buscando defectos! -Se necesita: Confianza ciega, entusiasmo y fe, con ánimo de lucha para llegar a ser un sobreviviente de esas diferencias, para después ver el horizonte en el amanecer de una relación. Quiero decir: Se necesita mucho más de lo hoy tenemos. -Si no fueras escritor ¿qué serías? - Soy de palabras llevar, también de versos traer, quiero decir, no puedo callar el viento o tapar el sol, tampoco puedo callar mis versos o tapar mi rima. El problema no está cuando intentas ser lo que debes ser, eso siempre resulta algo más fácil, el problema es cuando buscas ser lo que no puedes o no debes. -¿No es contradictorio la idea del deber ser con esa idea común que sostiene que todo es una construcción de la razón. - El hombre es, como un joven flaco y desgarbado levantando cosas pesadas, si el hombre común haciendo poco lo que de suyo ya es mucho, qué si le dieras más y mejores alimentos que lo defiendan, así es necesario al hombre valerse más y mejor de la razón y en esto se ve la verdadera naturaleza humana, para luego ver, como desde un lugar sagrado brotan: virtud, razón y poder. Las muchas y buenas herramientas que tiene, lo mucho que sabe y puede, rápido para crear, lento para rendirse ¿Qué teoría no persigue? ¿Qué verdad no alcanza? ¿No puede acaso visitar el fondo del mar? y si quiere puede ir a la luna o el sol. -La verdad, no todos los hombres pueden hacer esto, algunos se dejan manchar por la lujuria, mueren en la ira, o se destruyen en la ignorancia. -No hablamos de los que no pueden huir de la confusa suerte, si no de lo que se puede alcanzar siguiendo la dicha de la razón, de aquellos que se han podido corregir y en la confianza se sujetan a la razón, entre esos hombres hallaremos ilustres barones, teniendo en cuenta que también están esos otros que pululan como moscas. No mires ni repares en tan bajos instintos, considera sólo al bueno y los buenos ingenios. -¿No peca de vanidoso el hombre al pensar así de sí mismo? Para dar sólo uno de los ejemplos ¿No fue la razón la que nos trajo al borde de la destrucción del medio ambiente? ¿No sería mejor pensar un hombre más real y menos idealizado. ¿Esa “razón” no está al asecho de nuestra perdición, de cuyo lazo ninguno está seguro? ¿Ciego torpe y errado no caemos todos en la misma trampa? y ¿No se nos descubre el daño después de hecha la herida? -La razón, una virtud tan poderosa, no puede ofrecer un beneficio tan pobre, eso no es culpa de la razón. Entre los jueces, justicia y fiscales, la razón es el mejor asistente que tenemos para corregirnos. -¿No es contradictorio pensar que nos puede salvar lo mismo que nos condena? Es mejor pensar un hombre limitado en la razón, eso nos haría cuestionar nuestras certezas y quizás mejorar nuestro destino. -Porque no pensar: Si la naturaleza nos trajo hasta este lado no podría promover un cambio de conciencia. -¿Con los miles de años que el hombre lleva sobre esta tierra? -No es contradictorio en la medida que nuestras capacidades intelectuales brindadas por ese cerebro nos permite elegir el mejor de los mundos posibles. -Hablas como si no tuvieras dudas ¿No será arrogancia? -Te voy a decir una verdad tan grande y sagrada como un templo, si alguna duda tuve, la resolví con unas copas de vino, no sé si sabías en el vino se vive de verdades exclusivas. Plegaria de una pluma Aúlla esta pluma, deshaciéndose en llanto, espinas como cardos son sus versos furtivos Se acercan a ella los verbos afligidos reducidos a silencios para luego huir a la oscuridad del olvido. Desde el pozo, llora esos tiempos de gloria, ya quisiera el campo fértil en el tiempo de la cosecha con su sol de medio día. Añora esa simiente en el brote de la mañana, con su racimo de versos como perlas de rocio. ¿Dónde está ho pluma tu verdor?¿Dónde ho tinta tu victoria? Desabrido como Vino mesclado con agua. ¡Hay! Soy como huerto seco que le falta riego, sin sustento de pan, ni socorro de agua. ¡Señor! Secas están de tintas mis manos ¿Las tienes aborrecidas? Para qué me sirve esta multitud de estrategias discursivas sin qué ni para qué, son como una vana ofrenda. Cansado estoy de estos versos que no dicen nada, ya tienen aborrecida mi alma. ¡Señor! Yo sé que Tú eres el sustentador del verso fuerte y de la gracia en la elocuencia. ¡Señor! Restaura tu consejo, limpia la escoria de mi pluma, e ilumina mis versos con atavíos de gala, y con los joyeles de tu bendición. Señor oye el ruego de esta pluma en su aflicción, recúbrela con tu gracia y muéstrale Tú salvación. Abrió un camino en mí desierto un caudaloso río de tinta fresca. ¡Oíd cielos, y escuchad tu tierra! Porque cantará mi pluma, y gritará sus versos. El verbo mejor nacido Fue hace tiempo y no hace mucho en un país poco conocido un gobernante decidió tener el absoluto control de la palabra, el gobierno de este estado, poco conocido decía que, se hablaba mucho y se decía poco y que eso era malo para el pueblo y para la comunicación. Este gobernante tenía un lema que decía: con poco se puede decir mucho. Fue entonces que el gobierno de este estado poco conocido, decidió intervenir en la producción de la palabra, como primera medida propuso primero: que todos los medios de comunicación, diarios, revistas, emisoras de radio y televisión, todos absolutamente todos debían dar la misma noticia, respetando aun los puntos y las comas, las noticias debían ser, pequeñas, precisas, y debían repetirse por al menos una semana, también se propuso como ley erradicar a los poetas, ellos decían mucho para decir poco, naturalmente; esto que de por si era poco práctico, era algo que iba en contra de los planes del gobierno. Por increíble que parezca estas decisiones fueron aceptadas por la población, entonces se crearon instituciones de control de la palabra, que tendrían como virtud crear los límites de los textos, otras de sus funciones sería intervenir para prevenir conflictos futuros, apoyando la construcción y desarrollo de formas sintéticas de la comunicación, la licencia incluía el poder para intervenir aún en discusiones particulares. La expansión del control de la palabra produjo una constricción de las ideas. El mecanismo de control del estado permitía así, dirigir el destino de la comunicación. Decían se debe abandonar todo tipo de razonamiento por fuera de lo útil y necesario. Para decirlo en términos de Pichot “ El nuevo orden conservador está en contra de toda transformación de los sentidos del texto, creemos necesario evitar las transformaciones y las mutaciones estructurales y defender así: el sentido único del texto. Si alguien dijo algo, eso que dijo debe ser lo que dijo y no otra cosa” El poemismo, surge como movimiento de resistencia y como régimen asociado al sobredimensionamiento de la palabra como una forma de ocupar el lugar central en las distintas formas de interpretaciones textuales, y en oposición a la interpretación unívoca que pregonaba el gobierno. La década del silencio y la crisis de coyuntura Después de más de una década de supremacía del régimen, surgen distintas fuerzas que intentan imprimir un nuevo rumbo a los distintos sentido del texto, para crear una nueva narrativa que tenga en cuenta lo incierto y lo posible, no como un error, sino como parte necesaria de la riqueza del texto. En acuerdo con el clima de época y en contra del régimen excluyente, e intervencionista, el nuevo movimiento expresa la doctrina del verbo libre y abierto, en este periodo también surge otro movimiento que pregona “En salvaguarda” del orden existente pero con intenciones de modificar las practicas vigentes sin romper abiertamente con el orden dominante La sensación de amenaza en la unicidad del relato hace que El estado como garante del orden vigente, procura justificar su gestión atacando con todos los medios posibles toda divergencia en la unidad de los textos. El triunfo y el liderazgo del nuevo movimiento, (poemismo) rompe con el mecanismo de control de la comunicación con nuevos derechos y garantías en oposición a los distintos sentidos diluidos del texto y en contra del estado como garante en la unicidad del relato. El campo de las posibilidades cerradas quedó en el pasado y el futuro de una historia deja de ser único para abrirse como un mundo de posibilidades donde el destino del verso se cumple. El último tren Pensaba: En la juventud se vive la eternidad del instante. Un día miré y me vi en un espejo Con un rostro demacrado y viejo De aquí en más esta Imagen vana, Infestada, será dura y cotidiana. En esta carne hecha de muerte: Es el ocaso, la tarde corre inevitable; como un río, en su curso irrevocable. Con los años, o mejor dicho: Al final de los años, a este cuerpo uno no lo siente completamente propio, intuitivamente uno entiende que hay que devolverlo, entonces se hace mas que evidente: El desengaño del estuche se hace ostentoso y vacio, uno odia las necesidades físicas, los dolores físicos, los miedos físicos y el temor a devolver lo que era mío En el último andén, en un espacio casi vacío, acomodar las valijas cuando casi arranca la noche. Yo, ya había perdido hace tiempo y allá lejos ese aire de juventud y con la vacilación de una cascara vieja que le infunde la noche, pensaba: Hasta la ceguera y el vértigo, el impulso de la sangre me tapó los ojos, ciego a las culpas, solo veía el deseo y hoy me doy cuenta; fueron miserias flacas. Pensando que la casa era sólo mía, ahora veo la posesión abstracta. Algunas veces me siento como dos hombres a la vez: Uno, con un desafío; lograr el desapego balsámico, renegando de la propia identidad, pensando que así el hombre, se queda más limpio, con el ama luminosa, mientras te tira y tira la montaña de los deseos, como un imán del otro lado y el hombre va deseando matar a este cuerpo vacilante, hasta terminar la historia y cerrar este librito de cuentos; mientras el otro, ese otro anclado a la carne y la sangre aún, sigue añorando la juventud perdida, vive la fugacidad del tiempo y revive el cuento y no le sirve de nada o de poco, la certidumbre que le dan las cosas La última despedida, para algunos por el miedo es como la del perro encadenado, que rompió a llorar, tira y tira de la cadena sin poderse soltar, para otros es como una convención, está aceptada, fácil, como quien atraviesa esa calle hacia otro espacio, más amplio, más firme; diría: Sagrado, para saludar a la Divinidad en el tiempo de la sucesión. Cuentan algunos que han vuelto de ese viaje. Si alguna vez durmió suave y lentamente, es como ese sueño íntimo y secreto, en la soledad perfecta. Es hora de dejar el andén, ya se acerca el tren, como sol de mediodía, esa luz blanca quiere colmarlo todo, se van borrando los contornos y uno, así… va soltando la cuerda. ¡¿Qué será de esta pluma, ahora que deja de hablar Con una flor en el pecho y un verso sin terminar?! Su boca: una metralla Quien discuta con ella irá a la derrota Su fiero grito en el terror te asusta Para ganar el silencio Ya quisiera yo quitar el uso a esa lengua Para darle la razón a tan inculta dureza El premio de lo ganado Es ver sentada a mi lado A tan bonita señora A mi silencio amarrado Mi abuela No se oculta la belleza En el duro surco de la aspereza. Nevada en la hermosura, con esa figura mustia que al dolor no mira. En la retorica de sus gestos, goza de frescura venturosa. Esas manos probadas en el sacrificio, con esos surcos hechos en el rigor, con esa tenacidad de una hormiga, con esa fuerza que le dan las eras por las que triunfaron en el empeño. Amo el amor que hoy me das, aunque mañana me resulte en pena. Cuando las luces a tus ojos falten, este beso quiero que guardes La musa es el espejo donde se miran los poetas para encontrar la pureza de esos versos heroicos. Los mil caminos del versoEn los mil caminos del verso que es la Patria del poeta, allí es donde habitan las musas; para entrar en este mundo, lo más difícil son los primeros pasos, no se entra por aquí a correr de la noche a la mañana, ¡No señor! Aquí las distancias no se miden por metro o quilómetros, aquí se mide por años, los minutos y las horas se expanden hacia adentro, es decir: caminar por estos lados es ir hacia dentro, a lo más escondido, es descubrir que tiene el hombre cuando en su mano hay una pluma, es aprender a caminar juntos como un sólo ser, así armado con una de las más fuertes de la manifestaciones pacíficas aprendemos el valor de la rebeldía.Con la pluma en la mano me sumerjo en las trincheras de mí ser.Hay que entender que el interior del hombre es un lugar que se resiste a ser tomado, adentro hay un dictador imperialista, con su ejército de miles y diez miles, con sus bombas, sus metrallas y sus tanques, como se dice vulgarmente: es un régimen de opresión, de miseria, de mediocridad Un día entré, oyendo el llamado de los labios de una musa, es como el canto de una sirena, me decidí y entré.Al campo de batalla entraré, con la fe que me inculcó el espíritu de mi musa.No es fácil el interior de cada uno, lo que hay de bueno, también lo hay de malo, después´ de unos pasos puede uno caer en el conformismo de la rutina. Si superamos esto hay que declarar la guerra al formalismo, a todo tipo de formalismo, no se puede estar limitado por los lindes de un territorio, hay que estar abierto a recibir nuevas experiencias hasta encontrar la gran La potencia y la clarividencia de una idea, hacia nuevas realidades que ponen a prueba cabeza y corazón en el espíritu del poeta. En el mundo vivimos y en él nos movemos En el burdel de las lujurias, ya me ciega la pasión, ya me mueve la ira, ya me despeña la ignorancia. El error, es un basilisco en acecho. ¿Quien no perecerá por su ponzoña? Y el hombre, un campo franco donde sembrar su veneno, por eso se busca el favor de un lugar sagrado resistiendo al ímpetu furioso de tan mortal enemigo.¡Señor! Extiende tus alas de tu acostumbrada clemencia, yo se` lo mucho que vale y cuesta estar bajo tu fortaleza. Tenía el conjuro oculto en sus labios y en sus ojos cautos el miedo a la aventura -Hablemos del amor- le dije -Si… pero, al amor no lo conozco, me lo cuentan. De lo que no sé, ni vi, me preguntas. Decía yo antes: ¿Mis brazos saben de amores sagrados? ¡No! ¿Crees en la paz de esas manos tibias o será mañana también, el puño que castiga? Pensaba… Pero hoy, desde la absoluta profundidades del descreimiento humano, desde la propia carne y desde la otra vida del dolor, desde esa enmarañada oscuridad y después de desecha, esa piel echa de duda; no creo en el amor. -Creer o no creer en el amor. Se necesita más fe, para creer que el amor no existe, que para aceptar lo que el amor ofrece a los que lo buscan. Si no crees en el amor ¿Cómo puedes… cómo puedes aceptar ese momento de gloria cuando estés entregada en sus brazos? Sin entrega y compromiso nadie verá el amor. En el hombre, el amor está echo a la imagen y semejanza de lo que él cree, el amor es lo que uno cree que es; no imagines su existencia literal con los ojos de la duda; en la duda, no hay amor (por eso en los celos no hay amor, porque están hechos de miedo y de duda) Si un corazón está abierto a la buena caricia, al beso de fe, entonces el amor, es en esencia revelado en un ser real; y es un dogma fundamental del amor, creer en lo amado, tal maravillosa esperanza es a Todo aquel que cree en el amor que del otro se purifica a sí mismo. Cuando la tinta penetra se va metiendo en cumbres borrascosas Pensaba: Nunca he escrito algo sin intención de decirlo, pero hoy, mirando para adentro como el que ya calcula, con palabras de costumbre sobre una vieja emoción gastada, uno se vuelve pensador o sabio, como cuando, en unas copas de vino, uno derrama filosofía. Como para sacarme el cepo semántico. En una hoja en blanco tiré un verbo sin la intención de que corra, él sabe que, solo, ahí, detenido, se reconoce resistente a la interpretación casual, pero en esa rebeldía de decir, y no, le sigue un adjetivo desordenado, desnudo, lejos de la justificación lo acompaña como en un temor supersticioso de quedarse cerca de la raíz sin alcanzar a decir todo en esa confesión, sin poder alcanzar esa intimidad provechosa y desnuda de una verdad. Quizás en anuencia con la callada competencia de una coma, y la buena nueva de un punto aparte pueda romper con la promiscuidad del significante. Cuando todo está en orden, casi diría: en un aparente orden; el verbo, grita, bromea sobre el sentido lateral de algunos adjetivos, se ríe de los intentos de ponerle doble llave a los sentidos laterales; hay que erradicarlos… pero, como siempre les queda un poco abierto y asoma por una hendija la antigua incertidumbre, el antiguo sobrante en lo que se dice, por no decir el inútil sobrante. Nadie puede querer aquello que no quiere decir… pero ahí está lo que nos sobra, dice sin querer, lo que no quería decir, esto pone en duda el prestigio de la mano moviendo la pluma. Hay un verso en sus ojos que mi pluma no sabe escribir y dejan al descubierto, que mis palabras no valen más que una de sus miradas. En el perpetuo triunfo de sus ojos claros No la puedo mirar sin que me quede sin respirar. Cuando empuja, Ella entra por mis ojos y sale por mi pluma Y esa cintura que sabe jugar al imperio a cielo abierto Yo la conocí fulminante, imposible salir ileso De ese beso de fuego sobre una roca de hielo. Habrá que esconder el estupor Y jugar a ser el sobreviviente. El tajo Como anzuelo de pescador me cazaron sus ojos, con besos como ganchos esos labios dan forma a mi pensamiento y crean el verso que en otros besos no existo y que otro beso no espero y fue más aun, cuando esas manos supieron arengar, hasta los brazos y los codos quisieron participar. ¿Para qué? Si como prenda alquilada la vida me la prestó un poco, y en copas empeñadas nos bebimos el vino de los enamorados, me hizo subir hasta el cielo, arriba, para después llorarla hasta sus raíces, abajo. Por tres besos de ella y por el cuarto; la suerte me la cortó de un tajo. La muerte incurable Con la piel humillada, todos se van en el tiempo y yo mismo me estoy yendo. Colgado de las agujas del tiempo La vida no tiene una red. No encontrar un sitio donde asir la vida por esa impunidad que tienen las eras. Cada muerte tiene su hora y cada minuto tiene su ausencia. Por cada paso un desencuentro y otro ser que se hace ceniza en el viento. En un trabajo lleno de descontento, fatigadas horas ven inmolarse los segundos impacientes que van naciendo, así… atrás van quedando maravillosos y descuidados momentos; que en el recuerdo conjuran nunca más volverse a repetir. Cuando al fin se habrá la tierra Con su abrazo común: Me pregunto si hallaré algo escondido entre las cenizas. Una cosa no quiero encontrar y es, un miedo con su pánico en blanco, quiero esperar tranquilo la liturgia del beso incontable, en amores bien gastados. Una cosa quiero y es, que no quede tu memoria marchita mira, que la envenenan los suspiros. Ella, de confesada risa y esos ojos de ignorada tristeza, mostraban hasta la insolencia, el tono magistral con que se movían; ni que decir de su cintura y yo la percibía con mil ojos y la palpaba con diez mil dedos. Su belleza obscena me inflamaba y corrompía mi realidad, así detenía la sustancia fugitiva del tiempo. En la noche de los suspiros. Subir por las casi infinitas piernas, llegar hasta donde se enriquecen con la selva populosa inextricable, continuar hasta la caldera de sus labios; armas de fuego. Mil versos, ya está en mi sangre, resuenan entre sus besos, como esos labios inagotables, esa belleza, la que despertó y merece toda la gratitud y todas las lealtades; de todos mis ojos, de todas mis manos, de todos mis versos. Mientras dure esta noche, con sus repetidas campanadas, me siento invulnerable, inmortal. Hacia el alba pensaba: De sus ojos, de esa puñalada feliz son los siglos y el tiempo; quiero decir: Es una mujer para vastos amaneceres. La piedra fundamental Aquí, circulando en ideas, en círculos concéntricos, irremediablemente por mis textos, en diálogos circulares con mi propia voz, conociendo el mundo, el universo a través del verbo. Por este cosmos que parecer ordenado y caótico a la vez. Me pregunto: ¿Cómo puede existir el orden en un universo caótico? Pero existe, lo vemos; existen los días, los meses los años, los perfectos círculos, pero también existe; lo casual, mi pluma, los espejos, copias de una realidad imperfecta como mi vida. ¿Un delito de la razón, una arrogancia de mi vanidad? Quizás el orden no existe o es sólo una invención de nuestra mente, un invento de la razón, pero los círculos existen, con razón o sin ella podemos decir que, un círculo, es perfecto y si existe un elemento perfecto, puede existir: Lo perfecto. La idea así planteada es bastante coherente pero, ojo, puede ser sólo, un juego del lenguaje, una falla, una grieta del lenguaje, un disfraz de la palabra, un mero carácter gramatical, que por una confusión humana, arto humana, ¿se permite expresar algo como perfecto, aun cuando no lo sea? Mi fidelidad es a un orden, a un método, a un ritmo, aun cuando en realidad en el fondo, tal vez no lo sean. Quizás no pueda percibir lo eterno (no puedo estar ahí para probarlo) pero, puedo ver y entender que siempre hubo un antes y a partir esto podemos sospechar que siempre habrá un después, pero también esto puede ser una ilusión de los sentidos. Puedo dudar de todo, pero de lo que no puedo dudar de que estoy inmerso en una razón. Existió una razón primera, un Logos, como dirían los griegos, que fue pasando de hombre a hombre hasta ser parte de mí propio ser. En este preciso instante, aquí, ahora, en mí, existe una razón o logos que es parte de todas las razones presentes, pasadas y futuras; es decir, soy una partícula o punto ínfimo en el espacio donde, todas las razones convergen; una razón en el universo, donde toma forma como un ente corporal, en mi propio ser. El logos, es una razón que parece ser, más real que nosotros mismo, ( un día dejaré de ser y lo que camia y deja de ser, en realidad no es) lo que podríamos decir: somos una sustancia hecha de razón. Somos, soy, una pequeña parte del tiempo eterno de esa razón que todo lo atraviesa. ¿Vivimos y nos movemos en función de una Razón, que va más allá de nosotros mismos? Podríamos decir, estamos al servicio de una razón, más amplia, que va más allá de nuestros propios intereses, en este sentido, cada acto personal o particular es una ilusión; siempre apuntamos a intereses que no sabemos o no conocemos. No podemos pensar nada por fuera de esta razón. Existe una razón para todo o no existe una razón para nada; la historia niega este último postulado; se ve un camino trazado, se nota una dirección, no solo en el pensamiento humano, lo podemos ver, en el diseño de una flor, en la arquitectura de una semilla; se percibe una finalidad, un objetivo. La maternidad es un hecho, la paternidad un acto de fe. Es un hecho que esta es mi letra, pero la razón de mi texto, ¿es sólo mía o hay algo más que subyace por sobre mi pluma? ¿Confiamos excesivamente en la razón? ¿Podemos pensar en la inmortalidad de la razón? ¿La razón propone un deber? ¿Le confiere lucidez? ¿Hay un progreso en lo esencial de la razón? ¿Es eterna la memoria de lo que la razón sabe? Y si mañana hubiera olvido ¿Puede ser, sin que, ni para que, de una razón sin memoria? Olvidé olvidarme Es precario decirlo, pero hoy con el silencio andamos bastante juntos, y es muy útil para la gran tarea del olvido. Olvidé olvidarme del olvido que me sigue esperando, por eso creo que mi propio olvido es un gran simulacro, es como una de esas lealtades que traicionan. Mí ser, parece un gran más allá lleno de olvido… pero en realidad es, un desierto lleno de memoria que sigue esperando la gran cosecha. En el silencio de mí desnudes, cerca de los arietes del olvido en su fondo insondable: Mis recuerdos y tus indiferencias. Si mi olvido fuera como esas lealtades balsámicas: El ungüento de tus recuerdos se convertirían en las cenizas de mis nostalgias. Tildado en la evasión, yerto, desnudo; estos silencios y un mutismo verdugo hacen su mejor oferta. Con una larga es lista de versos ociosos, con una hambre y con una sed corro para no darte alcance, para luego perderte, sentir y llorar. He comprado muchas veces esos ojos, pero hoy… hoy me guardo la moneda. Mis cajones llenos de fantasmas hoy tengo que abrirlos, para sacar el mamotreto del olvido, sacudirle el polvo, ponerlo a orear, dejar algunas emociones sueltas, desbocadas rebotando contra los muros del silencio. Auguro insomnios con silencios incapaces de demolerlos, el futuro se vació de tu mirada, el tiempo se quedó sin tu sonrisa cuando la noche se hizo cueva y anidó en rencores, cuando mis manos se quedaron haciendo señas y tu figura se perdió de vista, cuando tus ojos confiables se hicieron estériles; y aun así, con mis labios huérfanos, con mi pecho a tientas, con mis párpados de plomo: Quiero olvidarme de mi olvido. Al vino no se lo engaña, hay bronca, hay odio, hay amor y él lo sabe.Con tu recuerdo rondando sobre el vino, mis ojos no son de acero, que aún ellos suelen soltar y aflojar como si les echaran cien azotes por ello. Si alguna vez de tus ojos me dieres descanso, de pareceres tan varios, de amores que te atan por ambos cabos. La borrachera va y viene de la locura a la razón, te hace mudar de ropa, te viste de brío, entonces mi pecho se levanta altanero y con cada copa; copa a copa, leño a leño, como flaca estopa se levanta terrible fuego y se convierten tus olvidos, en las gotas de mi llanto. No me paré en los perjuicios cuando regalábamos las diferencias, ni reparé en los contrastes cuando no encontrábamos la común opinión, humo de paja fueron nuestros acuerdos, cenizas de nuestros pleitos. La larga experiencia en el trago, lo que aprendí una vez, y mi madre me lo repitió por diez, esto te predico y te vendo: El dolor en el vino vive su incendio y se apaga cuando se quiebra la otra copa en el brindis. Creía yo, y así lo conservamos, lo menos mal que se pudo, y nos llegamos en pobreza, nos hicimos de camorra, en las dudas de los celos, nos amamos entre los pies ligeros de broncas apretadas. Eras mi otra copa en el brindis. He oído decir a mi abuela “No te embriagues que el vino, te deja tuerto, con tanto alcohol que te ciega y no te deja ver la huella del camino. ¿Cómo puede haber tanta risa en el llanto? Quiero, entre el alivio y el daño, entre lo dulce y lo amargo; cobrar la deuda vieja de amores perdidos. ¿No hay quien trence tu mirada y la mía? Quiero esa sonrisa, entre dicotomías inaccesibles, y aún así, termine con tus manos sobre las mías. ¿Dios existe? No puede ser que lo que sea en todo tenga que ser en nada. Si Dios existe ¿dónde está el amor, dónde está ella? Brindemos por ella que ya no existe y brindemos por Dios, que sin ella, tampoco existe. No pienses ni por un momento que en mi silencio te quiero menos. Quiero que sepas con una lágrima rondando por mi botella: Es el amor a tus ojos claros el que ha inventado todos estos versos. Con un hambre desnudo por ver tus ojos; un desierto de sal fue mí ser de sed infinita. Por eso… por eso, quiero a porfía quitarle un verso a tus ojos para dárselo a esta copa de vino y sirvan tus ojos de ala para el verso que levanta vuelo. que hará mi verso indecible y a mi pluma inexplicable en amores mal gastados Oración para escribir ¡Oh, Santas leyes de rimas venturosas, remedio y cura de mi pluma; entrégame nuevos versos más frescos que los primeros, Sin parches ni borrones! Oh, diosa de la inspiración, sin límite ni moderación haz de mis versos la buena sustancia, y engéndrales de amor! Fortalece el cañón de mi pluma con tu tinta reforzada. ¡Oh Señora y guía de entrada en el laberinto de los verbos, en el oficio de mi pluma: abre mis ojos a destajo, lubrica mis pupilas conforme al arte de lo más hermoso. ¡Oh! Señor de la palabra viva, de donde nace y aparece todo el bien que deseamos, arroja al fondo del abismo el hablar necio y vergonzoso de mi ser, con firmes ligaduras haz de mis Versos hidalgos de buena conciencia, que una vez comenzados ellos mismos caminen y hagan la buena obra, ¡Oh potencia de los cielos! Ruego por los galardones a mi pluma para subir de escalón en escalón hasta encontrar el tono alto de mi voz. ¡Oh Señor de los sueños y las metáforas! Revísteme con el carro de fuerza que rinde los malos argumentos, con Imágenes y formas que dan sustento al discurso; que sean ellos, los señuelos que convocan a los sentidos, para que guisados y sazonados puedan ir adelante en la razón, para que las cosas no se queden en sospecha y se digan públicamente. De algo hay que morir dijo el poeta mirándola a los ojos Pagaré a mi modo al cielo, en cuotas; la dureza de mi mano para tomar la pluma, por la ilusión de la pertenencia a un verso. Aunque duela y cueste hay que admitir: Todos los que escribimos, viviendo andamos buscando la riqueza escondida de un verso, yendo y viniendo con los sentidos alertas y aun así, pequeña sombra y tosca aventura en el verso he sido. Tan porfiado en mi suerte. Yo, que he sabido gestionarme un verso aunque sea a codazos, .caminaba y sin saber que no está en mí, la fuerza de mi puño, sino en el seno de sus ojos claros, esos ojos que en su oficio las auroras adornan con su gloria. Nada me autorizaba pensar que ella me podría mirar, pero como en todo gran soñador existe en mí, un cuento de hadas, y ni aun así, no logré vislumbrar que me podría mirar… así, de ese modo… tan sutil. Ella, se mueve entre la frontera de lo irreal y no existían en mí posibilidades teóricas o clínicas que me llevaran a pensar que ella me quisiera besar. A partir de esto, Ella constituye mi musa y la aprobación de los dioses y mi legado en la futura existencia de mis versos. Hallarás en mis poemas el valor de mi musa. De esta suerte te digo: En mis versos, Ella es mi caldo de cultivo. Por esos ojos, Tomen acta de esta decisión: me declaro en estado de poesía permanente. Una risa en salsa, en su cara un ángel con perfume de rosa, sus ojos en rima, entre otras cosas de la ciencia femenina que traía de regalo, altiva en su pompa presumida, sacó de mi pecho, lo que pudo y bastó, versos limpios con los que aderezó mi tarde. En mí todo es necesidad y ella lo tiene, Contemplativa, mi pluma quedó en deuda de lo que antes ni vio, ni tuvo. A esos ojos, tanto para comprar como para vender no le perdoné letra, ni le hice vergüenza con unos versos de cortesía. Será de mil una, esa mirada es lo más difícil de enajenar y aquí me tiene como su ángel de la guarda comprado por sus ojos. Daré a mis versos rima, dirán las letras viejas del tiempo, que mi pluma en su derecho crece, que no le dieron de balde los oficios, esos ojos de mi tinta han de sacar la renta. El amor es laberíntico y circular. Yo te amo, tú me amas, nosotros nos amamos. Atrapados en una de sus vueltas, tratando de pensar que si en este amor en algunas de sus vueltas encontraremos nuevamente la salida a la libertad. Vos, como Yo, siempre hemos sido inconstantes en el ejercicio permanente de vivir un solo amor. Lo simple y lo complejo de las consistencias de nuestro ser, de lo congruente y lo incongruente de los deseos y pasiones que nos llevan al amor, así enredados en pares antitéticos, porque se trata de vivir con nuestras contradicciones y a pesar de ellas o por ellas, amar aunque nos duela y cueste y estar dispuestos a pagar el precio por ese minuto de gloria, destellando entre la abundancia de lo gris. Vivir el amor consagrado espiritualmente a los grandes momentos y que se vayan cumpliendo a cada paso lo que muchos veíamos venir aunque a la mayoría sorda y ciega no le haya importado. Quiero verme en el viento Como las olas del mar. Imagino Mi barca es una pluma arrojada a la mar Y yo, marinero en la tinta de éste mar. Quiero, Navegar en un verso, pequeño como una nube ligera, humilde como una noche serena. Digo: Capitán de mi pluma, marinero de este mar Desplegadas las velas no me asusta naufragar. A esos pies Contigo he vivido el exilio de tus ojos idos. Fuiste la que me dejó como roca del silencio, hablando solo y con tu recuerdo mudo, errando, alimentando el fuego; ladrona de mi paz. Así te vas; repartiendo castigo en nombre del olvido, sin ira y sin consejo y así me quedo yo, con el beso en silencio, con los ojos como cuenca, después que tus pies abrieran la tierra. Como crece el silencio, como crece, sin aire, sin sol, suelto y sin raíces, con ese silencio criminal que me aglutina en un rincón. Te vi perderte en el camino, no te importó mi traza de mendigo. Tus pies rebeldes y afanosos se hicieron peregrinos. Davos Ahí está él, como más le viene el cuento a cada uno, algunos lo creen bueno a esos ojitos claros, pero de todo lo que es capaz de hacer ni aun puertas adentro lo saben, después de todo el daño que hizo, algunos aún hoy, lo quieren y le tienen esperanza, si yo estuviera ahí, ya me habría puesto alas en los pies. Mentiroso y embustero como mil diablos juntos, comenzó dando tantas promesas a la mano, y tantas tomaron los pobres, que por los globos creyeron estar en una fiesta de banquete. Faltando poco para dar la cabeza contra el piso, quizás se den cuenta que no eran ellos los invitados. En su fiesta, él sabe que le faltan manos, la torta es grande donde clavar las uñas, por eso buscó en Massa la letra y la música de melodías neoliberales que en este momento se están tocando. En Davos, se fueron juntos a presentarse frente a los alcaldes mayores, para ver si lo que estaban haciendo era cosa justificada, y así como a los otros, esos que antes fueron a estos también los mandaron con una lista de peticiones y obligaciones. A los suyos vino y los suyos lo recibieron Crece la noche de mi enfermedad. Arto me acuerdo del mal ejemplo de Menen, de cómo él cambió el voto por unas buenas obras para pocos. Fue así como entregó la mayordomía y la administración al Fondo. Entre ellos crearon por decreto la ley de la trampa, que nos tocó en común a todos. Así dieron luz a la invención de la zancadilla con la que cayó el país. Hoy como ayer, el mismo pie, la misma trampa, los mismos tipos, la misma gente, el mismo fraude. ¿Cómo puede haber gente de oficio tan oscuro y bajo? Si este fuese como el farol de la capitana No sería grande mi preocupación. Este, en su oficio al pobre sirve de balde, para los otros será; el príncipe de justicia, el señor abaratando costos, para nosotros un simple usurpador. ¿Qué piensa el que lo votó a él? ¿Es justamente lo que se merece? Si le cree trasmuta en idiota como a él se le antoja. Consuelo de tontos, diría mi abuela. Ella, era como querer cambiarle el gusto a la sal; un imposible. Ella, tanto te lleva a desear como a soñar y yo, en todo me doy en falta, no hay a quien le sobre para alcanzar de ella lo necesario; escaso en recursos, los años muchos, la pinta poca, así, con poco acuerdo con mí razón, entre miedo y esperanza; cebado en sus ojos de miel, alcancé la osadía. De tan poco escote, tres veces más soñada que mirada y siete veces más linda de lo que esperaba. En su risa, no me prometió menos y con tanta pujanza jugaron sus manos con las mías que el fuego consumió mi pecho, mis ojos y aun mis manos que sobre ella estaban. No se detienen mis manos, jurando por cada parte que era suya, así salieron en atropello por aquellas escaleras o gradas las pasiones que la idolatraban. No sé si, caminaba o volaba, bien puedo decir: que el deseo y el fuego que de ella salía no me dejaban ver ni cielo ni palmo de tierra por donde iba. Ahora sé muy bien que no hay mayor bien, ni grandeza que la iguale. Si alcanzar sus ojos lo cuento como una gran victoria, cuanto más, si me enseña frescuras venturosas de su humana arquitectura. El gobierno del hachazo Sólo para agradar, unos meses antes él nos hablaba bien, pero ya nos quería mal, con voz fingida al resto los entretenía, hacía el rostro de risa, bailaba cual enamorado, mientas los engañaba; tapados los ojos no vieron el hacha en su mano. Con regaladas palabras, hace un mes nos durmieron con un cuento, y nos despertaron con los gritos de angustia por los DNU No soy de este cuento, vengo de otro sueño, verme en este sueño me parece pesadilla, es un hacha amarilla, afilada en rencor, que cae pesada cortando el grito de las plazas. Esta es el hacha del desgaje, de la desmembración, la que partió el diálogo y partió la República. Con la lengua en silencio y sin un periodismo que comente los agravios, no hay albergue para la queja, la justicia que buscamos no está en el seno del gobierno, sino en el grito del pueblo. Es un hecho ineludible, la crítica o la protesta del quiere un país mejor, mientras que el silencio es tan del gusto de los dictadores que sostienen a los pueblos por debajo, por eso el oficio de la queja y el grito en la plaza como única defensa. Tras largas décadas de obstáculos entre mortajas y sudarios donde crecían los muertos, donde una parte de nosotros murió con esos muertos, donde lloramos, corrimos, escapamos de tumbo en tumbo, para algunos el exilio. Después… después tuvimos un remanso que hizo nuestra vida al fin llevadera. Recuperamos lo que pensé, nunca podríamos recuperar: La justicia, la verdad y la memoria. Hoy de nuevo, los mismos tiranos, la misma guerra, la misma hacha. En la nube, el agua del río; en el grito, la espada del pueblo. Después de haber vivido entre tanta muerte hay una conciencia del dolor del que no se vuelve sin un espíritu crítico. Por eso hoy otra vez volveremos con los brazos abiertos, y si es necesario con el puño en alto en la huelga sin que puedan bajarlo los carros hidrantes, ni los centuriones al asecho. Sabe Dios que no protestamos sin causa, ni odiamos a nadie sin justificación, sólo defendemos nuestra causa. Aclaro no es fanatismo, simplemente: convicción. Tuvimos un país mejor, y estos los quieren destruir de nuevo. Triunfa de nosotros la tiranía. No podemos ponderar este gobierno, por aquí va nuestro descontento, un ministro dejando escapar unos presos, el otro se llena la boca insultando de grasa, por allá otro ministro, quiere bajarnos el salario siguiendo la vieja receta del Fondo. Ellos nos quieren con traza de mendigo, como ese que pide permiso al hablar. Si alguien se siente perjudicado en sus legítimos derechos ¿Qué no lo puedo denunciar? ¿Por qué entonces piden que lo dejen gobernar? ¿Cuánto más tiene que destruir para que todos empecemos a protestar? ¿Qué no se acuerdan de Menen y Cabalo? Con las heridas al aire de un pasado reciente, sabemos lo que nos espera si nos callamos. Yo no soy un escéptico, en algunos periodistas creo, en algún medio creo, no creo en los globitos amarillos, creo que el capital para los buitres es un fin y no un medio, creo que si se gobierna por decreto el presidente no es demócrata, ese es mi credo. Lo que me preocupa es la inmovilidad y el silencio de los dirigentes políticos, ruego para que aparezcan y sean el signo inteligible de un malestar que se hace más que evidente. En esos ojos yo pesco algunos versos Quiero que sepas: Es el amor a tus ojos claros el que ha inventado todos estos versos. Con un hambre desnudo por un verso, un desierto de sal, fue mi ser de sed infinita. Por eso… por eso, quiero a porfía quitarle un verso a tus ojos para dárselo a mi pluma y sirvan tus ojos de ala para el verso que levanta vuelo, que hará mi verso indecible y a mi pluma inexplicable. Esa gota Si esta lluvia pudiera tener otro oficio ahora, que no sea regar las flores, y si ella pudiera mudarme la risa y hacerme más triste ahora. La gota cayendo ya no importuna a mis versos; ni a mi pluma buscando coronas. Gota a gota en su porfía, que esta lluvia oriente mi pluma. En cada gota una herida, en cada verso una vida según ha sido de amarga. Le daré a esta tierra mis versos Si es de creer que a su salvo escribiera Y si esta gota me diera de esa gracia infinita Y si esta lluvia pudiera y mi elección acredita que esta pluma escribiera lo que mi pecho le dicta. << Inicio < Ant.
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