• Anubis.
Itsas_
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Un murmuro en la sombra me clava su gélida mirada que a pesar de no ver, avizora. Comienzo a temblar con el arrastrado sonido de las eses, como la inocente víctima de una taipan que se prepara para asestar eficazmente el golpe de gracia. ¿Es sangre lo que brota de mis entrañas? Mis manos danzan al son de mi final, lentas e inexpugnables. Recorren mi pecho, mi tórax, mi abdomen. Como una profunda despedida al más allá. Sé que iré al infierno, Dios jamás me quiso a su derecha.Alzo la mirada con desesperación. Busco con rabia una salida a este ancho callejón.Pero no, amor mío. Tú ya no estás ahí a pesar de tus promesas de fidelidad, de invencible pasión. Solo está frente a mí una pequeña oscuridad ciega.Trato de afinar la vista, la angustia no me deja ver con la claridad que desearía.La sangre se me hiela, el corazón se me para.La sombra se torna una joven de blanco vestido frente a mí.No aparta su tenaz mirada de mis tímidos ojos. Adonde yo miraba, ella me seguía.¿Cómo lo hacía con su invalidez? Sin embargo, advertí algo en esa tenacidad.Bajo dicha severidad macabra, se escondían lágrimas y lágrimas heladas por el tiempo y la cobardía. Escarcha de lo que en su día fueron sentimientos.Entonces, ¿qué era lo que temía de aquellas pupilas? Lo que más me inquietaba cuando posaba mis ojos en ella, no era que lo viese todo a pesar de ser invidente. Sin duda, era que esos ojos fueran los más tristes que jamás había visto. Pero, ¿cómo es posible? Habían pasado tantos años... Y yo aún no había caído en que esos ojos atormentados y desolados, esos ojos aterrados a pesar de su frialdad., esos ojos solitarios y tentadores.Esos ojos cobardes… Eran los míos. Acerco mi temblorosa mano y observo eficaz su mímica reacción.El dolor se apodera de mí pero no puedo evitar sonreír.No, querido. Por desgracia, la parca no estaba frente a mí en esta ocasión.Tampoco estaban San Pedro con sus llaves ni Anubis vigilando la balanza de Osiris. Estaba mi vacía alma, mi espejo, mi retrato. Estaba lo que quedaba de mí tras tu partida al asestarme con tu ironía y tu despreocupada sonrisa, el golpe final.Con aquel puñal que tantas veces había rondado tus muñecas cuando yo no estaba. Con ese mismo, deshiciste todas mis ilusiones. Amor, tú me brindaste la vida. Y tú, me la has arrebatado.
 Ella va ser per a micom l'oblit.Una extensa ferida sota el meu pit. I, amb un somriureem va dir: "Sóc massa petita  i massa inocent, com per a perdre les ganes d'estimar-te."En l'últim sospir de vida, ella em va mirar. Tots dos ens vam somriure, ens vam acomiadar. I, per un moment en tants anys vam ser feliços. 
Poesia per a desesperats.
Autor: Anubis.  483 Lecturas
Imagina'ns de la mà, somiant junts. Encissats pel somriure que ens fa la vida.Imagina'ns sospirant,darrere d'un llibre.Recordant amb tendressaque ens trobàrem.Imagina'ns sense roba,enamorats.Desitjosos de salvar la distància que ens furta la nostra pell,tremolosa. 
Imagina't.
Autor: Anubis.  471 Lecturas
Me siento demasiado sola, demasiado perdida, demasiado fría, demasiado rota.A todos nos toca cargar con los fantasmas de alguien cuando no son los nuestros propios.Yo estaba dispuesta a cargar con todos tus miedos y todos tus errores. Estaba dispuesta a darlo todo por ti.Pero vaya, me abandonaste sin decírmelo siquiera.Otra vez.Te apartaste en silencio de nuestro proyecto, de nuestra confianza, de nuestra visión. Me dejaste rota, perdida, sola y fría. Y así sigo.Por cada buen acto, por cada recuerdo bonito: Una estaca apuñala despiadadamente mis ganas de seguir, de perdonar, de olvidar...Sería tan fácil decirte adiós y desaparecer... Probablemente sería como arrancar una pequeña parte de mí, como si de un miembro se tratase.Pero ya se sabe, los cortes de raíz y por lo sano.¿Me mientes o me dices la verdad? ¿Me tomas o me dejas?Probablemente si te planteara esto, tras tu respuesta, no levantaría cabeza.Te quiero y me voy. Lo temo y me quedo. 
Desorientada.
Autor: Anubis.  481 Lecturas
¡Qué frío es el mundo visto desde las ventanas de mi hogar!¿Soy acaso la única que busca algo más cálido en las calles que en la cama?¿Acaso la brisa otoñal, la lluvia o los copos de nieve, no le abrigan a uno el corazón? ¿No sentís el asfixiante calor más allá del cristal y las cortinas? En el suelo de mi cuarto hay restos de granizo que un día se precipitó de mis ojos.Entre mis más gruesas sábanashay veinte densos centímetros de nieve que se depositaron para protegerme del propio frío.En mi mesita, sobre los libros, hay escarcha que nunca cederá a un futuro deshielo.¡Qué bello es el invierno de la soledad que no cesa!¡Qué frío es el mundo visto desde fuera! 
Calidez.
Autor: Anubis.  454 Lecturas

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