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Jazu
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Susurrante voz acariciaba sus sentidos, más él, no era nadie, más él, ya no era parte de nada... ¿Y adónde iría ahora?Titubeó, alentó una mirada de confusión, esbozó una sonrisa, y se precipitó a las sombras que daban forma a su silueta que envolvían el territorio que él, con pies descalzos, pisaba con pies incapaces de avanzar hacia vertientes de aguas cristalinas.Y de las sombras emergió un papel en el que escrito estaban pequeños trozos de una vida cadenciosa, en la que la monotonía que un día alegró sus días, acabó por destruir sus barreras de hombre reprimido, de hombre apresado en temores y falacias y caracterizado por cargar con pesadumbre toda decisión ajena en su locura. Barreras, eso sí, que estaban protegidas con fuego, pero como todo, ese fuego se desvaneció a causa de una pérdida cruenta... E indefenso él no era más que un pájaro sin poder volar... Y sin la suerte de su lado y sin lo que él consideraba su estandarte, se ahogó con las lágrimas acumuladas cada año en su tenue vida...
Otra vez.
Autor: Jazu  385 Lecturas
Varado en un océano apagado, sin alma ni cuerpo. Sus mareas sólo reflejan vacío y su ferocidad, nada más que una cándida sonrisa de un niño empujado a una profundidad indescriptible dentro de sus pensamientos, inquieta, alegre y despreocupada; algo tan básico como la deshilachada sonrisa del foráneo, algo tan rudimentario como una hoz, que sin unas manos entrenadas, de poco sirve su filo para hacer funcionar las olas. En resumidas cuentas, algo tan especial y único como lo es la debilidad, que deja entrever que los misterios sólo son realidades escritas en pedazos de miedos irracionales.
Océanos.
Autor: Jazu  332 Lecturas
Transeúnte de caminos de fantasía y belleza, sin un futuro al que esperar, alma desdeñada y cuerpo agrietado, siempre hay una salvación... Y él aterrizó sobre sus pies en un paraje de dudosa existencia (pues todo en él era de una belleza inigualable) en el que caminó horas y horas vislumbrando todo a su alrededor y con una cara de perplejidad total de la que únicamente se podía deducir que ya no estaba en el mismo mundo.Vistos los mismos paisajes una y otra vez, el agobio le empezó a consumir y el aroma del lugar se convirtió en algo más parecido a un cementerio con flores secas que a la de un paraíso terrenal. El hombre se sujetó la cabeza, aplicando la mayor presión posible en sus sienes, para así salir de ese lugar al que había llegado buscando redención. Pero nada cambiaba, cayó sobre sus dos rodillas y gritó un sonoro y doloroso alarido, que diría que retumbó en todo aquel paraje, pero dada su inmensidad, de nada podía estar seguro. El hombre soltó su cabeza, alzó los  brazos y derramó unas cuantas lágrimas, después dijo .- "Podrías entregarme la verdad que necesito, pues mi vida ya está consumida al máximo y mi único deseo es la muerte".Después de pronunciar esas palabras su cuerpo se frenó contra el suelo.El cielo se tornó de un color cálido, digno de la más bella puesta de sol que un ser humano pudiese ver, los árboles se tiñeron de dolor y las hojas de los mismos se lanzaron a arropar al hombre que permanecía en el suelo.El hombre pronunció .- "Todo lo que tengo hoy, ya no es mío, he perdido mi identidad, y la ansiedad y la angustia forman parte de mi día a día, y aquí, en mis pensamientos, he decidido ahogarme".El paisaje cambió radicalmente, los árboles, las flores, toda la vegetación desapareció, la noche cayó y aparecieron multitud de estrellas, que brillaban en las aguas en las que ahora se encontraba flotando el hombre. Flotaba tumbado boca arriba, con los ojos cerrados y una sonrisa que delataba la felicidad que sentía al ver que su sueño muy pronto se cumpliría.Las estrellas dibujaron relatos que le acompañaron a lo largo de sus años y frente a él, apareció una mujer.La mujer le miró sonriendo, acarició su cara y simplemente le sopló a la cara. Le sopló con una delicadeza y ternura inmensa, de tal forma que parecía que tal soplido podría congelar el cuerpo del hombre. El hombre abrió los ojos, luego fue a pronunciar unas palabras, pero el dedo de aquella mujer le frenó los labios. La mujer bajó su cuerpo, que estaba flotando en el aire, hasta caer encima del cuerpo del hombre, le besó intensa y prolongadamente y los dos se desvanecieron en el aire, dejando tras de sí un aroma de calma y sosiego, el aroma que florece en cada sueño realizado al fenecer sus días...
Desaparecer.
Autor: Jazu  359 Lecturas
Caminaré sobre un alambre y maquillaré verdades, cerraré cortinas y pintaré la luna para sentir que ya no hay hambre. Purificaré de alguna forma un alma carcomida por el deshielo de la vida, que por grosera se ha quedado desolada y roída. De la otra, no hablaré tan claro, simplemente diré que cada acto es vano y cada palabra acaba en descalabro.Bajo el sol, sólo existe una sombra, que es única e inseparable, que no se tiñe y no expande, que es inamovible y firme como un clavel plantado en su pelo. Al atardecer la sombra crece, pero permanece unida, y al anochecer, en la más absoluta oscuridad, la sombra desaparece, pero los vientos nunca mienten, y siempre en ellos los sueños permanecen. Y llega el amanecer y es otro día con una mueca compartida, y otro grillete quitado de sus vidas.Y cada día la sombra desaparece poco a poco...Esa es la consecuencia de que miremos más allá de unas simples sombras, y de que nos miremos a nosotros, lo que somos realmente. Somos luz, esperanza y alma sosegada, cada llanto de desesperación es una llamada a un mismo lugar, y a una misma batalla que podemos librar, y por esto compartimos un mismo mar, una misma tierra y un mismo cielo... Nuestro vuelo consistió en un azote a nuestras pesadillas y de ellas salimos, y de ellas, nos hicimos.
Sombras.
Autor: Jazu  330 Lecturas
Y por ser libre de nuestros pensamientos evolucionamos a otra clase de estúpidos desertores de nuestras mente, y no nos importa romper nuestras almas para volver a una tranquilidad falsa y cosida con nuestras cicatrices, no nos importa ser lo que no queremos ser si con ello tenemos el impulso para luchar por las cosas que sí deseamos, y  con esto poder estar seguros de que nuestra vida está a salvo y es una de esas "vidas" deseables por los tipos normales. Pero antes de que las noches con su luz tenue nos digan quiénes somos realmente, pintemos un garabato con nuestra realidad de lo que somos y un dibujo con la forma que tenemos de comportarnos.
Personas
Autor: Jazu  362 Lecturas
Soplemos al viento para crear una dulce melodía que estremezca a esta maquinaria oxidada. Agotemos todo nuestro aire y dejemos a nuestros pulmones agonizando, cerremos los ojos e inventemos una bonita ceremonia en la que uniremos nuestras conciencias suicidas y en la que devastaremos todo a nuestro paso. Y que al despertar, nos tomemos la vida con la euforia necesaria y con el tiempo racionado como se nos venga en gana, no nos engañemos, no conocemos la realidad, pero conocemos algo que ocupa nuestra mente lo suficiente como para ocultarnos de la luz carmesí y custodiarnos en sus disfrazadas sombras.
Al Despertar.
Autor: Jazu  362 Lecturas
Un diluvio sacude mi cabeza, cargado de temores y de asperezas. Cada gota está adornada con un pequeño pétalo... Pétalos que representan mi descomposición en aguas revueltas.Necesito plasmar de alguna forma los sentimientos que me corrompen en noches de desvelo y la única forma que encuentro es escribiendo estas necias palabras que no llevan a ningún lado... Y cuando pase esta noche yo seguiré respirando y lanzando quejas al más desavenido de mi postura, buscando una paz que ya no puedo conseguir, pues la inestabilidad se ha adueñado de mí y mis prisas por escapar de esta situación provocan que cada vez esté más sumergido en el fango de mis pensamientos.
Noches.
Autor: Jazu  347 Lecturas
El aroma de tu cuerpo me provoca la ansiedad, pero me la provoca cuando tú ya no estás aquí, cuando ya te has marchado a realizar las tareas que a mí ni me incumben y en las que cuanto más lejos yo esté, mejor. Cuando las proposiciones se tornan rechazos y las excusas empiezan a aletear sus alas creyendo atravesar la ventana correcta. Cuando hay tantas cosas que decir pero el tiempo aún no ha marcado la fecha para hacerlo... Pero con todas mis estupideces todo es lo que yo deseo cuando aún sigues a mi lado y en ese instante siempre me sentiré saciado.Cuando siento que la lejanía está presente en nuestro presente pero que este presente es distinto para nuestros puntos de vista y eso me condena a plantearme las cosas por las que daría la llave que me hace funcionar y que activa lo más hipócrita de mí.Pero al final todos estos "Cuando" son simples y terribles errores de precisión mental, somos imperfectos, pero no somos poseedores de nada en una vida en la que no somos nada. En la falsedad en la que vivimos podemos ser múltiples cosas irreales o reales, depende de lo que consideremos que puede crear nuestra maravillosa imaginación otorgada por la naturaleza.Y por esto no le privemos a nadie de sus derechos naturales, o al menos no lo hagamos a propósito.La libertad se nos va a ser arrebatada por todas las estructuras que forman este planeta en el que vivimos, pero seamos serios, cada vida se gesta de una forma diferente. Ni el más pobre se merece lo que tiene ni el más rico se merece lo que tiene. Todos merecemos lo mismo, una libertad propia.Pequeñas utopías pero ¿Por qué no pensar en ellas? Cada uno decide.Separemos nuestras vidas de los demás, partiendo de la nada y estableciendo vínculos sólo con los que comparten nuestras sencillas alegrías y penas. Al final estaremos rodeados únicamente por quién lo merezca.Y después de hacer esto, por muy bien que nos vaya, no olvidemos nunca que la injusticia es lo predominante en la mentira.
Vida.
Autor: Jazu  317 Lecturas
Un camino intransitable es la única manera que el amanecer tiene para decirme que el fuego de mis entrañas ya sólo es escarcha. Una dulce prisión en la que me encerraron por demencia, y en la que cohabito con todo tipo de seres, de sentimientos y de bellas luces que me indican que existe una salida. Y es que fui yo el culpable, fui yo quién tachó sus últimas y vagas esperanzas, fui yo la estrella que se reflejaba en el espejo de su alma. Destruí a aquel hombre, y ahora él escribe estas vacías palabras con las manos desangeladas del caos.Y ahora necesita el regreso de sus anhelos, de sus sueños, de sus esperanzas. Siempre agachó la cabeza y quitó el peso de sus hombros, un hombre refractario que claudicó por su necedad, ese fui yo... Y ahora te pido a ti, mi amor más puro, sinfonía de mis últimos días, inyéctame el veneno que un día empleamos para facilitar tu final... Ahora debe ser en mi cuerpo y que en él sienta las cosas que tú sentiste, que recorra mis venas y asfixie mi garganta; que corte mi circulación poco a poco y pierda el sentido; que experimente algo nuevo y que mis ojos ardan, que ardan como ardieron mis recuerdos ya inexistentes; que mis manos no puedan sujetar la copa en la que ahogué parte de mi inocencia; que mis piernas tiemblen y se derrumben después de librar una dura batalla; y por último pido para este momento que el dolor sea lo único en lo que pueda pensar y dominar con mi última lágrima.
Una vida inadecuada.
Autor: Jazu  321 Lecturas
En el lago de los perdidos nunca quise buscarme, pero siempre supe que allí estaría, pero por supuesto antes quería visitar sitios llenos de belleza, de grandeza y de una eterna y pasajera felicidad, sitios en los que cuando algo bueno acaba, vuelve a suceder, algo que satisface igual a nuestras tripas, sea como sea cada cual. Pues bien, destrozado por dentro y por fuera me dispuse a elegir mi primer camino en busca de redención. El primer camino era lúgubre, muy húmedo y parecía no tener fin, pues la espesura de los árboles no permitía ver más allá y lo único que se podía ver parecía como caminar dentro de un bucle.Transcurridas alrededor de dos horas empecé a notar la fatiga, sentía como la humedad era la dueña de mi cuerpo, mi cuerpo temblaba y ese temblor dolía, dolía y mucho. Decidí establecerme entre dos árboles, pues tampoco había muchas más opciones para descansar. Recogí unas cuantas ramas, busqué un par de piedras y estuve bastante tiempo tratando de hacer fuego, ese tiempo, eterno para mí, me consumió casi por completo, así que una vez el fuego me iluminó, yo caí de espaldas a esa tierra mojada y allí me dormí.Enseguida noté cuando salió el sol, pues ese camino me había dejado con una sensación de como si mi vida hubiera sido una oscuridad perpetua, una oscuridad como la que habitaba en aquel lugar. Me levanté lentamente y cuando miré a mi alrededor todo lo que había era un paisaje árido, desértico, y nunca había visto un sol tan esplendoroso como aquél, tan mayestático...Caminé varios pasos hacia el norte, mi norte, pues yo no sabía en que dirección iba realmente. No sabía que pensar, estaba frustrado pero al mismo tiempo sentía que esto tenía que significar algo... Y en ese momento me di cuenta de que las cosas que son reales no cambian, grité lo más fuerte que pude y sentí el desplome de algo en mi anterior, mi cuerpo cayó al suelo y así creí que todo se acabaría... Pero no.
Elección 1.
Autor: Jazu  305 Lecturas
Hoy hay un mañana para mí, por desgracia. Realizaré plegarias a mi único salvador y mi verdugo, en este caso, es muerte. Tu eres cognoscitiva y puedes enseñarme a aprehender esta vida de otra forma, tan sólo pulsa la tecla que ensalza tu virtud en mí, creo que merezco sentir tu grandeza acelerando mis latidos hasta que frenen en un último suspiro...Porque necesito escupirle a mi vida, lanzarle todo mi odio y mi malestar, y después agonizar libre de pensamientos creados de errores y de fallos egoístas, en definitiva, aplacar mis ganas de sollozar por la nada. Lo pierdo todo y ahora todo lo que fue se quedó en el pasado.Y por esto a veces me siento así, tan marchito por fuera y tan ingenuo y débil por dentro... Y aunque no lo parezca, en el fondo, pienso que todo siempre tiene una solución.
Mañana.
Autor: Jazu  311 Lecturas
Una escena arcana aparece en mis sueños una y otra vez, se borran las huellas que pisaron una vez en mis momentos de inconsciencia, las huellas que hacían lastrar el carro sin ruedas se desvanecen... Afloran pulcros tonos de sonoridad provenientes de lugares recónditos, lugares que ni yo mismo percibí antes. La visita de algo tan delicado  ha roto los esquemas que siempre dictaron mis estados de transición, esas cortas transiciones que se aparecían en mi cabeza en las que  el matiz oscuro era el predominante; en las que la belleza de lo errante era la calma en mi tormenta de dolor; en las que mi único alivio era pensar que mudar de esperanzas o de sueños o de deseos o de vida directamente... Eso era la salvación que creía que buscaba...Cuando una cabeza está rota no hay reparación que valga, pero al menos existen parches para frenar el declive total.Y esa escena arcana de la que hablaba al principio no es más que la escena en la que yo represento mi papel, sin tapujos. Y a mi lado la suave, delicada y dulce belleza que es representada de una forma mayestática por una myosotis pura.
Pulcritud.
Autor: Jazu  288 Lecturas
Mi piel ya no sabe que es lo que pasa con cada noche que transcurre, descubrí la apatía del lugar en el que vivo y lo viva que está ella en mí, la adustez de mi corazón no me permite mejorar mi estado, la jaula que encierra mis sentimientos no puede abrirse, no lo permite mi subconsciente, y deambulo perdido por las calles, buscando la identidad que no logro transmitir, mi cordura aún está encadenada y mientras ella sea capaz de flotar en las solemnes aguas revueltas que anidan en mi cabeza, podré seguir conquistando pequeños territorios de mi mente... Mientras no explote...
Confusión.
Autor: Jazu  283 Lecturas
Qué decir para ser una constelación perpetua para esos cristales... Cómo brillar en una noche manchada para una sensibilidad especial...Dónde establecer mi barco construido a base de dudas en el puerto en el que habitan sus lágrimas...Cuál es la reflexión que necesito para perpetuar en su mente y no desvanecerme con el tiempo...Por qué no voy a querer entregar cada vez que pueda todo lo mío, todo lo que tengo, que de una forma u otra dibujen una parábola...Quién se ha sentido único por sentir lo mismo, una calma establecida en un campo de flores...Cuándo todo pase, todo permanecerá y todo será lo mejor para ella.
Amapola.
Autor: Jazu  310 Lecturas
Esculpir sentimientos en palabras llenas de incerteza, en papel inexistente y en dolores irreales. Deshojando cada flor en mi cabeza y clavando mis uñas en la piel de mis pensamientos. Todo es humo, y el humo nos deja ver a través de él la penumbra del lugar, todo más allá de él es oscuro y podemos gritar, correr, estrellar nuestras fuerzas contra el futuro, pero el alivio sólo se alcanzará cuando un aluvión de verdad cubra las bases de la estabilidad personal.
Incerteza.
Autor: Jazu  313 Lecturas
Las siluetas indefinibles que pasean alrededor de sus pasos, los gestos de las sombras tampoco son percibidos, los ruidos son extraños paradigmas de la tormenta que se avecina. La sensación de haber perdido el rumbo ya no es percibida por su mente. Empieza a notar las cadenas en su cuerpo, apresando sus piernas, impidiendo que los pasos sigan su curso; los brazos se han colocado hacia delante y ahora también están encadenados; intenta buscar en su alrededor alguna respuesta, clama al cielo y pregunta, pregunta sin voz, sin aliento y su cuello es apresado. Cae al suelo, su cuerpo se ha desplomado. Mantiene la mirada clavada hacia el único sitio al que puede mirar, y en él, sólo ve nubes oscuras cargadas de recuerdos de una vida. "¿Qué tipo de reacción esperáis de mí?", es la pregunta que le gustaría hacer. su mirada con celeridad empieza a congelarse, a volverse una mirada helada, una mirada llena de odio, llena de frustración, llena de impotencia... Deseando la muerte, busca emigrar a un lugar en el que ya no exista nada, incluido su ser, por el que ya no siente ningún tipo de aprecio, su vida ha dejado de tener valor.Pero el tiempo sigue pasando y su cuerpo sigue sin moverse. Ha cerrado los ojos y ha empezado a razonar, a hacerse preguntas y a descubrir quién es realmente.Las cadenas siguen irremisiblemente apretando y parece que cada vez con más fuerza... Empieza a notar fatiga en su cuerpo, empieza a sentir dolor físico y empieza a sentir algo que parece real, algo que parece ser ella misma... Los recuerdos que visualizaba eran falacias creadas por su imaginación, ella no era esa persona, ella no merece esto... Aprieta los dientes, su cuello cada vez sufre más el encadenamiento, empiezan a brotar lágrimas de sus ojos, eleva sus brazos, con los puños cerrados, y esboza una sonrisa... Una sonrisa auténtica.Un estruendo se escucha, proveniente desde algún lugar cercano, pero no visible para ella. Unas palabras son llevadas por el viento, y llegan a ella, palabras, simples palabras que dicen lo siguiente: "Tus lágrimas están haciendo que el mundo se sienta engañado, él se siente dubitativo y necesita de tu perdón."Ella no ha borrado la sonrisa de su cara y sonriendo responde con voz firme: "El perdón que me pides y que yo podría darte es eternamente un acto hipócrita. Cuando nosotros pedimos perdón sinceramente es cuando nosotros hemos actuado sin conciencia a las pruebas que el destino nos ha puesto en el camino y en este caso, yo sabía perfectamente lo que hacía."Las cadenas se desvanecieron de su cuerpo y quedó liberada.Se levantó, miró a su alrededor, observó que estaba en un bosque lleno de nieve, era un paisaje totalmente distinto al que había visto hacia unos instantes. Caminó recto, no entendía nada de lo que estaba pasando. De repente notó un fuerte dolor en el corazón, cayó de rodillas a la nieve, estaba mareada y estaba empezando a perder la visión, pero en ese instante oyó una voz, era la misma voz que antes, pero ahora ella podía reconocer de quién era esa voz. Se puso en pie, corrió con los ojos cerrados hacía la voz y cuando llegó al lugar del que provenía, lo que encontró fue un cuerpo, que yacía muerto.Ella no podía ver nada, pero podía sentir como nunca había sentido y sabía que la muerte habitaba allí. Se agachó para tocar el cuerpo, tocó suavemente con su mano la cara del cadáver y su cuerpo se paralizó, permaneció unos segundos inmóvil y después se desplomó hacia atrás. Los dos habían muerto a la vez, pero ella eso nunca lo supo.
Remordimiento.
Autor: Jazu  802 Lecturas

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