La vida de Carle terminó el día que supo lo que era el amor. Era un hombre profesionista de 21 años cuyo trabajo consistía, entre otras cosas, vestir con traje y corbata, sentarse detrás de un escritorio y sonreírle a todo el mundo aparentando tener una felicidad que no se encontraba en ninguna parte. “Todo el mundo es tan feliz” se dijo a si mismo mientras esperaba que el semáforo cambiara a luz verde para poder cruzar la congestionada avenida “todo el mundo parece tan feliz”. Cruzó con una muchedumbre que se apretujaba intensamente, Carle sujetó con firmeza la bolsa de plástico que llevaba en la mano izquierda mientras llegaba a la acera de enfrente para seguir el camino hacia su departamento. Cuando llegó al edificio departamental de la octava avenida saludó al portero, entró y esperó el ascensor. Las puertas metálicas se abrieron, estaba vacío. Mientras subía al piso 24 recordó como había sido exactamente el momento que le hizo creer que había encontrado la felicidad. “Te amo” las palabras de la joven sonaron en su mente exactamente como ella las había dicho frente a él, mientras lo miraba a los ojos. -¿De verdad?- preguntó Carle. -De verdad- respondió la joven –te amo. Piso 24, Carle salió del ascensor y mientras se dirigía hacia la puerta al final del pasillo repasaba los eventos que habían tenido lugar esa mañana. Había salido saludando a todo el mundo, llegó a la florería que estaba enfrente del edificio y compró el ramo de rosas más grande que encontró, después caminó con rumbo al parque. Ahí estaba la joven, sentada en una banca con su hermoso cabello castaño brillando bajo el sol. Carle respiró profundo y sujeto las flores frente a su pecho, iba a dar un paso adelante… El otro sujeto apareció de la nada y dio un paso firme hacia ella, La hermosa joven levantó la vista y saltó a sus brazos con su bella sonrisa iluminando su rostro, El otro sujeto pasó sus manos por su cabello hasta su espalda. La escena terminaba con un beso de enamorados mientras Carle miraba incrédulo desde la distancia con sus rosas deshaciéndose bajo la presión de sus manos. Carle se quedó quieto preguntándose si aquello era una alucinación o si las palabras “te amo” de la joven habían sido la fantasía. Descubrió que ambas cosas eran reales cuando la joven giró en los brazos de su amante y cruzó una mirada con Carle, masculló unas palabras que Carle interpretó como un “lo siento” después la joven volvió a ocuparse de su acompañante, esta vez con un beso más apasionado. Carle se dio la vuelta, tiró el ramo de rosas y salió del parque. Entró a una ferretería, hizo una compra y al salir se dirigió a su apartamento cuya puerta estaba abriendo ahora. Era un lugar pequeño, un departamento con una habitación, un baño y una cocina, perfecto para jóvenes solteros. Dejó la bolsa sobre una mesa y entró en la recamara. Se desnudó. Había comprado una cuerda lo suficientemente larga, mientras hacía el nudo recordó a la joven en los brazos de ese otro sujeto “sólo quería que alguien me amara” pensó Carle “decirme que me amaba y estar con otro es la mejor manera de destruir mi mejor deseo”. Calculó una distancia suficiente respecto al piso, ató la cuerda y subió a una silla. Puso la soga en su cuello. El último pensamiento de Carle antes de que la cuerda le despojara de su vida, fue que esa mañana supo lo que es el amor real. Lo había visto frente a sus propios ojos.
Versos para MichelleNunca hice nada para ti, ni un poema, un verso, una canción. Por favor, perdona mis fallas, pero eres la dueña de mi corazón. Qué difícil es encontrar palabras, palabras que digan lo que siento, sería demasiado simple, pero tú sabes que no miento. ¿Qué puede hacer alguien como yo? nada, ciertamente, nada, pero haría lo que fuera por ti, por ti, mi persona amada. Sí, leíste bien, eres mi amada, eso nada ni nadie lo cambia, y si te lo preguntas, es simple: ¡te amo! Te amo, antes que nada. Ahora me dices que es muy tarde, te ignoré cuando más me querías, sé que no debo decirlo pero… me pregunto si de nuevo lo harías. Ahora eres mi mundo, eres mi todo, aunque no merezco que me quieras, le das a mi vida una razón nueva, la haces interesante de muchas maneras. Y si no quieres perder mi amistad, no te preocupes por nada, sería muy hermoso ver a dos amigos diciéndose que se aman. ¿Verdad que es hermoso? tomarse de la mano, y decir orgulloso amiga mía, “te amo”. Pero la espera larga es cruel, y más saber que una vez me quisiste, y aunque ahora estás con él, no tienes por qué estar triste. No te preocupes por mí, siempre estaré aquí, esperando, esperando por ti, siempre pensando. Buscando la manera de estar junto a ti, Pensando qué hacer y cómo gustarte, haciendo varias cosas,y de alguna manera enamorarte. Y si no lo consigo, no importa, ya no hay nada que hacer, sólo ver que la vida es corta, y que muchas veces lo intenté. Y si por algún modo, esto te apena, tómalo como un regalo, mi regalo que es un poema.Pero si consigo gustarte, estaré más que agradecido, espero que puedas amarme, quererme, como siempre te he querido.
Quiero que seas feliz, que dejes de llorar, que empieces a reír, que puedas amar. Tus lágrimas heladas, me lastiman, me hieren quisiera secarlas, pero ahí permanecen. ¿Cómo hacerte feliz? pregunta sin contestar porque resulta más fácil, hacerte enojar. No quisiera hacerlo, pero no puedo evitarlo, aunque quiero verte feliz, no puedo lograrlo. Dime qué hacer, te prometo hacerlo, para hacerte feliz, iré hasta el infierno. Así es, sin dudarlo, pues eres mi todo, debe de haber una forma, debe haber algún modo Hacerte feliz solamente, por eso es que vivo, siempre estás en mi mente, y te quiero conmigo. Ahora espero lograr algo sé feliz, no temas, porque espero el día, en que no sientas penas.Y si en un momento sonreíste, con el pasar de estas letras, me da gusto, conseguir algo, con este humilde poema.