• José Víctor Ferrada
jose victor ferrada
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  • País: Chile
 
                TRES HERMANAS Y UNA HISTORIA DE FUERZA                                                                                                          PROLOGO La    historia que se narra a continuación tiene que ver con las cosas cotidianas  de  una época   similar en   muchos países. Donde  la poca  educación que se  realizaba era como pan de cada día.  Donde a las mujeres se les criaba para ser dueñas de casa y esposas sumisas, buenas madres y ecónomas de alto nivel, claro sin saber ellas lo que significaba la palabra ecónoma, mucho menos creer ellas que podían serlo. La vida rural contaba  con una mescla  de altos y bajos, no obstante cuando las familias contaban con un pedazo de tierra  y a demás  de eso trabajaban unidas con el afán de poder sustentarse y sin afanes de riquezas, lograban tener un buen pasar, por lo general,  les permitían tener  lo necesario, o trucar con los vecinos,  lo que no se producía. Era la forma de establecer relaciones sociales y de mantener un compañerismo frente a la adversidad. En particular  cuando alguno de ellos estaba pasando por circunstancias difíciles. Como en  algunas ocasiones  a las protagonistas de esta historia les ocurrió.  Es necesario rescatar la buena relación que los huincas o chilenos, podían llevar con los indígenas mapuches que en el sector vivían, la cordialidad   por ambos lados lograba una cooperación y estima mutua sin reparar quien era quien. Los hechos aquí mencionados en su gran mayoría son de naturaleza real vividos por los protagonistas a quienes se les ase un reconocimiento por las batallas ganadas a la vida, y la valentía de enfrentar al día, día  con  arrojo, con entereza y sobre todas las cosas con coraje de saberse únicas, capases y dignas en un mundo que comenzaba a despertar a la modernidad  que  traía  un nuevo  siglo. Donde asaltaba la cuestión “¿cuáles serán los signos de este mundo cambiante?,  y el papel preponderante  que cumplirían las mujeres en este nuevo periodo del tiempo. Frente a todas estas intrigas que se debían enfrentar, y viniendo de un pequeño mundo que conocían, y sin el respaldo  que las cobijó, es lógico entonces que se pregunten “Qué situaciones  podemos enfrentar”, ¿las podremos vencer?, con quien más que nosotras contaremos?.                      LAS  TRES  HERMANAS Y UNA HISTORIA DE FUERZA José Víctor Ferrada Esta historia comienza cuando en un matrimonio de una familia rural y normal, al comienzo del 1900  nace la primera de tres hermanas y la pieza fundamental  del desarrollo de esta historia, historia que no tiene que ver con riquezas, ni tronos en disputas,  ni historias sórdidas de amores retorcidos o conflictos mundiales. Pero sí, con el diario vivir  de tanta gente común, con desgracias, circunstancias y coincidencias de vida, que no nos hacen diferentes sino iguales y  quizás hasta comunes. He  aquí  el desarrollo del vivir de una Chilena y Sureña más, es la historia de:   Hortensia del Carmen Gacitúa Sepúlveda, la mayor de las tres hermanas. Todo comienza así: En una de las guerras que en mi país han convocado a los ciudadanos  para pelear por su patria, le toco enrolarse para ese conflicto  a don José Gacitúa   y quien  es el culpable de la prolongación del  apellido “Gacitúa”.    Dicho sea de paso referente al conflicto en aquella ocasión,  hasta el día  de hoy sigue siendo un conflicto con uno de nuestros vecinos.    Alegan derechos perdidos por una de las partes y ganados por la otra en aquellas batallas.    Lo bueno de esto es que  dicho  señor (don José Gacitúa) regreso de aquel conflicto con otros combatientes de la zona, zona de donde son oriundas las tres mujeres de mi historia y toda mi familia materna, que quiero que conozcan a través de esta narración. Don José Gacitúa que volvió de la guerra como héroe nacional, se dedico a vivir de su pensión y de un pedazo de tierra que adquirió para sembrar y criar ganado menor. Al pasar  el tiempo se quedo viudo, situación que le complicaba por estar asiéndose  mayor y no contar con hijos en la casa.  Al poco avanzar y encontrar a su familia sin novedad quiso retomar su vida junto a su esposa y reposadamente vivir en paz, la vida se encargo de recordarle que no todo puede ser paz y felicidad, primero comenzó con la pérdida de su esposa que falleció de del corazón de manera repentina.  Luego al pensar que las cosas retomaban la calma  y que  la resignación por lo ocurrido y creer que se podía acostumbrar a su soledad,   entonces: Poco tiempo transcurrió entre la  llegada de una aparente   paz y la calamidad. Ocurrió que su yerno, esposo de su hija Carmen la menor de sus hijas,  en un trágico accidente perdió la vida,   este perdió el control de su carreta producto de lo accidentado de la calzada,   y se le  volcó,  tanto el vehículo y los  bueyes  rodaron por el camino del  cerro,  matándolo  aplastado. Sucedió que la yunta de huelles no sufrieron grandes daños producto que al perder el centro de estabilidad se quebró el mástil que une al yugo a la carreta dejando libres a los animales de la carreta, que espantados corrieron y salvaron sus vidas. Fue una noticia que recorrió el sector compadeciendo la situación de la pobre viuda y sus tres huérfanas de padre. Don José pensando sobre lo acontecido tomo cartas en el asunto y opto por resolver de la mejor manera para todos.   Por esta razón ella se vuelve a vivir con  su padre quien le pide que así lo haga para poder ayudarla con la crianza de sus tres hijas   pequeñas, inclusive  la menor  entre 2 y 3 años  de vida solamente, y a su vez, él,  poder contar con la ayuda de ella en la casa,  y de paso ahuyentar la soledad que estaba invadiendo su  hogar   después de enviudar. La verdad es que don José,  pensaba que sería la vida muy difícil para ellas solas en los tiempos que corrían y que, su pensión era suficiente para poder defenderse. Por esta razón y para  asegurarles algo con su ayuda  y preservar el apellido un poco de tiempo más, “el cual  iba a desaparecer en esa generación”,  ya que en su descendencia solo existían mujeres. De hecho las registró a todas, a sus tres nietas con su apellido y pasaron a continuar con  el apellido Gacitúa como sus  hijas. Con el noble  propósito   de poder  protegerlas con su pensión por el tiempo. Al estar registradas como hijas, este hecho les permitiría tener  la opción de reclamar la pensión vitalicia  como  tales.   Lo triste que aquellas buenas intenciones no se pudieron concretizar al llegar el momento, por la típica burocracia nacional, mas ninguna de las tres hermanas puso esperanza en esa pensión pues contaban con sus manos buenas y eso les basto en la vida. Las niñas y su hija llenaron el vacio de don José, vacio que se estaba asentando en su casa y en su vida. El ruido, las risas el encontrarse con alguien en cualquier lugar de la casa, le producía alegrías, el poder escuchar que nuevamente alguien lo llamara papá le producía motivación para seguir adelante a pesar de su edad. Transcurriendo el tiempo de juegos y travesuras toco el tiempo de educarse formalmente entonces las niñas de aquellos años tuvieron que hacer un alto a los juegos para  recibir su educación primaria, para aprender a leer y escribir, que era lo que se necesitaba para la época,   aprender a sacar cuentas. El trabajo del campo  son tareas de todos, pero por lo general lo realizaba  don José y un sobrino  por parte de él al que le ayudaba, con el propósito de alivianar su carga entregándole algunas siembras en media,  pero las tareas de la casa y de la huerta debían   encargarse las mujeres, y ayudar tanto como fuera posible, si eso incluía cortar leña, dar de comer a los chanchos, encerrar la baca, lavar y el sin fin de tares que en una pequeña granja o parcela existen. Las tareas las distribuía doña Carmen (la hija viuda de don José)  por ser la madre de ellas y la encargada de adiestrarlas en las tareas que una buena dueña de casa debe saber para estar bien preparada, para   cuando se casaran pudiesen llevar sus propias casas de la mejor manera. No esta de mas recordar que el lugar donde les toco nacer esta bañado de un verde paradisiaco, donde la vegetación es un manto que cubre las laderas con diferentes tonos de verdes, que los bosques eran frondosos, que las aves del campo cantaban por todas partes, que los arroyos se traslucían dejando contemplar los fondos deformes que te llamaban a conocerles dándose un baño en esas aguas claras y frías. No  obstantes los inviernos eran de un rigor espeluznante que solo los valientes lo podían soportar y los que amaban esa tierra generosa y abundante que les regaloneaba por lo general en primavera y verano con buenas cosechas. Pero no se puede dejar de mencionar los otoños lluviosos pero que cubría los bosques con matices de colores dándole  al paisaje el encanto que embruja al terrateniente y al que llega a conocer tan hermosos parajes con los que mi tierra hermosa ha sido bendecida. Cabe mencionar que las lluvias esporádicas son una constante hacia esta zona y más al sur. Volviendo al tema, doña Carmen comenzaba con la mayor que debía ayudarla en todo, y aprender de todo, por lo tanto Hortensia estaba cerca de ella para ayudarla con todas las responsabilidades, luego venia doña Rebeca que se encargaba de las costuras y el lavado, y la menor que era Ernestina se encargaba de las otras que no eran   pocas, como darle de comer alas aves y en ocasiones a los chanchos y de ayudar en lo se requiriera.                                Estas tareas no estaban exentas de sus obligaciones del colegio, pues cuando el tiempo o mejor dicho el clima lo permitían debían ir. Como el tiempo en la región de la Araucanía es tan lluvioso en ocasiones no se podía ir al colegio por que el rio se subía demasiado y en otras ocasiones salían sin lluvia pero después caía agua como si la estuvieran arrojando. El abuelo tenía que ir a buscarlas con caballos para pasar el estero que se ponía como  rio. Todo esto hiso que las niñas desarrollaran arrojo frente a las diferentes circunstancias y  aprender  a resolver situaciones, en eso el abuelo José era incentivador. Habían ocasiones que Hortensia  tenia que faltar al colegio para socorrer a su madre con los quehaceres,  por que había mucho que hacer, mas de eso ir al pueblo por compras o por tramites, y por ser la mayor debía simplemente hacerlo, estos mandados la iban a preparar para  solucionar cosas  en algún momento sola, por tanto preparaban los caballos y a resolver se a dicho, en ocasiones con su madre otros con su abuelo-papá  y posteriormente sola. Dentro de los quehaceres que debía aprender Hortensia estaba como preparar la masa del pan, como preparar las frutas para conserva, como salar carne para secar, como faenar el ganado menor, como conservar las carnes, como preparar las cecinas, como almacenar las semillas, como prever para no tener escases en los tiempos de invierno y como disfrutar del trabajo para que no se transforme en una carga difícil de llevar. Si bien es cierto la vida era dura también tenia cosas divertidas y agradables, no eran ricas, pero tenían un buen pasar,  con el amparo del abuelo y lo que en la parcela se producía. No se pasaba necesidad, no obstante siempre ocurren situaciones que alteran la paz o la armonía que se había logrado conseguir. Cuando  las cosas estaban marchando bien se presento una lamentable enfermedad a doña Carmen, un cáncer estomacal que la fue acabando rápidamente pero con mucho sufrimiento pues su cáncer le resulto muy doloroso,  debido a esto  quien tubo que tomar las riendas para distribuir las tares y asumir mas responsabilidades fue Hortensia a quien también le toco cuidar de sus hermanas,  de su madre y mas eso de su abuelo que estaba con salud pero envejeciendo. Las opciones de resolverle a su madre el problema de salud eran nulas con la medicina de la época, y con la actual también solo que tiene otro precio.  Solo restaba cuidarla lo mejor que se pudiera, y darle mucho amor. La enfermedad el tubo convaleciente alrededor de tres años, con días buenos, días regulares y días muy malos. Lamentablemente las cosas malas no vienen solas. Con las abultadas responsabilidades que Hortensia tenia y el hecho de tener que madurar tan rápido con solo 17 años y entre tanto ir y venir, se estaba convirtiendo en una hermosa jovencita y conoció a don Víctor Ferrada quien se dice la enamoro y la embarazo de su primera hija. Por su puesto esto no causo gracia en la familia ni se le dio poca importancia, pues doña Carmen quiso casarla inmediatamente, pero Hortensia con sus 17 años se opuso tenazmente, e hizo entender a su madre que en estos momentos de su enfermedad no podía dejar sola a sus hermanas, a su abuelo y menos a ella. En su postura tenas y atrevida para la época su abuelo la respaldo dándole la razón y le permitió que se quedara soltera pues  la criatura también seria como su hijo o hija. Hortensia tenía un carácter fuerte y contestario que respaldaba con su altura y prestancia, no obstante no era ni insolente ni atrevida, mucho menos irrazonable, solo que lo que pensaba lo decía y  dejaba escuchar y valer su opinión, para una época de mujeres anuladas su posición fue adelantada para la época.    En un 28 de Julio de  1928 nació  Baldramina del Carmen Gacitúa Gacitúa quien llego a traer un poco de alegría en este hogar con una pena latente en el aire por la enfermedad de doña Carmen. A los pocos años de nacida la niña Baldramina falleció doña Carmen de su terrible enfermedad, pero el tiempo que pudo compartir con su nieta lo disfruto aliviándole sus dolores. Claro que esto le exigió una demanda mayor de energía y tiempo a Hortensia para poder compartir roles y criar a su hija, el ultimo año de su madre fue muy difícil para ella. Si no hubiese sido por el apoyo de sus hermanas en el cuidado de la niña no hubiese podido seguir con todo. Lamentablemente para la época era difícil poder contar con una asistencia muy competente y oportuna, más si tú vives en los alrededores de la ciudad. Por lo que había que recurrir a los consejos aprendidos de las yerbas y los sistemas que los Mapuches manejaban para medicinarse en el sector de Roble guacho donde vivían.  Cosa que se debe reconocer sirvió de mucho pues eran  sus vecinos y las apoyaban cada vez que   lo requerían. En gran parte se debía al respeto que le tenían al abuelo José y que las conocían de siempre y porque todos tenían claro que si no se socorrían entre ellos nadie lo aria.  En aquel entonces  se celebraba un desfile donde los héroes de aquella guerra desfilaban por las calles de Temuco, y entre ellos estaba el abuelo José, grupo que con los años fue disminuyendo cada vez más  llegando al punto que el abuelo y un par de viejos más componían aquel grupo de héroes. Esto las enorgullecía, todo el mundo los reconocía y aplaudía,  claro, les permitió contar con el respeto  y el reconocimiento de la ciudad, pero con los años les causaba otra responsabilidad al tener que viajar con el al pueblo  al desfile y el no rejuvenecía, sino que cada ves sus fuerzas se iban apagando, lo que les preocupaba que su papá-abuelo estuviera esforzándose  demasiado.  A pesar que contaba con relativa buena salud,  el abuelo José murió cuando tenía  sobre los cien años. Con el tiempo a la niña Baldramina le correspondió ir al colegio y comenzar a tener responsabilidades en la casa como todas, pero en su medida, y cuando el abuelo lo permitía, pues la niña eran sus ojos. Como ya todas no podían continuar con el privilegio del colegio solo enviaban a la menor de las hermanas en la acompañaba de su sobrina, por tanto Ernestina y Baldramina continuaban con  el ir y venir del colegio a  la casa. Por otro lado Rebeca tuvo la posibilidad de emplearse en una casa como costurera y lo logro, aunque eso le significaba tener que quedarse toda la semana lejos de su familia y de su muy querido papá  que era como todas le decían a su abuelo. Con Hortensia a cargo de la casa las cosas funcionaban, no obstante la tranquilidad no dura mucho tiempo Rebeca también resulto embarazada de una aventura  lo que resulto en una preocupación de parte de su hermana mayor, solo pensaba en las cosas que tendría que pasar y lo difícil que se pondrían las cosas con ella embarazada y que como, y que cuando, y por que, lo que dio pie a que ellas comenzaran  a tener roses, pero como    hermana mayor   tenia que poner orden e imponer respeto, recordó que esas mismas preguntas tubo que hacerse su madre cuando ella se embarazó y entonces entendió a su madre y recapacito, sintiéndose abrumada por las cosas que estaban ocurriendo y que lo que estaba asiendo a su hermana no hera justo. Por lo tanto hablo con ella y le ofreció su respaldo en la medida de lo posible. No obstante esto  llevo a Rebeca a comenzar a independizarse  y se propuso   empezar a vivir sola en Temuco con su hija. Rebeca también tenía su carácter aunque no lo parecía  pues su apariencia era de una mujer pequeña, pulcra y dulce.  Compartía el tiempo entre trabajar y ser  madre, no obstante quería a sus hermanas y quería mucho a su papá-abuelo a quien  sentía como  una persona importante para ella, por lo tanto aunque tuviera roses con su hermana Hortensia  no dejaba de visitarlos en el campo, a su vez Hortensia la apoyaba con lo que estaba al  alcance de ella  lo que  se convertía en cuidar a su  linda y querida sobrina Elba  Gacitúa, y prepararle una carga para llevar  de lo que hubiera en los almacenes de la casa, para que no gastara comprando en la ciudad, que finalmente se traducía en huevos, fruta, verduras, aves, legumbres, conservas, mermeladas  y de lo que hubiera en la casa de todas.  Avanzando en el tiempo el tiempo,  el abuelo enfermo, su edad estaba avanzada y  de lo que el  padeciera, no se podía hacer mucho, a eso hay que sumarle que el sobrino del abuelo que les ayudaba en la parcela se había casado e ido del sector, lo que hacia del trabajo imposible de realizar para un par de mujeres y una niña y un bebe. Pues para la fecha ya había nacido la que fue  la segunda y ultima hija, y el tesoro de Hortensia. (Sucedía que la relación amorosa de Hortensia con Víctor  iba y venía  con encuentros y desencuentro, y en esa rutina fue  engendrada  María Elisa, la que logro tener una buena relación de padre  e hija pero  por esta relación ajena y cada vez más distante de sus padres resulto en un distanciamiento de ambos a pesar del cariño que existía, María Elisa tenía  características de alegre y expresiva y un color moreno en la piel como su padre. La hacía muy querible por todo el mundo.)  Por lo tanto se necesitaba tomar medidas radicales y practicas para poder llevar la responsabilidad de un anciano, una hermana menor,  una niña y un bebe. El abuelo ya  no podía montar un caballo para llevarlo al medico y esas actividades  se necesitaban  realizar cada vez con más frecuencia. La decisión fue serrar la casa vender los animales e irse  a rendar al pueblo. Con el dinero  del abuelo podían hacer ese gasto,  tenerlo cerca de un medico, mejor atendido, por otro lado con  lo del abuelo alcanzaba para esos gastos ya que la enfermedad del abuelo era vejes  por su  edad avanzada.  Como en la ciudad los gastos son otros y no hay huerta donde cosechar lo que se necesite, Hortensia tuvo que comenzar a trabajar en labores como coser para otras personas y lavar,  todo a medio tiempo, para no descuidar a su abuelo, hijas y hermana. Mientras Ernestina tomaba la responsabilidad de ayudar con las niñas y el abuelo, claro el abuelo no duro mucho tiempo más, solo un par de años y falleció, esto desbasto a las hermanas pues la sombra que las cubría, el lazo que las unía, el ancla que las asía sentir una sola familia se desvaneció, se les produjo un sentimiento de desamparo y de sentirse solas a pesar de ser las tres mujeres y ya estar forjando sus propios caminos. Pero era su seguridad, su confianza, su papá el que ya no estaría con ellas. Y con él, se fue el ingreso fijo del hogar, eso obligo a tomar a estas mujeres otras medidas.   Ernestina que se encontraba con edad suficiente, se empleo puertas adentro y Baldramina quien ya tenia como catorce años, se empleo en un laboratorio donde le daban también hospedaje. Hortensia con María Elisa su pequeña, tenia que tomar decisiones y las tomo, vendió lo que quedaba, que eran la parcela los muebles y redujo todo, tomo a su hija pequeña y las emprendió a una nueva posibilidad. Les comunico a sus hermanas que se mudaría de la ciudad y que como no hay quien se preocupe del campo lo vendería  a su primo que en su tiempo lo trabajo con su abuelo, no esta demás decir que lo que le pidió a su primo por la propiedad fue solo lo que el pudo pagar y que no fue mucho solo una poquedad pero había que hacerlo, cada una de las tres tenia que buscar su vida y Rebeca estaba viviendo independiente y criando a su hija con relativo éxito y tranquilidad.                          Ernestina estaba trabajando bien y Baldramina también estaba bien puesta en su trabajo por lo tanto faltaba ella que concretizara  y lo izo. Se fue de Temuco dejando a su hermana y a su hija empleadas, con el compromiso de una vez establecida mandar a buscarlas.  Cual fue ese nuevo destino, hacia el norte, la hermosa y creciente ciudad de Talca.  Mientras tanto Rebeca seguía dando la batalla y criaba a su hija trabajando duro para educar y darle lo que a su alcance estaba con las dificultades propias de una mujer sola.  Ahora se agregaba el encargo de su hermana de vigilar y socorrer a las muchachas que quedaban atrás. Elba (hija de Rebeca) creció y se educo y se  enamoro, se caso y tuvieron tres hijos una mujer y dos barones, cuando sus hijos aun eran muy pequeños   le sobrevino una enfermedad que  le arrebato la vida, los muchachos estaban chicos y desorientados, el padre quien se vio superado por la situación los entrego a su abuela Rebeca quien se levanto erguida de su dolor y puso el rostro y el pecho y comenzó a tirar para adelante para sacar a sus muchachos, como el abuelo les enseño que se podía hacer. Nunca se amilano, ni le tubo temor al esfuerzo, a pesar de su menuda figura y su rostro despejado y limpio, su pelo tomado en un moño tomate, bien tirante, saco a sus tres nietos adelante dándoles educación, techo y comida.  No obstante hay patrones en las vidas que se repiten por alguna loca razón, su nieta mayor le producía algunos malos ratos que ella no hubiese querido tener. Pero la verdad es que la estupidez esta atada al corazón del muchacho sin contemplar época del tiempo, siempre  se comete estupideces en la juventud. Se caso  y se fue a vivir a Santiago con su marido quien al poco andar la premio  con una  vida miserable  y golpes a granel, el ocultar su historia no la hizo recuperar tiempo, solo perder su juventud entre golpes, pobreza, e hijos que criar. Todo esto  no le permitía visitar a su abuela-madre y mantuvo una relación distante y dolida por ambas partes. La verdad es que todo mal paso que se da en la vida siempre nos hace tropezar y a beses si no estamos atentos, caer de manera muy fea, lo que al final no importa si tienes la voluntad de levantarte, pero cuando pasas gran parte de tu vida cerca del suelo te terminas por acostumbrar y te convences de que es un buen lugar para estar. Como si el próximo golpe te dolerá menos al llegar al suelo. A veces   el error   se perpetúa no por el agresor sino por el agredido y pasa que a quienes tienes que proteger termina protegiéndote  de ti misma, que son tus hijos, para que no te sigas lastimando por un maldito enfermo agresor. Los hijos son finalmente la bendición que las libra del sistema enfermizo del mal trato. Esto fue lo que finalmente ocurrió en la vida de la nieta de doña Rebeca. Lamentablemente para doña Rebeca el tiempo también  transcurrió, pero mientras estuvo con vida y salud no dejo un día de trabajar y funcionar de distintas maneras. Cuando se jubilo ayudaba a sus nietos-hijos a criar a sus  bisnietos que fueron en la práctica sus nietos pues los pudo disfrutar como tal sin tener la responsabilidad de una madre y padre. La vida se le termino alrededor de los noventa y tantos años pues sus  registro no eran muy exactos, (el de las tres Hermanas) como el común de la gente de la época, y ella como buena dama también se reservaba su edad. Podemos decir que su final fue recompensado en la satisfacción de lograr haber criado a sus hijos-nietos para bien, y que supieron recompensar su trabajo cuidando de ella con amor y cobijo asta que espiro. Día en que su hija-nieta vino a su funeral.  De las tres hermanas fue la segunda en morir, mismo lugar que ocupo al nacer.                                                                                                                                             CAPITULO 02   Cuando  Hortensia decide trasladarse a Talca con su pequeña hija que a la fecha ya contaba con unos  ocho ó nueve años, nadie le dijo que era una buena o mala decisión, pues se caracterizaba por ser corta de genio y de ser directa, se daba a respetar,  y como las circunstancias le exigieron tomar el toro siempre por las astas simplemente lo asía sin bacilar. Tenía una estructura física gruesa sin ser gorda, medía aproximadamente 1,70 metro y tenia una mano pesada y severa.  Cuando se quedaron solas con su hermana menor Ernestina, luego de la muerte del abuelo en Temuco,  tuvo que echarle mano a un don, ella tenia la gracia que tocaba la guitarra y cantaba por lo que esa virtud la llevó en ocasiones a salir a fiestas como matrimonios y otras celebraciones a trabajar, lo que en ocasionalmente le significa 2 ó 3 días lejos de casa. Nunca fue una mujer temerosa de la rasa humana, sabía que el que daba el primer golpe daba dos y que si estaba bien plantada en el suelo podía recibir golpes sin que la botaran necesariamente, su filosofía de vida era vivir atento y   sin tener que pasar a llevar a nadie pero tampoco ser llevada por nadie a pasar, porque entonces si alguien lo intentaba ella sacaba pecho y se paraba firme en sus dos gruesas piernas y preguntaba ¿Cómo es la cosa? Mirando fijamente a los ojos. No era una persona que permitiera situaciones  chuecas o que dilatara los problemas. No le sacaba el cuerpo al bulto, si había de dar disculpas las daba si había que enfrentar situaciones lo asía, pero eso no le restaba optimismo en su vida ni le quitaba la alegría para cantar una tonada picara o una canción alegre. Transcurriendo el tiempo Hortensia se instalo con su hija en un barrio conocido y de vida apacible en la ciudad de Talca, el popular barrio seminario, nombre que se debía al funcionamiento de un seminario de novicios para el sacerdocio. En ese lugar llego a rendar con su hija, en una casona donde se arrendaban amplias piezas que circundaban un patio y que se comunicaban con un corredor por tres caras de la propiedad como una C  cuadrada, tenia un patio cubierto de piedras pegadas una al lado de otra tal como se colocan los adoquines en las calles. Ya estando instaladas había que traerse a Baldramina que se quedo en Temuco junto con su hermana menor, en sus respectivos trabajos. Consiguió un par de trabajos en Talca, se holgó un poco y retorno para traerse a su primogénita, cosa que no estuvo libre de dificultades. Una cosa que Baldramina heredo de su madre fue el carácter tozudo, ya estando trabajando y  habiendo superado  el sentimiento de abandono y disfrutando de la sensación de sentirse adulta e independiente, el tener que volver con su madre a depender de ella nuevamente fue difícil, y provoco en ellas un distanciamiento al no entender  la posición, de la una la otra. Por un lado la madre de carácter fuerte que no pretende dejar a su hija tan joven a su libre albedrio y por el otro lado la de una hija que no comprende las formas de protección de su madre, queriéndolas tener cerca para poder cuidar de ellas. Pero  su madre fue por ellas, y no iba aceptar un no de su hija, aunque solo  regreso  con su hija ya que Ernestina estaba más adulta y bastante bien en su trabajo. Por tanto Baldramina regreso con su madre a Talca. Esto finalmente conllevo  a una rebeldía de parte de  la incipiente  adulta joven, que decidió  hacer algo para recuperar su independencia.   En Talca estando establecida, conoció una muchacha que la invito a  ir  en busca de nuevas posibilidades de trabajo a Santiago, no lo pensó demasiado y a escondidas de su madre emprendió el vuelo, provocando un disgusto y tristeza en Hortensia que la hizo ponerse en una situación de duro corazón, que muy a su pesar repercutió en su hija menor con mas restricciones. A pesar de la ida repentina y fugas del hogar materno ambas hermanas María Elisa y Baldramina siguieron manteniendo contacto por carta,  de esa manera la madre sabia de la hija y la hija sabia de la madre. El hecho de saber de ella que estaba trabajando y que su vida continuaba relativamente bien, logro que Hortensia ablandara el corazón como para pedirle que la viniera  a visitar a Talca. Esto acerco ambas posiciones logrando comunicarse  medianamente bien. Como “entre Gitanas no podían verse la suerte”  y las dos tenían fuerte carácter, el sentimiento de mal estar solo estaba retenido pero no gobernado, aun existían heridas que el amor no podía cubrir en ambas mujeres testarudas, mas en Baldramina que en su madre. Pero ahí estaba su hermana menor para mantener  a las dos en paz, claro no siempre era posible. Por lo que las visitas no siempre terminaron en paz y quietud, quedando en cada visita de su hermana una  pregunta en el aire de parte de María Elisa: ¿volverá  otra vez a visitarnos? Se produjeron las visitas  solo unas cuantas  veces y luego solo se limito ayudar a su hermana enviándoles algún regalo, pues dinero su madre no aceptaba y como a pesar de los choques de carácter que ambas tenían, Baldramina quería de alguna manera demostrarle su cariño, entonces decidió darle un  regalo, que  para la época  fue una gran cosa,  no cualquiera tenia a su haber una maquina de coser de pie, esto le serbia mucho a Hortensia porque  una de sus ocupaciones,  era costurera, ella  trabajaba en una fabrica de ropa  de la ciudad y  podía traer labor para la casa que le significaba un dinero extra. Por lo tanto Baldramina solo se la envió ya que si le pregunta si le aceptaba un regalo así, lo más probable que su madre le hubiera dicho es; “no se preocupe hija, pues de laguna manera me las arreglare, preocúpese de usted nada mas”. Claro que cuando estas lejos de los tuyos las cosas no siempre son de color de rosas, las dificultades siempre asechan y atacan al que mas solo esta en la vida, y Baldramina era una de ellas, el ser empleada puertas adentro de aquella época era ser esclava blanca, no tenias horarios ni tareas definidas  solo tenias trabajos, si bien es cierto cuando la necesidad de trabajar apremia para mantener tus ideales te sacrificas a pesar de lo difícil que resulte, o duro que sea el esfuerzo. Esfuerzo que llevó a Baldramina a tirar para adelante sin mirar las cosas que se estaban perdiendo, entre ellas juventud y la relación con el resto de su familia. Pero hay que aplaudir a esta mujer empeñosa pues dedico toda su vida  a cuidar de familias ajenas lo triste es que  no de una propia, aunque lo intento pues tuvo un hijo siendo soltera y sin que su madre supiera, pero este secreto que oculto le causo un inmenso dolor, su hijo falleció en sus brazos mientras lo trasladaba en un microbús, a un centro asistencial  y en completa soledad, como se puede superar eso, no lo se, pero en la época y con el material que estaba echa ella, lo logro evadiendo, levanto la cabeza y continuo para adelante, claro que como su madre y hermana no sabían nada de su embarazo y menos de la muerte de Juan Carlos, como bautizo a su hijo fallecido de tres meses. Decidió mantenerlo en secreto, pero su conciencia no le permitía mirar a su madre a la cara pues logro entender muchas de las posiciones y decisiones de su madre que parecía intransigente  y que solo   quería asegurarse que estuvieran bien. El no poder enfrentar a su madre la obligo a dejar de verlas y se alejo de tal manera que no quiso venir ni al funeral  de su hermana  y  tampoco al de su propia  madre. La vida siguió para Baldramina, y en su tozudez y tenacidad por lograr salir adelante como lo  había escogido,  fue parte de las primeras directivas de empleadas domestica, que por aquel entonces las agrupaba la iglesia Católica, esto le permitió participar en una cooperativa para obtener su casa propia. Y así fue, lo logro pero todo esto en silencio y en completa soledad familiar. A pesar de eso comento en alguna ocasión que su deseo de tener casa era para darle a su madre algo propia, cosa que nunca concreto ya que su madre  murió antes. Sin embargo le sirvió a ella para tener donde depositar su humanidad en los días de su calamitosa vejes. No se exagera cuando se dice calamitosa y sola vejes. Una vez que se jubiló contaba con su casa donde retirarse, no obstante una de las cosas que más le complicaban era la ceguera que comenzó afectarla paulatinamente, donde tuvo la oportunidad de operarse pero se negó al punto de no dejar ni siquiera que la  examinaran. Esa situación la izo medio dependiente de las vecinas y amigas de ella, que se compadecían de su situación y la socorrían lo mas que podían. Aunque eso significara tenerle mucha paciencia y cariño para soportar su carácter y forma de ser. Contaban sus amigas y compañeras del circulo de empleadas domesticas, que para visitarla había que armarse de estomago pues con su ceguera se limito su higiene y también comenzó a presentarse una incipiente sintomatología de Alsaimer lo que lograría que su confianza para con los demás se perdiera, pues cada ves que se retiraban las registraba para que no se llevaran nada de ella, eso incluía la ropa con la que andaban. Esta situación llevó a que se alejaran de ella y que la lastima no fuera tan grande como el mal rato que tenían que pasar, no obstante siempre había un par de amigas que la seguían apoyando a pesar de todo. Como ella se avía alejado de su familia  existían sobrinos que no la conocían pues nunca la habían visto, no así  los más grandes que sí la recordaban vagamente pero que no le tenían cariño pues no entendían su rechazo y rabia en contra de su madre y su hermana y menos en contra de ellos, que no tenían nada que ver en esa situación. Uno de los ocho sobrinos que tenía, de los ocho, el séptimo de ellos, quiso buscarla y saber de ella y   atreves de ella   de su propia madre. Cuando este sobrino se caso le comento esta situación a su esposa quien guardo la información en su inconsciente y al pasar los primeros ocho años de matrimonio    un día determinado le presento un certificado de nacimiento que decía que estaba viva y que aun vivía en Santiago. Esto alegro mucho a este sobrino que vio la posibilidad de reencontrarse con la historia de su familia  se propuso ir a verla. Un día  cualquiera con la dirección en la mano  emprendió el viaje a Santiago y  la encontró. Cuando llamo a la puerta y ella apareció,   no quedaba duda que a quien el buscaba estaba acercándose a él. Era la figura de la tía Rebeca, una figura menuda y un moño tomate apretado en la cabeza. Producto de su desconfianza y su ceguera actuó muy prudentemente queriendo evitar que se notara su  dificultad, la cual era muy obvia. Después de conversar y darse a conocer que su sobrino era quien decía ser, les presento a sus amigas y vecinas. Lamentablemente la alegría de encontrarla se transformo muy pronto en  una pena y preocupación  por el estado en el que se encontraba, por lo que se propuso todos los meses volver a visitarla y pasar el día con ella, asiéndole de comer y limpiando la casita, mientras ella le contaba de las historias de su vida y como su abuelo-papá la quería y como la regaloneaba, pero poco hablaba de su madre y de su hermana. Transcurrido un año aproximadamente este sobrino decidió llevársela a vivir con ella a Talca, al principio no muy convencida, pero sus amigas que también estaban envejecidas y con sus propias dificultades terminaron convenciéndola de que era lo mejor para ella, y en Talca estaría  bien cuidada, limpia y atendida y bien comida, no obstante al final de sus últimos años la demencia senil hizo presa de ella. Baldramina tenía cosas muy simpáticas dentro de ellas recordaba con mucha nitidez a los tíos  de ella y sus familias, hechos de su niñez, poesías que en el colegio aprendió, cantaba y disfrutaba de su vida dentro de sus limitadas capacidades.  Nunca dejo de recordar a una de sus patronas y a los hijos de esta, los sentía muy cercanos por el tiempo que con ellos compartió, y porque es necesario reconocer que dicha patrona tuvo una actitud muy altruista con ella, aun después de estar viviendo con su sobrino, siempre la visito y estuvo pendiente de su estado, demás está decir que celebro el hecho que su sobrino la acogiera y poder comprobar con sus ojos su bien estar. Hubo periodos en las que su sobrino era el abuelo y ella lo trataba como tal, u otras veces en donde su mente creía que era su papá, su primo, y otras que pensaba que era un arrendatario de su casa de Santiago. Ella tenía cambios de estados de ánimos extremos, días en los que amanecía muy contenta y cantaba y conversaba todo el día y otros en los que solo se sentaba y parecía que pensaba y pensaba. Hubo días en los que me reconocía como su sobrino y me llamaba por mi nombre pero creyendo que estábamos en Santiago y me entregaba todo lo que tenia, y me mostraba la casa como si viera aunque no veía nada. Una pregunta me realizaba siempre dos, tres, diez veces, ella me decía: ¿oye mi mamá me vino a ver, porque quedo de venir?    Yo le decía: Mina tu mama murió hace mucho tiempo. Y ella me respondía, y como yo no supe, nadie me dijo. Y este era un dialogo de todos los días, mientras podía recordar hablar.  Finalmente la enfermedad es muy cruel y a quienes la padecen los transforma en seres muy difíciles de tolerar por las acciones que dentro de su inconsciencia llegan a realizar, Como por ejemplo el estar recién bañados y a serse de nuevo, el comerse su propio excremento, el guardar su excremento, el olvidar comer, tragar, el enajenarse tanto de la conciencia que no saben nada y no sienten nada, hasta que la vida se les escapa de su ser sin siquiera notarlo, aunque para ese momento ellos hace rato que no tienen vida digna de vivir y que su mejor estar es dormirse en la muerte cosa que ocurrió   a los ochenta años, ciega y perturbada pero limpia y en su cama, con los suyos y en paz. Y no tirada en un hogar de abandono para que otras manos frías las laven, y otras manos ajenas las alimente. Tiempo  antes de morir cuando aun podía conversar  y mantener cierta coherencia en un dialogo por un tiempo, pudo reencontrarse con su tía Ernestina que Para aquel momento era la única viva de las tres hermanas. Aunque sin mucha conciencia de ello.                                                                                                                                  CAPITULO 03 Ernestina después de quedarse trabajando en Temuco conoció a un hombre con el que se relaciono para toda su vida, pero no sin dificultades. Cuando Hortensia se entero de su relación se opuso tenazmente a ella al punto que su hermana lo dejo,   y  la hizo venirse a Talca  donde su enamorado la siguió.  Luego de aquí se fue a trabajar a Santiago con una familia de la zona que le ofreció irse con ellos, obviamente parecía la solución al problema que se presentaba. La razón por la que Hortensia se opuso a su relación fue que se entero que el galán en cuestión   tenía antecedentes y había purgado una condena en prisión. Lo cierto que esto no fue suficiente para impedir la relación, pues él insistió y fue a buscarla a Santiago donde se volvieron a relacionar  para producirse un embarazo de mellizas, las que también y lamentablemente  perdió al rodar por las escaleras de su trabajo cuando tenía  alrededor de cinco meses de gestación. Por su puesto esto no causaba mucha gracia a doña Hortensia la que se entero y le hiso regresar, venirse a Talca. Ya establecida en Talca Ernestina trabajaba puertas adentro y estaba cerca de su hermana que a pesar de ser adulta, seguía cuidando de ella aunque era una mujer pero seguía siendo su hermana menor  y tener ella misma sus propias responsabilidades con sus dos hijas. Muy al pesar de Hortensia la relación se volvió a establecer en Talca y comenzaron a vivir juntos, de esta relación nació un hijo al que Hortensia quería y protegía en la medida de lo posible. Como el enamorado y para esa instancia conviviente de Ernestina tenía el vicio de la época, el trago, también se las tubo que ver  muy triste, él, trabajaba y se tomaba el dinero, muchas veces no alcanzaba para pagar el arriendo, para comer o para las necesidades básicas de cada familia y eso no era lo que doña Hortensia quería para su hermana. Fue así   que surgió la posibilidad de que Ernestina pudiese tomar el riesgo de   irse a trabajar a una casa patronal cerca de la ciudad y alejarse un poco de la relación toxica que se había formado y de esta manera ponerle un poco de distancia  o tregua a los problemas, pues tenía que reconocer que durante su vida al lado de su abuelo y luego a cargo de su hermana no vio malos ejemplos.  Ella  siempre estuvo procurando    durante su vida que no le faltara nada como lo hiso su abuelo y su madre y como  Hortensia  tuvo que hacerlo cuando llego el momento, por tanto no podía tolerar ese amor tan irracional, pero se lo aceptó que ella quisiera de esa manera, no obstante jamás tolero al culpable de la desgracia de su hermana menor. Para que no le quedara duda que el no era de su agrado lo enfrento en un día cualquiera y se las canto al pan, pan y al vino, vino  y le dejo muy claro que ella seguía cuidando de su hermana.   Le quedo tan claro que si veía a doña Hortensia caminar por la misma  acera, él prefería cruzar y agachar la cabeza pues no quería tener que enfrentarla una vez más,  sabía que era de respetar. Ernestina sabia que podía  acudir a su hermana que no la desamparaba a ella ni a su hijo, aunque fuera para asegurarles el plato de comida cuando les faltara. Pero a su pareja no lo permitía ni en pintura, tampoco se le podía acercar a Hortensia ni a su casa, por que valla que le tenía respeto. No le permitió ni siquiera entrar al funeral de su hija María Elisa. Lo cierto es que Ernestina tenia claro que su hermana tenia razón en muchas de las cosas que le decía, y por eso respetaba su opinión. Cuando la tragedia sobrevino para Hortensia la que estuvo cerca de los nietos  huérfanos fue Ernestina, apoyando, socorriendo y vigilando de una prudente distancia. De sus carencias  compartió con  sus sobrinos-nietos que no tenían mas que esperanzas, fue un apoyo muy importante para ellos y una mano de que agarrarse frente a la duda. Parece que Hortensia había hecho cosas muy positiva con ella y ese sentimiento de gratitud lo aplico con los huérfanos. Cabe destacar que su pareja con el tiempo y la vigilancia de Hortensia enmendó el camino, se trato su alcoholismo y sin ese problema encima las cosas fueron de mucha mejor manera y mucho más provechosas para los tres que componía la familia de Ernestina. También hay que destacar el apoyo que brindo a su mujer para apoyar a los muchachos, que estaban necesitando de una mano frente al mundo incierto que se les venía encima. Al andar por la vida y siendo adultos finalmente se casaron y formalizaron su unión como era debido. El termino su vida producto de un cáncer prostático después de ver a su único hijo casado y con  su familia establecido.  El final para Ernestina   llego a los ochenta y cuatro años de edad con un Alzheimer que al final de sus días la apreso. Pero cerca de sus nietos e hijo.  Fue la ultima en morir de las tres.  Lugar que le correspondía por ser la menor, aunque la muerte no le importa el lugar que ocupas o los años que tienes, solo requiere que estés vivo.                                                                                                                             CAPITULO 04   Volviendo a  Hortensia cuando se produjo este distanciamiento entre madre e hija. Hortensia no siguió insistiendo más sobre el asunto,  si quiere cuidarse sola tiene edad para hacerlo.  Siguió con su vida adelante junto a su hija menor. Pero al parecer la vida no le daba tregua, solo algunos respiros.  Al continuar con su vida y creyendo que su vida iba bien y en paz, su hija menor María Elisa se enamora de un hombre mayor, no un vejestorio pero un hombre con mas edad que su hija. El tenía veintidós años y ella catorce,  frente a ese dilema y viendo que su hija solo quería casarse, ella con el dolor de su alma consintió. Se casaron tuvieron ocho hijos vivos, tres mujeres y cinco barones, hijos que les llenaron la vida y los espacio, todos los niños solo se llevaban por dos años de diferencia  y como la lógica lo indicaba los mayores deben ayudar con los menores, solo que coincidente mente el mayor toco que fuera  mujer que por el echo de serlo tubo que cooperar mas que el resto con el cuidado y la crianza de los menores, si bien es cierto su madre la recompensaba con cariño y agradecimiento por el esfuerzo que  ella colocaba para con  sus hermanos  y algunas garantías de hija mayor dentro de sus limitados recursos.  Los veranos eran de jolgorio generalizados pues el padre se trasladaba para una ciudad de la costa muy visitada por la época donde el se desempeñaba como garzón en restoranes y hoteles (vale decir que este oficio resultaba muy rentable y conveniente en aquel entonces), las  divisas permitían que se trasladara con toda su familia veranos enteros y que mas aun recibiera visitas de la familia toda las semanas, entre ellas las abuelas de ambos lados, primos y en ocasiones amistades, para María Elisa todo era fiesta y alegría pues ella tenia un carácter muy alegre  y las cosas todavía estaban en un quererse y criar, por otro lado su esposo Maximiliano Sergio tenia un carácter querendón con sus hijos y de no complicarse la vida. Al transcurrir el tiempo las cosas comenzaron a cambiar, el tipo bonachón comenzó a notar que su joven esposa era notada por todo el mundo en su manera alegre de sobrellevar la vida a pesar de tener tantas responsabilidades al criar a tantos niños, dicho sea de paso que para la época no era extraño tener familias numerosa. Sucedió que don Sergio como se le decía en su casa paterna callo en el mal de la época, el trago, y el  y las bromas de amigos imbéciles con su esposa fermentaban un caldo de odiosidad  causaba como resultado de esta combinación en agresividad,  rabia, celos y finalmente en golpes  contra  su mujer que tenia que adivinar las razones de sus borracheras agresivas, esto fue escalando cada ves mas al grado que los niños comenzaron a notar  la situación y a tomar parte a favor de su madre para poder librarla de las golpizas de su borracho e  irrazonable padre tanto fue así que en una ocasión una de las niñas tomo el palo de la tranca de la puerta y lo golpeo de manera que le rompió la cabeza, claro la situación estaba escalando cada ves mas en dificultades mayores y mas frecuentes. A una de las niñas la mayor le toco tener que ver relaciones forzadas de parte del padre a su madre, situación que les causo daño emocional por ser niñas que no entendían la razón de lo que ocurría. En los niños inteligentes y dispuestos a remediar en alguna medida lo que ocurría crearon un plan junto con su madre para las situaciones de emergencia que por lo general eran los fines de semana.   El plan consistía en que los cuatro mas grandes ayudaban a su madre a esquivar los golpes pero el quinto  de los niños tomaba a los dos mas chicos y se los llevaba a una zona mas segura que a veces resultaba ser debajo de un camión que se estacionaba en frente de la casa, o al oscuro patio trasero, cuando lograban que la madre zafara todos corrían al refugio donde fuera este, asta que lograba dormirse y poder entrar a la casa para retomar el sueño. Cuando el día comenzaba el se levantaba como si nada y se iba al trabajo, siempre con arrepentimiento que el trago que no se que me pasa y todas las disculpas del caso que de nada servían y solo llenaban un baso a punto de rebosar.   Entre    borracheras, golpes, abusos, y  escapadas ¿quién tenía que estar en el medio por su hija y por sus nietos? Hortensia, a la cual don Sergio su yerno le tenía mucho respeto,  que después de conocerla enojada, le hablaba de lejos para poder arrancar de la mano de su suegra. Claro no todo era malo pues el hombre sin  alcohol en el cuerpo se portaba como un esposo responsable,  un amante esposo y un buen padre. Solo que borracho lo atacaban los celos que lo enloquecían. Al parecer la diferencia de edad asía escollos en su seguridad.    Por lo tanto el próximo paso era comunicárselo a su madre, y su madre dejo instrucciones que la próxima ves que esto ocurriera le avisaran inmediatamente a ella, no obstante la niña que le dio el trancazo por la cabeza se fue a vivir con su abuela por seguridad.    En muchas ocasiones Hortensia se los llevaba a su casa y cuando su yerno recuperaba la cordura llegaba arrastrándose donde su mujer para pedir perdón y suplicar a Hortensia que les permitiera regresaran con él. Más de una vez María Elisa guardo silencio para evitar que las cosas llegarán a donde  su madre y optaba por   arrancar  mientras se le pasaba la borrachera, pues también con su madre no era fácil ya que quien no quiso esperar más tiempo fue ella, y las consecuencias estaban a la vista.  No obstante sabía que ella, su madre, estaba ahí para lo que fuera, y que siempre podía contar con ella. Siguió la vida para María Elisa con sus altos y bajos, con ocho niños acuesta que no se llevaban por mas de dos años de diferencia.  Pero dentro de todo feliz a su manera. El séptimo de los niños que pario, tenía como característica ser un poco mas claro de piel que el resto de los niños, “genes Ferrada” los que eran de piel mas clara y de hecho Hortensia era de piel muy clara, pero tanto Sergio como María Elisa tenían una piel más bien morena. Ocurrió que por tener piel más clara y cabello rubio, en Sergio se acentuaron  los celos y opto por volver al lado de su madre la que favorecía su postura, al permitirle su actitud, por tanto pasaba un tiempo con su madre y otro con María Elisa. Lo que en alguna medida resulto provechoso para la familia pues cada vez que venía borracho y haciendo escándalo no se le abriría la puerta. Al entender la nueva forma de operar de la familia creó una nueva forma de fregar la paciencia.  Estando borracho pasaba por las tardes,  para molestar a María Elisa, pasaba por la casa y se robaba a los dos mas chicos, los echaba en un triciclo de reparto y se los llevaba para dejarlos en  casa de su madre (Carmen abuela paterna) donde llegaba a dormir la borrachera.  Tenemos que dar gracias a Dios,  que en aquel entonces el tráfico era incipiente y se podía conducir borracho un triciclo, sin estovar el tráfico o provocar un accidente que les costara la vida a los niños y al padre. Al saber cual era el procedimiento se esperaba un poco y Mará Elisa se acercaba con uno de los niños mayores hasta la casa de su suegra y enviaba al muchacho a buscara los pequeños. Ella no llegaba  hasta la casa por si él estuviera despierto, aparte de eso de eso para su suegra ella no era santo de devoción. Esta situación ocurrió algunas veces pero como las cosas parecían no mejorar mucho con Sergio, Hortensia opto por llevarlos a vivir con ella  y así ayudarle a su hija con los niños, al poco andar de esta situación María Elisa enfermo repentinamente, fue llevada al centro asistencial en donde fue internada y de donde entro caminando y salió después de un par de días dentro de un cajón. Este golpe sobre el rostro de Hortensia no la derroto pero le causo una pena tan grande que fue el detonante de su fatal enfermedad,  pues saco fuerzas de flaqueza y con todo su dolor dijo: “hay ocho niños que dependen de mí” eso le hizo tomar nuevos bríos y ponerle el pecho a la vida, pues savia que con su yerno que estaba alcohólico no podía contar. Total ya había tenido que enfrentar una situación similar y salió airosa de ella, porque no,  ahora eran sus nietos, más fuerza le abría de poner, solo que no considero que no tenía 19 o 20 años y que las ganas podían ser muchas pero las fuerzas ya no eran las mismas. Para la familia que había aumentado tenia que ubicar un hogar más grande y arrendo una casa para todos, organizo la familia para que los más grandes cooperaran con todos los quehaceres y ella trabajaba para proveer. Parte fundamental fue la mayor de los hermanos quien tuvo que ocupar el lugar de su madre con sus hermanos menores de tres, de cinco,  de siete, de nueve, de once, de trece, de quince, y tan solo con diecisiete  años que tenia ella, la mayor,  y que comenzaba con una posta pesada.  Esto  significaba acogerlos, consolarlos, y preocuparse de ellos en todos los aspectos más de piel. Cosa que venia haciendo desde siempre por ser la primera. Por tanto para los menores la falta de su madre no se noto en demasía pues la que sentían como madre siempre estuvo con ellos. Entre tanto Hortensia daba las ordenes y las reglas, no esta demás decir que lo que ella decía, es lo que se hacia sin discusión, y que cuando alguno no obedecía las ordenes, ella se encargaba de recordarles con una correa que manejaba para los desobedientes a la cual le llamaba “san Martin”. La manejaba colgada a la vista para que todos recordaran para que es. Ni pensar tomársela o mucho menos escondérsela. Si bien es cierta su forma  estricta y talvez de apariencia  seria, no la convertía en una persona  injusta o mezquina, pues todo giraba en torno a su familia, y le gustaba que todos estuvieran bien, a todos les compraba tenidas completas para todas las fiestas, de pie a cabeza ropa nueva y en su mesa la comida no faltaba. Solo que su apariencia externa parecía  seria, y como no, la vida no pasaba por ella  contando  chistes,  pero una sonrisa suya iluminaba su rostro.  Como nunca fue de quedarse quieta y esperar que las cosas ocurrieran pensó en proveer una casa propia, pero como lo lograría, siendo que los tiempos que corrían eran un tanto difícil, pero vio una oportunidad y maduro la idea para llevarla a cabo. Hortensia  tenia fama de ser una persona correcta y  seria que decía lo que pensaba cara a cara, lo que la llevo a participar en agrupaciones y directivas sociales, uno de ellos fue en su trabajo en la fabrica,   pertenecía al sindicato, lo que la llevó a militar en el partido comunista, lo cual para la época fue algo normal ya que quien gobernaba  era Salvador Allende.               Hortensia sabiendo de la gran necesidad de casa propia que existía en la época juntó un grupo de gente que confiaban en ella y que la seguirían en su accionar., les explico su idea, y el lugar que  se necesitaba ya lo tenía visto, y les manifiesto el cómo y el cuándo, busco un terreno y agrupo alrededor de  una  cincuentena de familias y las condujo a una toma de terreno con bandera en mano y cuatro palos parados.  Por su puesto esto no fue fácil para Hortensia pero tenía las convicciones suficientes y la fuerza para lograr aquella proeza, y  resistió, organizo la gente con ella a la cabeza y algunos barones secundándola. Barones con familias que tenían la misma necesidad  y deseo de dar a los suyos  un hogar propio. Con lluvia, con frio, y en carpas aguantaron asta que la autoridad cedió y permitió que se formara y estableciera una población  de emergencia  en ese lugar.  Parece que aquel primer  invierno fue doblemente duro. Las precarias construcciones se inundaron, el viento se encargo de anegar  y de bolar los techos de muchos, fue un invierno que ninguno olvidaría, pero también fue el comienzo de una nueva vida. Todos navegaban en el mismo sueño, y eso era suficiente para alentar sus derroteros. En Talca solían ser los inviernos muy feroeses con vientos huracanados y lluvias torrenciales, acompañadas de truenos y relámpagos, con semanas completas de lluvias donde los caudales de los ríos y canales se elevaban a su máxima capacidad arrebozando sus orillas y dejando inundada las zonas aledañas de ellos.  Para ese entonces Hortensia había comenzado a dar muestras de problemas de salud, por lo que ese primer invierno lo paso hospitalizada y solo estábamos los ocho hermanos en el proyecto  que iba hacer nuestra casa. Claro que ese invierno comenzó mal.  Antes de caer en el hospital, se encargo de que le construyeran una casita de madera pero bien echa de acuerdo a sus recursos, firme aunque con piso de tierra.  No iba hacer definitiva esa ubicación por lo que con eso bastaba.  El viento ese invierno les  elevo el techo, les inundo el piso de  tierra, fue una dura prueba que les toco a los hermanos pasar, sin el apoyo de su abuela que estaba hospitalizada. La preocupación de Hortensia en el hospital la hacía solo querer salir de ahí  para socorrer a sus nietos, pero las consecuencias de su enfermedad eran horribles pues tenia un cáncer estomacal en etapa final, sus dolores la desesperaban, no había morfina suficiente para quitar los terribles dolores, se escuchaban sus quejidos y gritos pidiendo que la ayudaran, no parecía aquella mujer valerosa y de firme estampa que le daba la cara a las dificultades con  garbo  y convicción, pero la medicina de la época aun era precaria y no se podía hacer mas por ella. Por fin su pesar termino al fallecer un maldito día de 1972.                                                        Maldito para los huérfanos pero de descanso para ella.   Lo que, si lo pienso fríamente fue bueno para ella, porque se avecinaban días de peleas que no podría ganar, después del 1973 por ser una militante del partido comunista, dirigente sindical, dirigente vecinal y una mujer aniñada. Hubiese tenido que  enfrentar la envidia y el  chismorreo de    más de algún mojigato que nunca tuvo el valor de decirle lo que le molestaba de ella, pero sí,  hubiese estado dispuesto a desacreditarla frente al nuevo régimen que se implantaba, lo más seguro es que   la  hubieran matado y desaparecido el gobierno militar, solo por tener valor y capacidad de resolver más que muchos hombres de la época. Hoy  serian sus nietos  unos mas de los que buscarían junto a los familiares de  aquellos que no serán encontrados en esta vida. Hortensia fue la primera en morir cuando solo tenía 61 años. Sus hermanas estuvieron con ella en su despedida y rodeada de más gente que jamás hubiese imaginado, que le estaban agradecidos de haberla conocido, de haber compartido con ella y de haber sido salvados de alguna manera,  por su gran entrega y capacidad de altruismo que desplego durante toda su vida.  Su fuerte convicción de que las cosas se pueden lograr aunque cuesten, que la unidad ase la fuerza, y que la opinión de todos debe ser escuchada,  que no por ser mujer las cosas no se pueden realizar bien, sino por el contrario se pueden hacer  mejor, que solo falta decisión y coraje para enfrentar las dificultades y decir  “yo pudo y quiero” Ella no pudo recibir los aplausos que mereció, ni las medallas de reconocimiento de parte de sus nietos, esas medallas de abrasarla por el cuello y besarla y decirle con la madures de los años:” te quiero tanto y te estoy tan agradecido que no quisiera soltarte de mi abraso para que nunca me faltes”. Pero también se nos negó esa oportunidad, ya en este mundo no podre grabar mis besos en  tu  blanca  tez  y suave piel.  Hoy quienes la recuerdan lo hacen con cariño y respeto. Lo que hace falta para la raya de  la suma como resultado  es: “doña  Hortensia Gacitúa una gran mujer”. ¿Qué tiene que ver con migo todas estas historias? Yo,  quien cuento estas cosas soy el séptimo de ocho hermanos vivos, hijos e hijas de la hija  menor de Hortensia, es decir, hijos de María Elisa. Y tengo más cosas que contar porque después de aquel invierno y la muerte de mi abuelita Hortensia la vida se presento para los huérfanos cuesta arriba, pero eso es tema para otra ocasión.                                                             Fin                                                                                                                                        José Víctor Ferrada
COMO NOMBRARTE SENTIMIENTO ¿Cómo se llama ese sentimiento? Que te produce tantas, pero diferentes reacciones. Ese que te hace sentir feliz, al extremo que todo te parece hermoso, Que con todas las cosas estás de acuerdo, Que pareciera que todo es superable, que nada es imposible. Como se llama ese sentimiento que te transforma, En un caballero valiente, en un cómico simpático, En un avezado aventurero, en un impetuoso paladín. Como se llama eso que te hace sentir inagotable, Lleno de energía, lleno de ímpetu, lleno del  buen  deseo, Deseo de ser uno con el otro, y hacerlo para siempre. Como se llama eso que te hace sentir dueño del otro, Y con la obligación   que el otro sea solo tuyo. Para tu mirada exclusiva, tus deseos lascivos  privados. Eso que te hace creer que tienes que privarlo de su vida, Por no soportar la idea de que le pertenezca a alguien más, Por  creer que Dios la, o lo creo solo para ti, Como se llama ese sentimiento que forjo una familia, Y la trunco, porque te volviste a sentir con ese sentimiento, Con otra diferente persona, o quizás otras o talvez con otro igual a ti. Pues igual es sentimiento, como sea y con quien sea…  ¿o  no? Como llamarlo para cantarlo en un poema, Como  identificarlo para no ensuciarlo con los que dicen ser el, Pero por sus actos demuestran no serlo. ¿Cómo se llama ese sentimiento? Que te emociona hasta las lágrimas, Y te lleva a esperar largos tiempos. Que te mantiene la esperanza viva, y el deseo candente. Como se llama lo que te lleva a dejar todo por algo, Y buscar eso que te complementa  y te hace feliz. Aquello que te lleva  a recorrer largas distancias para lograr ese fin, Eso que no te permite razonar en  aquella acción, Que tendrá una reacción en cadena de terceros. ¿Cómo se llama el sentimiento, este que te lleva agitándote por la vida? Que por falta de él, o la abundancia del mismo, no siempre te da alegría, Tampoco te amarga la vida, pero si te la sazona. Quien podrá nombrarlo y decir que ese es su merecido nombre. ¿Podrán todos llamarlo igual? Podrán todos calificarlo con los mismos Parámetros, De acuerdo a sus experiencias propias. Podremos todos identificarlo para llamarlo de tal o cual manera, Entonces    este sentimiento vital en las vidas del hombre se llama… Fin. José Víctor Ferrada 
Ave de humilde y gran vuelo Que va por el mundo viajando.                 Ave que por las noches, Recuerdas tu nido dejado. Con estirpe y sencillez Has callado los murmullos De los que de ti se burlaron. En silencio doloroso, se han quedado.   En la nostalgia del tiempo un clamor te ha llamado, Y te pide que vuelvas andar lo desandado, Mas tu temor y rebeldía de silencio mal obrado Te recuerdan tu pasado de dolores y desencantos.   En tu figura grotesca sin refines ni adornados Se pasea lentamente con un caminar pausado, Pensando si vuelvo  ha Chile con todos mis ataviaros ¿Me curare del espanto o seguiré suspirando?   Y vas y vienes por el mundo cosechando tanto y tanto, Y en tu valle te recuerdan como si las hubieras olvidado. Será que estando grande ya no te pueden dañar, Será  que quieren verte para volverse a mofar.   Quieren hacer suyo lo que sola has lograda, Es que quieren tener de ti  Lo que de las manos se les ha escapado. Quieren pedir disculpas con aplausos y discursados, Quieren palmotearte el hombro, Como si fuera su merito lo alcanzado.   ¡Hay Lucila!, como te digo lo ciento por los ciego y sordos, Que en tu figura  vieron lo que de tu boca no escucharon. Pena y vergüenza ciento por aquellos tiempos ajados, Pero son como el Cristo dijo, Inocentes de sus actos.
                                             TEJEDOR DE PAJA   Sentado con la espalda doblada, se encontraba el tejedor de la paja, Mientras sus piernas sujetaban la hebra que trenzaba, Para darle la extensión  requerida a la obra solicitada. Era un sombrero de dimensiones particulares, Que  su dueño pretendía lucir en  contiendas corraleras. El encargo lo luciría en el campeonato, “solo para  los mejores de su categoría”. La tarea se la encargaron  al mejor tejedor de paja para sombrero de huaso que en la zona había, hombre diestro y talentoso, que presunción no tenia, Que solo se sentaba con su espalda doblada, y tejía, formaba según las dimensiones que el cliente requería. A todos los trabajos el mismo afán colocaba, ya fuera para lucir en la tenida o para sombrear la cara. Siempre calidad y esmero a su labor otorgaba. Siendo un gran artista que sus clientes buscaban, Él solo pensaba: “soy solo un artesano que por su pan trabaja”.  
ARRULLO  NEGRO    Trabaja el negro tejiendo colchas,    Trabaja el negro cociendo cueros,    Trabaja el negro lavando lana,    Trabaja el  cholo junto al estero.      Trabaja el negro, cultiva el suelo    Ordeña la ubre y mira al cielo    Y en su canto, susurra  un duelo,    Trabaja el cholo le canta al viento.      Trabaja el negro, aspira aromas,    Contempla la nada, buscando un eco    Mira sus manos, le duele el pecho,    Trabaja el cholo con sol, con frío, con hielo.      Solloza el negro, que pena tengo,    Si por gracia mis palmas pudieran    Teñir mi cara, teñir mi cuerpo    Ya no seria, mi color, mi desconsuelo.                                                       Fin
No por estar transcurriendo el tiempo, este no deja de estar presente.No solo se avanza en la vida sino también se detiene, y avece te estancas.Las luces del horizonte que te  auguran  algo mejor,  Avece son fantasmas en el sendero del querer olvidar.Superar el pasado es como querer vivir flotando, un imposibleUtopía del hombre que se vive equivocando.Senderos llenos de sueños y frustraciones colgando.Es la vida del humano que se esfuerza enbano por fugarse de su pasado
                Disímil   Te miro y al mirarte veo en tus ojos desprecio. Te miro y en la expresión de tu rostro veo asco. Me alejo de ti y tu expresión es de alivio. Te vuelvo a mirar y tu mirada es despectiva. Son las ropas que traigo o es el acento que tengo, Son los colores que luzco o mi tamaño y mi garbo. Es acaso lo que no sabes de mí, o te asusta lo que traigo.   Debe ser mi aroma, mi color, mi acento y mi estatura. Ha de ser lo que traigo dispuesto a compartirlo. Tiene que ser lo que no sabes de mí, y que es más de lo que se ve. Seguro es temor de no poder discernir lo que arrastro como historia, Creo que es lo que no puedes entender de lo que hemos sido capas de hacer. Sin tener que mal obrar a nadie, mirarte de frente sin acobardarse.   Con este color de piel, con esta estatura, con este aroma, con este acento, Hemos logrado liberarnos de quien nos a invadido para esclavizarnos. Logramos correr a quienes por algún tiempo alcanzaron a robarnos. Le mostramos al invasor que nuestra simplicidad, era paz, era armonía Que el valor, la gallardía, y la tozudez de los bravos, no venia en sus barcos.   Pero entiendo tu expresión de desprecio, de asco y tu juzgamiento Piensas que traigo con migo las pestes que tú dejaste en mis tierras. Crees que replicare la manera de robar y engañar que de ti aprendí Estas seguro que me e venido a vengar del daño que causaste. Cuando traigo para ti aprendizaje del trabajo que de mi tierra no copiaste.   No temas al latino que ha venido a cultivarte, la tierra que aun no puedes gobernarle. Pues tu afán es buscar lo que ya tienes, en otras fronteras y otras pieles Y se te pasa la vida sin disfrutar tus cultivos y tus vienes. Estas dispuesto a prejuzgar al que comparece, por temor, por que la debes. No es la estatura, ni el color, el aroma, o el asentó lo que te ase bueno. Todo lo diferente de mi aquí, lo eres tu allá en mi terruño y no te hace malo solo disímil.                                                     Fin                                                                                 José Víctor Ferrada
Disímil
Autor: José Víctor Ferrada  482 Lecturas
A MIO ESPOSA AMADA     La paciencia que cobija este ser, Tiene que estar colapsada, Es la espera, que me soslaya. Es tu ausencia la que me acaba.  Es el tiempo que aprisa pasa, Cual mensajero con muchas cartas. Es no verte lo que masacra, Es la calma la que no aguanta.  Son minutos los que estado sin ti, Que parecen horas muy largas, Es tu aroma y tu risa feliz, Que no aguanto sin escucharlas.  Tanto es el amor que te tengo, Tanta es la pasión que me ataca. Más, cuando estoy a tu lado, Solo mirarte me calma.  Que hermoso es saberte mía, Que divino tenerte cerca. Que fastuoso saberse amado, Por ti, esposa y mujer inigualada.                  Fin     
COLORIDA CREACIÓN   Algunas son sombreadas Y otras a pleno sol, Vestidas de muchos tonos, Con  los colores del arrebol. No puedo pensar que nadie, Transite sin observar, Que tantos vellos colores Son expresiones para amar.   El sol, solo amanece, Para bañarlas con su albor, Y acaricia suavemente Cual buen alimentador. La Hortensia hermosa y coloreada Expone todo su enorme pompón, En azules, blancos y rosados Como ofreciendo su amor.   Las rosas de muchos colores, Que las usan para amar, Tienden todos sus follajes, Con sus flores, en su contornar. El clavel y la clavelina. En sus tonos puros y bicolores, Adornan las solapillas, Y la labia de los galanes vencedores.     La cala pura y sencilla, Cuan hermosa en su timidez, Escogida por las novias, Por su presumida y alta esbeltez. El azul de los suspiros, El blanco y rosado también, Se adhieren a las murallas, Para expandirse al sol cada vez.   Se avisto a la buganvilla, Sombreando en el atardecer, Con tonos fuertes y suaves, Y  flores en multitudes, por doquier. E mirado al altivo tulipán Solo en su vara extender, Con color y firme tersura Como un Zar donde lo quieran poner.   Amapola, lindísima te han cantado, Gladiolo, para santos te han guardado, Lirio, tu colorido se ha elogiado, Chinas, tu color inadvertido no a pasado. Cuantas de ustedes, hermosa creación Por recordarlas las he olvidado, Son ustedes bella instauración, En un gran amor demostrado.                            Fin 
EVOCADOS VERANOS   Con los calores que este verano trajo, y los olores de este lugar, Se puede pensar que la vida aun nos puede regalar más. No todos los días de éste tercio del año suelen pasar, Hay días que, aunque quiera, jamás olvidar lograre . En esta tierra tan hermosa que nos permite soñar, Soñar con los  tiempos aquellos en que todo era correr.   Cada vez que vuelvo a esta senda de donde nunca debí emigrar,  Me asaltan los recuerdos que me guardan   Esos aromas intensos que suelo identificar, Con imágenes y situaciones, y amigos que ya no están, Que como yo neciamente emigraron, en busca de lo que aquí está.   Fueron veranos de baza alegría, tantas, a rebosar De bosques de tupido follaje, donde aprender y aventurar, De largas caminatas por esteros sin terminar, De donde no importaba la ropa, o lo que íbamos a calzar Gran parte del día era a medio vestir, y descalzados investigar.   Usando como herramienta lo que al  alcance había para tomar Ramas, piedras, follaje, era crear e inventar, Y fuimos grandes guerreros, esclavos y capitán, Peleamos grandes batallas y navegamos en un gran mar, En naves muy poderosas, como la imaginación podía crear. En nuestras travesías por los bosques sin final, Las aves que nos observaban, se escondían a nuestro pasar Éramos muy temerarios, el bosque temblaba con nuestro avanzar Las libélulas se escondían, no querían carga extraña llevar, Y montábamos a pelo a las bestias salvajes... Del corral. Había que dominar ese mundo que cada verano debíamos colonizar.   Nunca pasábamos hambre, en  esas tierras de ensoñar, Siempre a nuestro alcance había frutas que cosechar, Dulces y maduras, y verdes de vez en vez para probar Nada nos faltaba, solo el tiempo para disfrutar. Cuando en el agua estábamos las horas no solían pasar, Lo notábamos en la piel arrugada, al salir a la orilla a retozar.    Como hemos dejado que la adultes nos aleje de la gratuita felicidad Como podemos añorar, lo que  a nuestro alcance siempre esta, La casa de nuestros padres, de nuestros abuelos, nuestros amigos, Los lugares de quimeras, a los que solemos regresar En ocasiones solo en los sueños y otras en la realidad.   Verano, verano te espero con ansiedad, Época del año que me liberas de mi afanosa realidad, No te olvides de recogerme, para volverme a  llevar A esa y única, verdadera y gratuita felicidad.                       Fin                                                  JVF

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