Viendo y admirando el cielo, completamente despejado, contemplando las estrellas, estas tan quietas que hasta rompen el silencio. Veo mi reflejo en ellas. Mi futuro, tan remoto y a la vez inmediato, como estas estrellas, estables y borrosas a la vezEs por eso que me pongo a pensar cómo y cuándo pasó el tiempo? Lo que ayer me parecia eterno, hoy es efímero, desvaneciendo, como las estrellas de mi vista. Asi, raudamente me desoriento, pongo en duda todo lo que creí dominar, me achico frente a la vida.Pero en ese momento donde todo inclina a tumbarse, fumandome un pucho en el balcon, dirigo la mirada hacia arriba, y, aunque no tan lúcidas como antes, veo una, luego dos, tres y cuatro estrellas, inalterables. Así noto también la serenidad de mi filiacion, el futuro ya no es un temor.Miro para atras, a ver la niña que una vez fuí, e invocandola, noto una parte de ella en mi. Ese modo de andar aterrada y a la vez entusiasmada y ansiosa por el venir sigue constituyendome. Así, instruida ya, encaminada, me levanto de los escombros y desechos de los malos recuerdos que me habrán más de una vez hecho dudar dónde carajo estoy parada en la vida y hacia dónde voy, me guío por las pocas estrellas que aún quedan, pero teniendo bien en claro cómo ir.Y así, con pericia recolectada atravez de mis años, de mis historias y enseñanzas, pongo en pie mi marcha, entendiendo ahora a dónde quiero llegar, con herramientas suficientes para lograrlo.:)