Cuando te vi por vez primera, la atracción hizo su trabajo y no me permitió no hablarte: recuerdo haber dicho un montón de cosas tontas, que parecían de tu agrado.Pasó el tiempo, y creamos una complicidad en base a nuestro parecido. Tú por mí, yo por ti. Y nadie lograba comprender, cómo fue que nos empezamos a llevar tan bien.Me cuidabas del resto y de mí, de las acciones, de las lesiones; de que no me hicieran daño, no más del que pudiese soportar. Y yo, yo estaba ahí cuando el mundo se iba y necesitabas un lugar, una palabra, un abrazo... Mas nunca me cuidaste de ti.¿Qué hizo el tiempo con nosotros?Nos enredó una noche, nos confundió unos meses e hizo que desaparecieras del mapa. Que todo se viniese abajo, que no tuviera a mi compañero.Que tu regreso fuese mi alegría, las caricias vitalidad, y tu nuevo alejamiento, la triste promesa de que no te harías humo denuevo.