Apr 09, 2013 Apr 04, 2013 Apr 01, 2013 Mar 22, 2013 |
Cada día emprendo una lucha constante, aunque la desesperación pretende apoderarse de mi paciencia, evito a toda costa dejar que tu recuerdo atormente mi sano juicio, muchas horas y días han pasado, hoy se cumple un aniversario más, ¿qué se puede esperar de un largo silencio que ha mantenido en el letargo mis más oscuros pensamientos? Quisiera, en ocasiones, detener el tiempo, en el momento preciso en el que decidiste partir, no niego que aún duela recordar aquella escena en la que te alejas sin decir nada, solo el silencio fue testigo. Pediste que abandonara todo, que renunciara a ser quien soy sin importar siquiera mi opinión, no podía arriesgar lo poco ganado por una ilusión que con el tiempo dejaría de ser mi todo, mi mundo, Sabiendo que no acataría tu orden, te alejaste, algo en mí decía que te detuviera, que evitara a toda costa que te fueras, pero... ¡al fin sería libre! y no estaría sometida a lo que dijeras, pensaras u ordenaras. Un largo suspiro ahogo aquel pensamiento que pretendía escapar reviviendo tu recuerdo, haciendo un recuento de los años (y daños) estoy mejor sin ti, sin tus miradas que acusaban el más mínimo pensamiento que no incluyera tu nombre, sin aquellos silencios que pretendías llenar con reclamos y presuntos culpables de una infelicidad, que según tú, era causante de mi pronto distanciamiento. De pie en aquella esquina, yacía inerte el testimonio de una cruda jornada. Vociferando una que otra plegaría pretendía esconder las secuelas de su desdicha, soportó todo tipo de desventuras, lluvias, vientos hasta el calor más insoportable, todo por un solo momento a su lado. Su vestido descolorido y sus zapatos desgastados reflejan los instantes más humillantes que tuvo que pasar para poder disfrutar, aunque fuera por un momento, su triunfo. Al unísono las porras literalmente lo hacían llenarse de vida propia, aunque fuera por poco tiempo engalanando, cuando la ocasión lo ameritaba, el triunfo de nuestro equipo. Ataviado con los adornos más coloridos y vistosos, dejaba entrever el interés profundo de sus fieles seguidores, quienes se daban cita cada que era necesario para dar cuenta del triunfo del equipo y la desventura del contrario, quién se iba a imaginar que tarde o temprano la soledad sería su único compañero. Donde antes se celebraban partidos de futbol, hoy sólo quedan recuerdos, un estadio con mayor capacidad y tecnología lo ha desplazado, ya ni siquiera lo han arreglado, ratas, perros y gatos son los únicos que lo visitan. La gente ha pedido que desaparezca, que es mejor un estacionamiento, que un estadio ya no es necesario, esta viejo, sucio y deteriorado, se está cayendo a pedazos, es un peligro latente para los vecinos. Hoy empieza la demolición, no hubo nadie que se opusiera, pero que más da, todo sea por un estacionamiento que a la larga será un problema para los vecinos, adiós estadio querido, en cada pedazo de ti se va la alegría de miles que tuvieron la fortuna de visitarte. Cada vez que tu ausencia llena de silencio mi espacio,se vuelve una necesidad ver el reflejo de tus ojos,cada detalle, me recuerda como era todo antes de tu partida,hoy, sólo queda el olor de tu perfume y el sabor de tu boca desafiante.La distancia se disuelve en la confusión que crea tu silencio,no puedo comprender como pudiste tener todoy hoy te conformas con nada,no puedo reclamarte ni pedirte explicaciones.Cómo puedo advertirle a mi alma que te he perdido,todo lo que tenía, se ha borrado en el espacio que mi vida te dedicaba,tiempo es lo que sobra, paciencia es lo que hace falta,pero sobre todo ya no tolero tu extraña soledad,deja de envenenar aquellos pensamientosque aún se conservan cuerdos dentro de este dulce suicidio,aquel que vive en el infierno que han dejadotus palabras, aquellas que por más que trate,no se desprenden de mi alma. Como cada mañana, me desperté lleno de un dolor inexplicable que habitaba en lo más profundo de mi pensamiento, inconsciente apreté el paso y me dirigí hacía el río, al llegar observé cómo mi imagen se reflejaba en el agua cristalina que provenía de las montañas, de repente, todo se volvió oscuridad, el agua que contenía mi reflejo se tornaba roja, en ese momento la imagen de la Erinia se hacía presente, con su risa irónica que la caracterizaba. Me miró inquieta, su tranquilidad fantaseaba con mi dolor, con mi tristeza, llegó para matarme, para enviarme a lo más profundo de mi conciencia, no pude pronunciar palabra alguna, el ruido de mis huesos chocaban contra las rocas, mezclándose con el eco insoportable de las cadenas que arrastraba a su paso, de pronto vi como mi cuerpo flotaba desangrándose, formando a su paso una nube llena de agonía.A lo lejos se escuchaba una voz infantil que me decía "Salva tu alma, salva tu alma", no comprendía del todo lo que esa voz me quería decir, sólo sé que un eco que provenía de mi interior ensordecía mis pensamientos, rebuscaba en mi interior pequeños rastros de tragedias con el fin de remover viejas heridas, la soledad y el silencio se mezclaban con mi cuerpo que yacía inerte en medio de un mar de sangre, una enorme paz interior terminaba con este ejercicio catártico del corazón desvanecido, la Erinia mientras tanto, se esfumaba junto al viento que llenaba su cuerpo de una luz extraña, observé con atención aquélla escena, mientras mi alma volvía de un largo letargo.Las heridas fueron desapareciendo poco a poco de mi cuerpo, ya no había dolor, ni sufrimiento, abrí los ojos lentamente hasta que los rayos del sol me lastimaban, comprendí entonces que mi propia conciencia me había jugado una broma mortal... Espero el momento preciso para matar sutilmente al duende de mis tormentos, proveedor de desgracias internas, muchas han sido las veces en las que has amenazado con largarte, pero qué ha pasado… nada. Ya me canse de aparentar que te soporto, yo no amenazo con irme, simple y sencillamente no digo ni adiós. Tendré que cambiar la estrategia, alguien me dijo que no era buena la venganza, literalmente hablando, pero veo que no queda de otra, a mi no me perjudica ni me beneficia que sigas o no. En estos momentos, quiero un poco de oxigeno, el ambiente se ha vuelto pesado para mi. No puedo entender como es que si dices que ya no soportas el ambiente que hay, por qué no te has ido, a veces pienso que eres sadomasoquista, te gusta que te torturen, que te maltraten, no sé porque en determinado momento te defendí, eso me pasa por buena gente. Hay que dar vuelta a la página y dejar que tus incoherencias sigan su curso, mientras no afecten lo poco cuerdo de mis pensamientos no importa, calla, ya no hay nada más que decir, tu sonrisa fingida no sirve de nada, te mataré lentamente en mi pensamiento hasta borrar poco a poco ese ingrato recuerdo que quedará de ti. Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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